El periodista Pablo González cumplió a finales de febrero dos años en una prisión de Polonia en régimen de aislamiento. Se le acusa de ser un espía ruso, pero las únicas pruebas que han trascendido es que tiene pasaporte ruso con el nombre de Pavel Rubtsov (la traducción al ruso, ya que nació en Moscú en 1982, donde vivió hasta los 9 años) y moneda rusa (rublos), algo que es completamente lógico al tratarse de un profesional que, en el momento de la detención, viajaba mucho porque estaba cubriendo la invasión en Ucrania para diferentes medios como Gara, Público o La Sexta.