El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, recorrió el miércoles 24 de diciembre diversos proyectos productivos, comunitarios y de servicios en la ciudad de La Habana, capital del país, reafirmando el compromiso del país con las iniciativas sociales y la soberanía frente a la recrudecida guerra económica impuesta por Estados Unidos.
Durante su visita, Díaz-Canel señaló que en estos espacios se evidencian esfuerzos concretos para recuperar instalaciones y modernizar capacidades productivas, además de sostener programas esenciales para la población. Estas acciones se llevan a cabo en un contexto de significativas presiones financieras, comerciales y energéticas que afectan directamente a la nación.
Díaz-Canel afirmó que «se está haciendo un gran esfuerzo para echar a andar o recuperar proyectos y espacios que permitan mejorar la vida en Cuba», calificándolos de «ejemplos inspiradores». Estos avances, según el presidente, representan una respuesta práctica ante las severas restricciones que enfrenta la Isla actualmente.
Las autoridades cubanas insisten en que la situación económica actual está marcada por el endurecimiento del bloqueo de Estados Unidos y la aplicación de medidas coercitivas unilaterales. Estas políticas obstaculizan gravemente el acceso a créditos internacionales, insumos, materias primas y combustibles, impactando de forma directa en los programas de abastecimiento y servicios esenciales para la ciudadanía.
En este contexto, el Gobierno cubano mantiene como prioridad la defensa de sectores clave de su economía interna. Esto incluye el impulso de iniciativas locales, el fortalecimiento de la soberanía alimentaria, el desarrollo de proyectos comunitarios, la mejora de la infraestructura social y la consolidación de las cadenas productivas nacionales, todo con el objetivo de garantizar los derechos fundamentales y elevar la calidad de vida de sus habitantes.
Para el Ejecutivo cubano, los progresos alcanzados evidencian que, incluso en condiciones adversas, el país sigue apostando por soluciones propias y por la recuperación gradual de sus capacidades productivas. Esta estrategia reafirma que la resistencia económica es también un ejercicio crucial de soberanía nacional.
