Nissan Motor ha anunciado este jueves un despido global de 9.000 trabajadores y una reducción del 20% en su capacidad de producción. Medidas que, en sus propias palabras, «están destinadas a mejorar su liquidez y rentabilidad tras la fuerte caída de resultados financieros entre abril y septiembre». Durante este período, el beneficio neto de la empresa cayó un 93,5% interanual, hasta los 19.223 millones de yenes (116 millones de euros). Al parecer, esto se debe a menores ventas y un ajuste de producción a la baja. Según su CEO, Makoto Uchida, la reestructuración buscaría hacer a Nissan “más fuerte y adaptable” ante un entorno de negocios que califican «desafiante».
El director asegura que el recorte de plantilla y de producción responde a varios factores, incluyendo un mercado «más competitivo», el encarecimiento de materias primas, la escasez de semiconductores y un plan de ventas “demasiado ambicioso.” Sin detalles específicos sobre qué países se verán afectados, Uchida ha adelantado que Nissan «revisará» el nivel de producción en cada región y realizará cambios en la alta dirección, que incluye hasta recortes salariales para sus ejecutivos como parte de la reestructuración.
Los resultados financieros semestrales reflejan un descenso del 90,2% en el beneficio operativo, que se situó en 32.908 millones de yenes (198 millones de euros), mientras que la facturación se redujo un 1,3%, hasta los 5,9 billones de yenes (35.607 millones de euros). Debido a la incertidumbre del mercado, Nissan no ha emitido una estimación de beneficios para el resto del ejercicio fiscal, que termina en marzo de 2025.