«El 19 de noviembre de 2024, las fuerzas de seguridad de toda Europa desmantelaron una red criminal liderada por dos hermanos ucranianos», indica el comunicado.
La Europol cree que los sospechosos «abusaron del estatus de protección temporal concedido por la UE desde 2022 a los refugiados ucranianos, así como a otros ciudadanos afectados [por el conflicto en Ucrania]».
En concreto, según la agencia, los individuos aprovecharon la situación de los refugiados ucranianos, que llevaron a Europa sus ahorros en efectivo, y las excepciones hechas para ellas, para transferir grandes cantidades de dinero a otros grupos criminales en diferentes países, evitando preguntas en los controles de aduanas.
Los mensajeros, algunos de ellos familiares de los jefes de la organización, viajaban regularmente entre los países europeos declarando los fondos como parte de su propio patrimonio.
«Declarando las sumas en efectivo como parte de su propio patrimonio, los porteadores de dinero, algunos de los cuales son familiares de los dirigentes criminales, viajaban regularmente entre España, Chipre, Francia y otros países», explica la Europol.
El grupo, principalmente compuesto por ciudadanos ucranianos, también incluía a los armenios, azeríes, kazajos y chinos.
La operación, que duró varios meses, culminó con la detención de 23 sospechosos en Francia, España y Eslovenia, la incautación de 35,7 millones de euros y 36 vehículos, así como de bienes inmuebles, relojes y joyas.
Una vez que comenzaron arrestos de los mensajeros, la red criminal modificó sus operaciones y se reorientó hacia transferencias de criptomonedas, lo que complicó el trabajo de las fuerzas de seguridad.
Según las estimaciones iniciales de la Europol, al menos 75 millones de euros se habían movido entre marzo de 2023 y febrero de 2024. Además, durante las redadas realizadas en Chipre, las fuerzas del orden incautaron alrededor de 26 euros millones en criptomonedas.