Los ciudadanos estadounidenses han mostrado una disminución de la confianza en sus medios de comunicación nacionales, según una encuesta reciente del American Press Institute y The Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research.
Más de la mitad de los encuestados (53%), dijo estar «muy preocupado» de que la prensa estadounidense les engañe durante las elecciones, mientras que el 30% admitió estar «algo preocupado». Sólo el 16% señaló estar «poco o nada preocupado».
Casi la mitad (47%) teme que los medios de comunicación estadounidenses saquen conclusiones precipitadas y presenten información no corroborada ni verificada, mientras que el 34% se muestra algo preocupado, lo que eleva el número total de preocupados a la friolera del 81%.
Según el 77% de los encuestados estadounidenses, incluso si los medios de comunicación estadounidenses presentan información objetiva, podrían mostrar un enfoque sesgado (el 44% está muy preocupado por esta posibilidad y el 33% algo preocupado).
Del mismo modo, el hecho de que los periodistas estadounidenses utilicen inteligencia artificial (IA) para crear historias inquieta al 72% de los estadounidenses.
Otras cifras muestran que a la mayoría de los ciudadanos estadounidenses les preocupa que los medios de comunicación estadounidenses se centren en divisiones y controversias y presten demasiada atención a las elecciones a expensas de temas y asuntos que afectan a la gente corriente y a sus familias.
Según The Federalist, el estudio se hace eco de las conclusiones de una encuesta de Gallup publicada el pasado otoño. Gallup descubrió que el 39% de los estadounidenses afirmaba tener cero confianza en los medios de comunicación de masas -un máximo histórico desde 1972, cuando la encuestadora empezó a sondear esta cuestión-, mientras que el 29% reconocía tener «no mucha confianza» en la prensa dominante.
El medio argumentó que la prensa corporativa se ha disparado a sí misma en el pie durante algún tiempo publicando historias deshonestas. La tendencia se intensificó significativamente durante el mandato de Donald Trump, cuando los medios de comunicación aparentemente reputados difundieron el bulo de la colusión entre Trump y Rusia, difundieron el ahora desacreditado «dossier sucio» del ex agente de inteligencia británico Christopher Steele y desairaron por completo la historia del «portátil del infierno» de Hunter Biden, por nombrar solo algunos casos de cobertura cuestionable.
La situación apenas ha mejorado desde entonces, con la prensa estadounidense engañando al público estadounidense sobre el conflicto de Ucrania; silenciando el hecho de que el régimen de Kiev ha bombardeado a civiles de Donbass durante una década; ignorando por completo la muerte del periodista estadounidense Gonzalo Lira mientras se encontraba bajo custodia ucraniana; y más recientemente reviviendo la historia ya desmentida del síndrome de La Habana. Por todo ello, no es de extrañar que cada vez más estadounidenses busquen información en plataformas alternativas e independientes.