Se suceden datos económicos que acreditan la bancarrota de la base económica capitalista putrefacta en las potencias imperialistas europeas y, consecuentemente, en su proyecto imperialista europeo, la Unión Europea.
La media de la deuda pública de la UE-27 en 2022 se cerró en el 85,1% del PIB de la Unión Europea. En términos relativos descuellan Grecia, con un 178,2% de PIB de deuda pública; Italia con el 147,3%; Portugal 120,1%; España con el 115,6%; Francia con el 113,4% o Bélgica con el 106,3% de PIB de deuda pública.
En términos absolutos, Francia tenía una deuda pública al cierre de 2022 de 2,951 billones de euros; Italia de 2,757 billones de euros; Alemania 2,563 billones de euros y España 1,503 billones de euros, se hallan en el pelotón de cabeza de las potencias más endeudadas del mundo, donde descuella destacado la potencia más ladrona y asesina de la historia, los EEUU, cuya deuda pública asciende a los 34,505 billones de euros; siguiéndole China con 13,242 billones de euros de deuda pública a cierre de 2022 y Japón con una deuda pública de 10,802 billones de euros a cierre de 2021 (lo que significa una deuda per cápita de 86.063 euros por cada japonés, incluido el que acaba de nacer en este mismo instante), cifras que, sin duda cada día que pasa se incrementan exponencialmente.
Como puede comprobarse, las “locomotoras” económicas del imperialismo tienen unas deudas públicas -las deudas externas son todavía mayores- impagables que acreditan que el imperialismo es un fraude. Centrándonos en la UE (esa parte del maravilloso jardín de las libertades y del progreso social según el fascista Josep Borrell, gran defensor del imperialismo norteamericano y del Estado nazi ucraniano que, sin pudor ni remordimiento alguno está enviando al frente a su pueblo a morir por los intereses gringos, no vacilando en mandar a primera línea del frente incluso a discapacitados intelectuales) podemos verificar que la Unión Europea no sólo es que esté en bancarrota en términos económicos, sino que además, el corazón económico del bloque imperialista europeo, Alemania, hace aguas.
Según los datos del Eurostat, la eurozona entró en recesión técnica en el primer trimestre de 2023, lastrada por la economía alemana. La Guerra entre Rusia y Ucrania – entre las potencias emergentes y las potencias imperialistas en decadencia (EEUU y sus satélites entre los que se encuentra la UE) – ha mostrado que la UE no pasa de ser un adlátere, un vasallo norteamericano. Y este vasallaje y las medidas adoptadas desde la UE por mandato de EEUU contra Rusia, como por ejemplo las políticas de sanciones económicas adoptadas, lejos de tumbar la economía rusa, para lo que han servido, fundamentalmente, es para destrozar la economía alemana y, con ella, a la UE.
El incremento del precio de la energía ha tenido un fuerte impacto en la industria alemana, uno de los pilares de su economía. La producción industrial en Alemania ha caído desde 2022 en casi un 30% en el sector farmacéutico, el sector químico estima reducir su producción en este año en torno a un 11%, retrocediendo todas las ramas de la industria fijándose la caída de esta en mayo de 2023 en un retroceso del 10,7%.
Cae la producción industrial y arrastra a otro pilar económico de Alemania, el comercio exterior, como por ejemplo en el terreno automovilístico, con una contracción del 24% en el primer trimestre de 2023. La consecuencia de esta realidad es el incremento del paro, que en junio superaban los 2 millones y medio de desempleados, casi 3 millones y medio de personas en subempleo o trabajo precario a tiempo parcial cobrando por debajo del salario mínimo, 135 mil trabajadores en ERTE (Kurzarbeit), 766 mil personas cobraron subsidio de desempleo y en junio 3 millones 921 mil personas percibieron la prestación social básica para demandantes de empleo, unido a la consecuente destrucción de tejido productivo que arrojan a sectores de la pequeña y mediana burguesía a la ruina. En 2022, quebraron en Alemania 14.590 empresas, habiéndose incrementado las quiebras de empresas en marzo de 2023 más de un 33% si se compara con el mismo mes del año anterior.
La salida dada a la crisis de las subprime, allá por el 2008, la de generación de dinero ficticio para reflotar la liquidez del sistema y que los estados capitalistas salieran a rescatar a los bancos, lo que consiguió no es solo que los Estados se endeudaran de una manera descomunal, como hemos visto al principio. Esta política de endeudamiento, de generación de dinero ficticio, no ha parado desde entonces hasta que se ha desbocado la inflación, no falsamente como se quiere hacer ver por parte de los monopolios y sus marionetas por culpa de la guerra entre Rusia y Ucrania, sino como consecuencia de las políticas monetarias expansivas.
Tanto el Estado español como el italiano son los estados más endeudados con el BCE, por tanto, son los Bancos Centrales de Alemania – Deutsche Bundesbank – y de Francia – Banque de France – los que, como mayores contribuyentes en el capital del BCE, también se encuentran totalmente lastrados por la situación de bancarrota española e italiana. Situación por la que en junio de este año un informe del Bundesrechnungshof (Oficina federal de Auditoría de Alemania) avisaba de que el Bundesbank podría requerir un rescate público por sus pérdidas en las compras de bonos de deuda soberana de países de la UE, fundamentalmente de Italia y de España.
Un ejemplo de la cada vez mayor irrelevancia económica de la UE la podemos contemplar observando los monopolios del acero. Entre los 50 monopolios que manejan el mercado del acero mundial, el primer monopolio del acero que figura de la UE es la multinacional alemana Thyssenkrupp en el puesto 43. Figurando sólo dos monopolios europeos, el otro suizo, ArcelorMittal, que figura en el puesto número 2, aunque Suiza no pertenece a la UE. Por el contrario, entre estas 50 acerías que manejan el mercado mundial del acero, 26 de ellas son chinas y 37 asiáticas.
O contemplando los monopolios que dominan el mercado de los microchips a nivel planetario, donde no hay ningún monopolio ni europeo ni perteneciente a la UE. De hecho, de los 11 holdings que se reparten el mercado mundial de microchips, 4 son taiwanesas, 3 chinas, 2 surcoreanas y 2 norteamericanas, de tal modo que en manos asiáticas – China, Taiwán y Corea del Sur – acaparan el 91% de la producción mundial de microchips. Tres cuartos de lo mismo acontece con los monopolios financieros. De los 100 bancos más grandes del mundo, el primero radicado en la UE es el BNP Paribas, que ocupa el puesto 21.
El desarrollo del imperialismo, el deslizamiento de la producción mundial hacia Asia y la situación de quiebra financiera de la UE convierte al imperialismo europeo en un gregario de EEUU, como máximo estandarte del imperialismo decadente donde las potencias imperialistas emergentes quieren establecer un orden mundial donde la hegemonía política se reajuste a la económica, con un nuevo sistema financiero que garantice su hegemonía política y económica, la cual ya se da.
Y esta realidad, esta bancarrota del imperialismo europeo, es la que está haciendo que por todos los puntos de la Unión Europea prolifere el fascismo, como tabla de salvación para sostener un poder político que, sin duda, más pronto que tarde va a ser comprometido y donde la clase obrera incendiará las calles haciendo estremecer el poder de los monopolios, del capital financiero, hasta que quiebre su tiranía y se abra paso el poder de la clase obrera, que no puede ser otra cosa que la dictadura del proletariado.
La UE siempre ha sido anticomunista, no obstante, en los últimos años ha realizado una ofensiva en este sentido al objeto de ir abonando el terreno para la ilegalización de los partidos comunistas. Y para ello no ha vacilado en operar como opera el fascismo, falseando la historia y haciendo un ejercicio de revisionismo histórico vomitivo, deshumanizando a los pueblos de Europa en tanto que están falseando su historia.
Justo antes de la crisis de las subprime, en enero de 2006, la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó la Resolución 1481, de “Necesidad de condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios” donde la UE asume el discurso de los herederos de Hitler con respecto de la URSS y las repúblicas democráticas y populares nacidas en Europa por la derrota del fascismo a manos de la clase obrera a través de la URSS y su glorioso Ejército Rojo, pretendiendo que se enjuicie a la URSS y a los comunistas, criminalizar la lucha de clases y, ante todo, se aprueba realizar una ofensiva aún superior satanizando al comunismo, exacerbando el anticomunismo que es lo mismo que abrazar el fascismo.
En junio de 2008, tres meses antes de la quiebra de Lehman Brothers y en plena crisis económica, cuando el corrupto delincuente Sarkozy decía que había que refundar el capitalismo sobre bases éticas – como sus bases éticas, por cierto que fue condenado por corrupto y tráfico de influencias -, se aprobó la Declaración de Praga sobre Conciencia Europea y Comunismo, donde nuevamente mediante esta declaración se pide la condena de toda Europa sobre “los crímenes del comunismo del pasado”, actuar contra los comunistas y los crímenes comunistas del presente y educar a toda Europa en contra del comunismo, o lo que es lo mismo, en el anticomunismo incluyendo en este modelo educativo todo tipo de censura e ideologizar las aulas en el anticomunismo. Esta declaración fue promovida por los esbirros del capital financiero, destacados lacayos y limpiabotas de la potencia más asesina de la historia, los EEUU, y auténticos fascistas y, por consiguiente, anticomunistas a rabiar como, por ejemplo, Joachim Gauck, nacido en la Alemania nazi en la cuna de militantes del NSDAP – partido político de Adolf Hitler – donde militaban sus padres que, posteriormente fue Presidente la República Federal Alemana; el fascista lituano Vytautas Landsbergis o los checos Jan Urban y Václav Havel – ambos hombres de la CIA, impulsores del movimiento Carta Magna 77 que era el resultado de la unión de los reaccionarios checos y la CIA, y que el belga Ludo Martens en su obra La URSS y la contrarrevolución de terciopelo explicó de manera magnífica su nacimiento y su desarrollo -. Para saber qué personajes son estos tipos a los que la UE encomienda parte de su cruzada anticomunista basta ver cuando murió Václav Havel los elogios que le trasladaron criminales de guerra como George W. Bush, José María Aznar o el delincuente Sarkozy.
A partir de ahí, y tomando como bases la resolución y la declaración anteriormente mencionadas, durante la década pasada el Parlamento Europeo profundiza en el revisionismo histórico y en su anticomunismo, en un proceso de fascistización ligado a la progresiva descomposición de la base económica del imperialismo europeo, a la par que aplicaban la política exterior propia del fascismo, como son el chovinismo y la guerra imperialista, apoyando golpes de Estado – o revoluciones de colores como eufemísticamente llaman a los golpes de Estado – en países como Ucrania apoyando abiertamente a fascistas del Maidán, que posteriormente han ilegalizado a los sindicatos, al partido comunista e incluso al partido socialista y han asesinado a sindicalistas y comunistas no solo impunemente, sino con el beneplácito de la UE y de los EEUU -, lo intentaron en Bielorrusia, Venezuela y lo practican cotidianamente en el mundo, sobre todo en África y Asia, donde es moneda de uso corriente al igual que la guerra – Mali, Libia, Chad, Siria, República Democrática del Congo…
Y se llega a 2019, al 19 de septiembre, fecha en la que el Parlamento Europeo aprueba la Resolución sobre la importancia de la memoria europea para el futuro de Europa donde condena al comunismo y allana el camino a los Estados miembros de la UE a la prohibición de cualquier expresión del comunismo equiparándolo con el nazismo, o lo que es lo mismo, el marco jurídico-político para la ilegalización del comunismo en los estados europeos está ya sentado, aunque no menos cierto es que sin necesidad de dicha resolución ya existían países europeos donde se persiguen a los comunistas y se les ilegaliza, un marco que únicamente se sostiene con la mentira, que es lo que es dicha Resolución, que retrata plenamente el carácter reaccionario y fascista de la UE, algo lógico por otra parte, pues, como señalaba Lenin, el desarrollo del imperialismo, la concentración de la riqueza en unas pocas manos, hace que la superestructura tienda a la reacción, al fascismo.
Resulta que la UE y los estados que la integran, que defienden abiertamente a la OTAN y a la potencia más asesina de la historia – los EEUU – que en las últimas décadas ha creado campos de concentración – en Guantánamo, Bagram, Abu Graib, etc… – donde se han secuestrado y torturado incluso a niños y se ha violado el derecho internacional; que colaboran y defienden actos de genocidio como el bloqueo a Cuba, a Corea del Norte, que apoyan al Estado sionista de Israel en su genocidio contra el pueblo palestino, que miran hacia otro lado ante el genocidio contra el pueblo yemení del que se enriquecen sin pudor, ni vergüenza; que defienden a un Estado abiertamente fascista como Ucrania y que admiten en su seno a dirigentes abiertamente fascistas como Borrell, Von der Leyen, y gobiernos abiertamente reaccionarios como el de Italia, Hungría, etcétera, acuden a Aristóteles para aplicar la teoría del término medio colocando al nazismo y al comunismo – no existe el estalinismo sino el marxismo-leninismo y Stalin fue un gran dirigente comunista fundamental en la derrota del fascismo – como extremos viciosos queriéndose colocar la dictadura de los monopolios y su instrumento reaccionario, la UE, en el término medio cuando ellos abrazan el fascismo y tienen las manos manchadas de sangre, cuando su política exterior es la guerra imperialista y el chovinismo, y su política interior es la violencia contra la clase obrera, y siempre su política es el robo, el sojuzgamiento de los pueblos y el revisionismo histórico.
Como puede comprobarse, los imperialistas europeos llevan décadas asentando el fascismo en lo ideológico, en lo jurídico preparando el terreno para la guerra abierta contra el proletariado, siendo aquellos plenamente conscientes de esta guerra. Una batalla ideológica que, como hemos visto, se agudiza y avanza todavía más en los momentos de crisis pues la oligarquía financiera sí es consciente que en estos momentos se juega su existencia, es consciente de su bancarrota y de que como clase social hegemónica está agonizando y, por ello, trata por todos los medios – ideológicos, políticos y criminales – de frenar, de impedir de que la clase obrera tome consciencia del momento histórico, de su papel como clase revolucionaria llamada a construir el mundo nuevo, la sociedad nueva donde la burguesía pase a formar parte del museo del salvajismo de la humanidad en su prehistoria.
Esta labor ideológica y política, llevada a cabo durante tantos años, unido a lo que significó la caída de la URSS, que fue una gran derrota para el proletariado, que mantiene hecho añicos al Movimiento Comunista Internacional y a la acción de la parte más efectiva de los monopolios contra la clase obrera y su toma de conciencia de clase, de conciencia revolucionaria, el oportunismo, es la que está manteniendo, por el momento, a un sistema económico inviable y a una superestructura corrompida y enferma.
El fascismo no solo es una doctrina ideológica, la ideología que emana en la fase de crisis general del capitalismo, sino que, como dijo Jorge Dimitrov en su informe ante el VII Congreso de la Internacional Comunista, “El fascismo no es una forma de Poder estatal que esté, como se pretende, ‘por encima de ambas clases, del proletariado y de la burguesía‘, como ha afirmado por ejemplo Otto Bauer. No es ‘pequeña burguesía insurreccionada que se ha apoderado del aparato del Estado’, como declara el socialista inglés Brailsford. No. El fascismo no es un poder situado por encima de las clases, ni el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero. El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y la parte revolucionaria de los campesinos y de los intelectuales. El fascismo en política exterior es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva un odio bestial contra los demás pueblos”. Sin duda, la UE es un instrumento del capital financiero, de los monopolios, los Estados nación que la integran son delegaciones de ese instrumento, un instrumento cuya ideología es fascista y desde donde los monopolios imponen su dictadura, la reacción, el fascismo.
Cuando más grave es la crisis del capitalismo putrefacto, del imperialismo, mayor cohesión requieren las partes integrantes del instrumento de opresión de la burguesía monopolista, el Estado, que en lo que concierne a la UE es una agrupación supranacional que dicta a sus delegaciones estatales, los Estados-nación.
Ante la falta de un movimiento comunista potente en lo ideológico, o lo que es lo mismo, que no esté lastrado por el oportunismo y no solo esté desorientado sino dividido y, consecuentemente, que haya olvidado que la clase obrera únicamente tomará el poder por la vía revolucionaria, rompiendo el instrumento de opresión de la burguesía, y no por la vía del electoralismo, el cual además cada vez se desarrolla en condiciones de mayor desigualdad y en un escenario de mayor represión, es lógico que los monopolios homogeneicen los ejecutivos de los Estados con la naturaleza ideológica y política de los Estados a través de los que se aplica la dictadura del capital financiero, y accedan al poder las fuerzas reaccionarias cuando no abiertamente fascistas.
Observamos como sin pudor, ni vergüenza, los discursos abiertamente nacionalistas, chovinistas, de odio entre pueblos, de regular la inmigración, de dividir a la clase obrera entre migrante e inmigrante, de defensa a ultranza del Estado burgués, del imperialismo se abren paso entre los medios de comunicación, se financian desde los Estados y se promocionan, quedando para la supuesta izquierda la limosna, el tratar de arrancar una migajilla sin cuestionar la raíz de los males de la humanidad, de la clase obrera, del mundo: El imperialismo y la dictadura de la burguesía – que en el momento de descomposición y putrefacción actual es el fascismo.
No nos debemos de extrañar, pues, que en la mayoría de los estados europeos ya estén en el poder fuerzas reaccionarias, fascistas. Así la extrema derecha hoy gobierna, o apoya al gobierno, en Bulgaria – con una alianza entre GERB, Frente Nacional Para la Salvación de Bulgaria y el partido del empresario Veselin Mareshkin -, en la República Checa – donde el presidente de la República es un “independiente” que fue Presidente del Comité Militar de la OTAN entre 2015 y 2018 -; en Croacia; Estonia; Finlandia; Hungría; Italia; Letonia; Lituania; Polonia; Rumania y Suecia. Como tampoco nos debemos de extrañar que “socialdemócratas”, “conservadores”, “democristianos” y “liberales” gobiernen abiertamente, o reciban el apoyo, de los fascistas demostrándose que todos ellos defienden el mismo sistema económico, el capitalismo monopolista, y por tanto todos ellos defienden la dictadura de la burguesía.
Todo ello es la consecuencia de la fase putrefacta y agónica del imperialismo europeo, y por ello no solo la UE y sus sucursales, en forma de Estados nacionales, son aparatos donde el fascismo es su ideología y su esencia, sino que cada vez les estorba más ejecutivos que no abracen abiertamente el fascismo.
El Estado español es un ejemplo nítido. El Estado es fascista y ahí están sus leyes, su ideología anticomunista, chovinista y racista, su judicatura y su Ejército, donde hay un ejecutivo abiertamente antiobrero y servil a los monopolios, a la guerra imperialista, que reprime inmisericordemente a los trabajadores y, a pesar de ello los monopolios necesitan de un ejecutivo que se acople plenamente a la esencia fascista del Estado y no les sirve. Y todo esto se ha visualizado con nitidez en los últimos años con pronunciamientos de altos mandos del Ejército en defensa del fascismo, de Franco, con los jueces interviniendo en política boicoteando leyes emanadas del parlamento, marcando qué se debe o no debatir en el parlamento, otorgando impunidad a los corruptos de los partidos fascistas como por ejemplo el PP, por no hablar de la forma de actuar de los medios de manipulación de masas.
“El viraje de la democracia a la reacción política constituye la superestructura política de la nueva economía, del capitalismo monopolista (el imperialismo es el capitalismo monopolista). La democracia corresponde a la libre competencia. La reacción política corresponde al monopolio. “El capital financiero tiende a la dominación y no a la libertad”, dice justamente R. Hilferding en su libro El capital financiero. (…) resulta indiscutible que el imperialismo es la “negación” de la democracia en general, de toda la democracia, y no sólo, en modo alguno, de una de las reivindicaciones de la democracia, a saber: la autodeterminación de las naciones” Lenin, Obras Completas, Tomo 30, pág. 98. Ed. Progreso.
Hoy los monopolios dirigen el mundo con mano de hierro, y los estados nación y sus dirigentes no pasan de ser meros mancebos de los monopolios. Al igual que la riqueza está concentrada en un puñado de manos, el poder político únicamente está concentrado en ese mismo puñado de manos que se apropian de toda la riqueza. “¡La lucha revolucionaria contra todos los gobiernos burgueses, esto y solamente esto, y no la participación en la guerra imperialista o en la movilización nacional para defender, según se afirma, la neutralidad del país, puede conducir al socialismo, y sin socialismo no hay garantía alguna para la democracia!” Lenin, Obras Completas, Tomo 30, págs. 337-338. Ed. Progreso.
La humanidad, que son los parias, la mayoría de los explotados por el imperialismo, el proletariado, únicamente puede realizar y materializar la democracia liquidando al imperialismo, liquidando la base económica capitalista para demoler completamente la superestructura que hoy es la reacción, es el fascismo. El imperialismo niega la democracia, niega la libertad y únicamente nos puede garantizar guerra y destrucción. Hoy quien hable de democracia y de libertad sin hablar de revolución socialista, de internacionalismo proletario y de destruir a la burguesía, su base económica y su superestructura no es más que un traidor, un enemigo de la clase obrera.
¡NO PUEDE HABER DEMOCRACIA NI LIBERTAD SIN LA DESTRUCCIÓN DEL CAPITALISMO!
¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA CONTRA EL CAPITALISMO Y SU ESTADO! ¡CONTRA LA UNIÓN EUROPEA Y CONTRA LA OTAN!
¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!
Madrid, 31 de julio de 2023
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)