«Las protestas callejeras en Serbia que estallaron hace tres meses como reacción de los ciudadanos a la tragedia de la estación de trenes de Novi Sad han adquirido una gran escala. El dolor que ha envuelto a la sociedad provoca una empatía comprensible», expresó la diplomática en declaraciones a la prensa.
La vocera de la Cancillería del gigante euroasiático afirmó que es fundamental que los manifestantes, en primer lugar, los líderes de la opinión pública, muestren sentido común, y no se dejen llevar por quienes agitan las emociones.
El lema nacional del pueblo serbio dice ‘Solo la unidad salva a los serbios’. Y hoy lo más peligroso es la división. Los dirigentes serbios están haciendo todo lo posible para evitar un desenlace dramático de los acontecimientos, acotó Zajárova.
«Los cuerpos de seguridad están actuando con profesionalidad, respetando el derecho de la gente a reunirse pacíficamente. Se han planeado medidas importantes para resolver las contradicciones y tener en cuenta las preocupaciones de los ciudadanos», argumentó.
Asimismo, enfatizó que Belgrado está escuchando las críticas y está dispuesta al diálogo directo con todos como parte del proceso político.
Creemos que esta es la única forma verdadera de lograr un acuerdo general en aras de proteger la soberanía, la dignidad nacional y los valores tradicionales, mantener la estabilidad interna del Estado y garantizar su integridad territorial con respecto a Kosovo y Metojia, declaró la representante oficial de la cartera de Exteriores rusa.
«Estamos convencidos de que el pueblo serbio será capaz de preservar la Serbia fraternal como un Estado distintivo, autosuficiente y con autoridad, y no permitirá que el país pierda su esencia», afirmó.
Finalmente, Zajárova enfatizó que Moscú aprecia su amistad con Belgrado y le desea una rápida solución pacífica del problema.
