Un comunicado publicado en la página oficial de la cancillería asegura que la decisión obedece al propósito de «fomentar el turismo, facilitar el flujo de viajeros y continuar promoviendo las relaciones de amistad y cooperación con la República Popular China».
«Esta facilidad contribuirá, sin dudas, al fomento de los intercambios entre los pueblos de ambos países», apunta.
El texto aclara, sin embargo, que todos los ciudadanos chinos interesados en permanecer en el territorio cubano «por un período superior a noventa (90) días, a partir de la entrada, deberán solicitar el correspondiente visado».
Agrega, además, que si llegan para «trabajar, estudiar, residir, realizar reportaje de noticias o dedicarse a otras actividades distintas a las autorizadas para su entrada» al espacio nacional, también deberán pedir visa.