Conforme reporta la agencia siria oficial de noticias, SANA, los integrantes de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), secundados por las tropas estadounidenses, asaltaron el sábado la localidad de Qeweran en la provincia de Al-Hasaka (noreste), donde ocuparon algunas viviendas y arrestaron a varios civiles, sobre todo mujeres.
El medio indica, además, que se produjo un ataque de similares características, perpetrado por los mismos protagonistas, en el barrio de Al-Zohur, en la ciudad homónima de Al-Hasaka. Allí también irrumpieron en las residencias de los sirios y expulsaron por la fuerza a algunos de ellos.
Según SANA, se desconoce el paradero de los secuestrados. Pero, unos informes destacan que la acción presuntamente se llevó a cabo con el objetivo de reclutar a varios jóvenes en las filas de las FDS, milicia kurdo-árabe, patrocinada por Washington.
Esto ocurre después de los pobladores de las mencionadas urbes realizaron protestas para expresar su rechazo a la ilegal presencia de EE.UU. y los actos criminales cometidos por sus aliados en Siria.
Los pobladores de las provincias sirias de Al-Hasaka y Deir Ezzor (este), entre otras regiones, han denunciado en reiteradas ocasiones los continuos ataques y arrestos que realizan los aliados de EE.UU. y la inestabilidad que crean, pues han afectado negativamente a sus negocios y medios de subsistencia.
En este contexto, los líderes de las tribus árabes del país levantino han pedido al Gobierno sirio que forme “un ejército tribal” para hacer frente a las tropas “ocupantes” de EE.UU. y a sus adláteres en suelo sirio.
Pese a todo lo expuesto, Washington sigue respaldando a estos milicianos y les envía constantemente convoyes militares, equipados con suministros bélicos y logísticos, con el pretexto de luchar contra el grupo terrorista Daesh.
Damasco denuncia el despliegue militar de EE.UU. en su territorio y asegura que el Ejército sirio expulsará a todas las tropas ocupantes, incluidas las estadounidenses. También acusa a las FDS y a los soldados estadounidenses de haber cometido todo tipo de crímenes contra el pueblo sirio en las provincias de Al-Hasaka, Al-Raqa, Deir Ezzor y Alepo.
