Los científicos han detectado la presencia de carbono en Europa, uno de los satélites más curiosos y atractivos conocido por su superficie helada que podría esconder vastos océanos de agua salada líquida. El descubrimiento se realizó analizando los datos recogidos por el telescopio espacial James Webb de la NASA. Los estudios se publicaron en la revista Science.
“En la Tierra, la vida prospera gracias a la diversidad química, y el carbono es un elemento esencial para nuestra existencia. Comprender la química del océano de Europa nos ayudará a determinar si es adecuado para albergar vida, tal y como la conocemos”, precisó el autor principal de uno de los trabajos de investigación y científico planetario del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA Gerónimo Villanueva.
En observaciones anteriores, los científicos identificaron dióxido de carbono sólido en la superficie de Europa, pero seguía habiendo incertidumbre sobre su origen: si era local o procedía de fuentes externas como meteoritos. Las investigaciones recientes ofrecen una respuesta convincente a esta pregunta, al tiempo que planten cuestiones aún más profundas.
“Ahora creemos que tenemos pruebas observacionales de que el carbono que vemos en la superficie de Europa procede del océano. No es algo trivial. El carbono es un elemento biológicamente esencial”, añadió la autora principal del segundo artículo sobre la presencia de carbono de la Universidad de Cornell Samanta Trumbo.
El descubrimiento de carbono en Europa despertó el entusiasmo de la comunidad científica. Se cree que Europa, aunque más pequeña que el satélite natural de la Tierra, alberga más del doble de la cantidad de agua presente en todos los océanos terrestres.
