Javier Benítez (Sputnik)
¿Punto de inflexión?
Irán asegura que Israel ha perdido su poder de disuasión y que el equilibrio estratégico en la región se ha desplazado en su contra porque el ataque de Hizbulá del 25 de agosto lo tomó por sorpresa, según comunicó el portavoz de la Cancillería persa.
«A pesar del amplio apoyo de países como EEUU, Israel no podía predecir el momento y el lugar de una respuesta limitada y controlada por parte de la resistencia. Israel ha perdido su poder de disuasión», escribió el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Naser Kanani, en la red social X.
Al respecto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) interceptaron miles de cohetes y todos los drones lanzados desde el Líbano contra un «objetivo estratégico» en el centro del Estado hebreo.
Algo no cuadra en esas declaraciones de Netanyahu. Y es que el secretario general de Hizbulá, Seyed Hasan Nasralá, afirmó que el movimiento libanés lanzó 340 misiles, incluidos Katyusha, pero que no empleó misiles estratégicos, «aunque, es posible que los utilice en el futuro y en un futuro próximo».
«Estamos en medio de lo que siempre llamamos ‘la niebla de guerra’, en que cada uno de los dos bandos intenta decir que ha conseguido más objetivos que el otro, poque estamos delante de un problema fundamentalmente de imagen, que es lo que ahora estamos viendo», subraya el analista internacional Eduardo Luque.
En este sentido, el experto advierte que «el ejército israelí siempre se ha creado a sí mismo una imagen de fuerza indestructible e inviolable, y ahora Hizbulá está demostrando las enormes debilidades que tiene este país [Israel] que financia un ejército enorme en proporción a su demografía», indica Luque.