El pertrecho bélico fue confiscado en dos grandes depósitos ubicados en los límites administrativos entre Deraa y las provincias de Quneitra y Sweida.
Entre el armamento incautado se destacan cientos de fusiles automáticos, decenas de lanzadores RPG, ametralladoras pesadas, misiles antiblindados, cajas de municiones, minas antitanques, además de aparatos de telecomunicación.
Las Fuerzas de Seguridad de Siria hallaron en diferentes momentos de la guerra armas y municiones, algunas estadounidenses e israelíes, en sedes y cuarteles de los extremistas, en una evidencia del apoyo que recibían del exterior.