Los niños obligados a trabajar son los principales rehenes de la pobreza en Afganistán. La mayoría de ellos perdieron a sus padres y familiares en la guerra.
«Mi familia y yo llevamos 6 meses trabajando en esta fábrica de ladrillos. Nos vemos obligados a ponernos a trabajar aquí porque necesitamos dinero», dijo Zabihullah.
De acuerdo con el hombre, sus hijos no pueden ir a la escuela y, a pesar de las peticiones a las autoridades, la familia sigue careciendo de condiciones normales de trabajo y de cosas de primera necesidad.
«Tengo 54 años, no conseguí nada en mi vida, pero quiero que mis hijos estudien para ser profesores o ingenieros y sirvan a nuestro Afganistán», agregó el padre de la familia.
La guerra en Afganistán es una de las más duraderas de la actualidad. Los combates, excepto durante cortos períodos de paz, se desarrollan desde hace más de 40 años. Las últimas generaciones de afganos nacieron y murieron entre hostilidades.
Tras la llegada de los talibanes al poder, la situación en Afganistán se ha agravado drásticamente. A dos años de la retirada de Washington del país asiático, las consecuencias de 20 años de guerra persisten y repercuten en el gobierno estadounidense.
Varios países instan a EEUU a asumir su responsabilidad de la difícil situación en Afganistán, así como a levantar las sanciones y devolver los activos que tienen en el extranjero.