¿Solo golpe de calor?

Un hombre de unos 39 años de edad ingresó a última hora de la tarde en la UCI del Hospital de Torrecárdenas tras sufrir un intenso golpe de calor. Según ha podido saber este periódico, el varón trabajaba en una explotación agrícola del término municipal de Níjar cuando notó los síntomas y se desvaneció.

El herido fue trasladado hasta el Centro de Salud de Níjar. Sin embargo, la gravedad de su estado obligó a los efectivos del Servicio de Emergencias del 061 a realizar su traslado en una UVI móvil hasta el Complejo Hospitalario de Torrrecárdenas.

El hombre, que ingresó con una temperatura corporal superior a los 42 grados, permanece en la UCI del centro hospitalario con pronóstico grave.

ideal.es

JM Álvarez

Hasta el Imperio tuvo que absolver a Fidel. Por Patricio Montesinos

Fidel es Fidel, como cariñosamente le llaman sus compatriotas y muchos amigos de otras naciones, festejará su cumpleaños tras dos importantes triunfos de la Isla caribeña, la liberación y el regreso a su Patria de Los Cinco antiterroristas que permanecieron presos durante largos años en cárceles norteamericanas, y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.

El Comandante en Jefe, como no han dejado de nombrarlo los cubanos en señal de respeto y admiración, prometió que Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, volverían a su país, y lo cumplió junto al presidente Raúl Castro.

Más de 10 inquilinos de la Casa Blanca “juraron” no hablar con Cuba hasta la desaparición de Fidel y Raúl, el dueto perfecto, y sin embargo la actual administración del mandatario Barack Obama reconoció la política frustrada de sus predecesores hacia la mayor de las Antillas, y decidió reanudar los nexos bilaterales, luego de más de 50 años de ruptura.

Un empresario mexicano nada sospechoso de ser de izquierda dijo hace algún tiempo que Fidel es Fidel “convence hasta las piedras”, mientras el desaparecido físicamente “Canciller de la Dignidad” cubano Raúl Roa subrayó que el Comandante en Jefe “oye la hierba crecer, y ve lo que pasa al doblar de la esquina”.

Hasta sus enemigos más acérrimos le respetan, y en no pocos casos temen al guía de la Revolución del 1 de enero de 1959, por su impactante personalidad, su inteligencia sin fin, y su capacidad de resistencia, entre otras tantas cualidades.

De otro lado, un diplomático nicaragüense aseguró que “Fidel es planetario por su humanismo”, y lo mucho que ha ayudado a los pueblos más desposeídos.

Hoy millones de personas viven, pueden leer y escribir, y son felices gracias a Fidel es Fidel, el creador del “Ejército” de Batas Blancas de médicos cubanos, que nunca podrá tener Estados Unidos, y que tantas vidas ha salvado en los lugares más recónditos de este mundo.

“Por culpa” del Comandante en Jefe miles de jóvenes latinoamericanos y africanos son actualmente profesionales de la salud, de la educación y de otras especialidades, y laboran en sus respectivos países tras haber estudiado en Cuba de forma gratuita.

El presidente boliviano, Evo Morales, ha reiterado que Fidel y sus coterráneos siempre han ofrecido lo poco que tienen, no lo que les sobra, en medio de dificultades económicas y del bloqueo que Washington todavía les impone.

No por gusto millones de hombres y mujeres dignos, de cualquier raza nacionalidad y religión, creen y seguirán creyendo en Fidel es Fidel, en su Revolución, y se sienten parte del pueblo cubano, el más solidario del mundo.

Gracias por todo Fidel y muchas Felicidades

PD: El también invencible Chávez, su mejor amigo y el de Cuba, como usted lo llamó, estará nuevamente a su lado este 13 de agosto.

Las lacras de la sociedad israelí

La sociedad israelí del siglo XXI ( 80% de judíos frente a un 20% de población árabe), sería un crisol de razas, costumbres, lenguas y valores que tan sólo tendrían en común su origen judío y en la que se estaría produciendo un golpe de mano silencioso de una minoría ultra ortodoxa (los “haredim” que aunque tan sólo representan el 10% de su población serían un Estado dentro del Estado) para fagocitar todas las áreas sensibles del poder del Estado judío (Interior, Vivienda, el Mosad y los mandos del Tzáhal o Ejército judío) e intentar imponer la “Halajá” o ley judía a más del 40% de población que se declara laica, segmento de filiación europea , inmersa en la cultura y modo de vida occidentales y que desea ser regida por la ley civil como en las demás democracias formales occidentales, no siendo descartable la agudización de la fractura civil en los próximos años, preludio de una posterior deriva totalitaria de la actual democracia israelí que tendrá su culminación con la instauración en el Estado israelí de un régimen teocrático-militar, émulo del denostado régimen de los ayatolá iraníes.

La manipulación del miedo como dictadura invisible

El estadounidense Harold Lasswell (uno de los pioneros de la “mass comunicación research”), estudió después de la Primera Guerra Mundial las técnicas de propaganda e identificó una forma de manipular a las masas ( teoría de “la aguja hipodérmica o bala mágica”), teoría plasmada en su libro “Técnicas de propaganda en la guerra mundial (1.927) y basada en “inyectar en la población una idea concreta con ayuda de los medios de comunicación de masas para dirigir la opinión pública en beneficio propio y que permite conseguir la adhesión de los individuos a su ideario político sin tener que recurrir a la violencia”.(defensa de la sacrosanta seguridad de Israel).

Por su parte,Edward L. Bernays, sobrino de Sigmund Freud y uno de pioneros en el estudio de la psicología de masas, en su libro “Cristalizando la opinión pública”, desentraña los mecanismos cerebrales del grupo y la influencia de la propaganda como método para unificar su pensamiento. Así,según sus palabras “la mente del grupo no piensa, en el sentido estricto de la palabra. En lugar de pensamientos tiene impulsos, hábitos y emociones. A la hora de decidir su primer impulso es normalmente seguir el ejemplo de un líder en quien confía ”, por lo que la propaganda del establishment sionista será dirigida no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustentan, sirviéndose de la dictadura invisible del temor al Tercer Holocausto, proceda de Hamás, de Hezbolá o de Irán.

Sin embargo,la teórica política judío-alemana Hannah Arendt en su libro “Eichmann en Jerusalén”, subtitulado “Un informe sobre la banalidad del mal”, nos ayudó a comprender las razones de la renuncia del individuo a su capacidad crítica (libertad) al tiempo que nos alerta de la necesidad de estar siempre vigilante ante la previsible repetición de la “banalización de la maldad” por parte de los gobernantes de cualquier sistema político, incluida la sui-genéris democracia judía, pues según Maximiliano Korstanje “el miedo y no la banalidad del mal, hace que el hombre renuncie a su voluntad crítica pero es importante no perder de vista que en ese acto el sujeto sigue siendo éticamente responsable de su renuncia” .

Así, la sociedad israelí en su inmensa mayoría sería cómplice silenciosa y colaboradora necesaria en la implementación del sentimiento xenófobo contra la población árabe-israelí (según la encuesta sobre derechos civiles ”Association for Civil Rights in Israel Annual Report for 2007” publicada por el diario Haaretz ,“ el número de judíos que manifiestan sentimientos de odio hacia los árabes se ha doblado y el 50% de los judíos israelíes se opondrían ya a la igualdad de derechos de sus compatriotas árabes) y en el incremento del régimen de apartheid en los guetos palestinos de Cisjordania y Gaza en los que la población palestina estaría sometida al régimen jurídico-militar en lugar de depender del poder civil como la israelí, síndrome conocido como “la burbuja de Tel Aviv”. Asimismo, según aurora-israel.co.il, alrededor de mil israelíes oriundos de Etiopía bloquearon el acceso a Jerusalén y su principal arteria para denunciar la persistencia “de racismo y violencia hacia los israelíes etíopes” al grito de “Israel será como Baltimore” tras dos incidentes de manifiesta brutalidad policial contra jóvenes de esta comunidad. Más de 120.000 judíos etíopes fueron traídos a Israel, desde que los rabinos principales determinaron en 1973 que la comunidad tenía raíces bíblicas y aunque algunos judíos etíopes son actualmente diputados del Parlamento (Knéset) y oficiales en el ejército, las quejas por la discriminación en las escuelas y en los barrios son numerosas.

¿Hacia el final de la “revolución laica”?

Tras la firma de los pactos de gobierno con los partidos ultra ortodoxos Judaísmo Unido de la Torá y Shas, que dieron paso a un ejecutivo de fuerzas nacionalistas y religiosas, Netanyahu va a eliminar de un plumazo la «revolución laica» iniciada en la anterior legislatura por Yanir Lapid. Así, según el diario Yediot Aharonot, Netanyahu se ha comprometido a congelar una serie de reformas emprendidas por el anterior Ejecutivo sobre recortes económicos entre la comunidad ultra ortodoxa, modificar las reformas en las leyes de conversión y en la ley de enrolamiento universal, que por primera vez forzaba a cerca de 60.000 haredim (ultra ortodoxos) a entrar en el Ejército debido a la ola de protestas sociales de una clase media que se quejaba de los exagerados privilegios que éstos recibían a pesar de no contribuir “ ni a las arcas públicas ni al «peso» de la seguridad nacional”.

Ello conllevará según un fustrado Lapid en declaraciones al diario Yediot Aharonot que los ultra ortodoxos «podrán seguir sin reconocer al Estado de Israel, obtener miles de millones de los contribuyentes y vivir sin trabajar», con lo que continuará la implementación de un régimen teocrático bajo el control del Gran Rabino ( a imitación del régimen de los ayatolá de Irán), en el que los ultraortodoxos serán la casta dominante a pesar de ser una minoría, aunque ya en la actualidad, serían una casta ociosa (6 de cada 10 no trabaja y se dedican al estudio del Torá) que gozaría de prebendas y privilegios, que tendría a la población laica como siervos para sufragar su manutención, sanidad y educación así como la defensa de las fronteras de Israel y que impondría sus leyes al 43% de población laica, de lo que sería paradigma el hecho de que el Estado israelí no permite el matrimonio civil. El declive del Estado de Bienestar en Israel afectaría pues únicamente a la población laica y urbana , por lo que en el 2011 unos 250.000 jóvenes iniciaron una protesta en Tel Aviv en el 2011 contra las políticas sociales de Netanyahu y en demanda de vivienda, planificación, políticas para el mercado laboral, salud y educación pública, debiendo recurrir Netanyahu de nuevo a la manipulación del miedo para obviar el colapso del Estado de Bienestar de Israel (secuestro del soldado Gilad Shalit). Además, en los últimos años estaríamos asistiendo a una cruzada silenciosa inoculada por las enseñanzas patógenas de ciertos rabinos ultraortodoxos israelíes contra la comunidad gay y lesbiana, de lo que sería paradigma el reciente ataque por parte de un judío ultraortodoxo contra la Marcha del Orgullo Gay en Jerusalén, atentado que mereció la reprobación del rabino ortodoxo Shmuel Herzfeld quien en una vigilia en Washington exigió a los judíos ortodoxos “que reflexionen sobre si la retórica de la comunidad ortodoxa contribuye a este tipo de violencia”.

Los colonos y el declive del Estado de Bienestar

Según el censo elaborado por el Ministerio de Interior israelí, cuando se suscribieron los Acuerdos de Oslo (1.993), unos 250.000 colonos poblaban los territorios ocupados mientras que en la actualidad serían más de 700.000 colonos que extenderían sus tentáculos por Cisjordania (140 asentamientos entre los que descollarían Hebrón y en especial el valle del Jordán que domina la mitad fértil de río y sería una verdadera avanzadilla para controlar la frontera de Jordania) además de Jerusalén Este y los Altos del Golán, aunado con la prevista culminación del Muro de Cisjordania que incluiría aproximadamente el 10% del territorio de Cisjordania, incluida Jerusalén Este donde unas 60.000 casas palestinas podrían ser demolidas al carecer de permisos oficiales. Así, antes de las recientes elecciones, Netanyahu reafirmó “el derecho del pueblo judío a construir en Jerusalén”, (lo que se traduciría en la construcción de 1.000 nuevas viviendas en Jerusalén Este), pues según sus palabras “hasta los palestinos saben que esos lugares quedarán bajo la soberanía israelí bajo cualquier tipo de arreglo” .

Desde que en 1967 el Partido Laborista impulsó los asentamientos, el Estado israelí se habría gastado la friolera cifra de 7.500 millones € y según denuncia Maayan Geva, de B´Tselem, (Centro israelí de información sobre derechos humanos en los Territorios Ocupados) “dicha política ha consumido el presupuesto para educación, bienestar social e investigación no armamentística” y ha ayudado “a aumentar la pobreza, con casi un millón de personas por debajo del umbral mínimo, entre ellas, el 30% de la población infantil” por lo que no es de extrañar que con el azote de la crisis , desde 2007 se haya registrado un crecimiento anual de su población de entre el 5 y el 10%, (dos veces más rápido que en el conjunto nacional), forzando a amplios sectores de la juventud laica y urbana israelí a la disyuntiva de engrosar la lista de colonos teledirigidos por los haredim o emigrar a Occidente para escapar de la distopía teocrática del futuro Estado de Israel.

Dado que el 75% de los colonos son ultra ortodoxos (más de 500.000), en los últimos años se habría desarrollado en los territorios ocupados de Palestina una peligrosa simbiosis entre los líderes políticos de los colonos y los rabinos que han predicado durante décadas su oposición a cualquier compromiso territorial con los palestinos y han tratado de dar una justificación religiosa a la ilegal ocupación israelí de los territorios palestinos. Así, rabinos extremistas israelíes entrenarían a los colonos en escuelas ubicadas en los asentamientos construidos ilegalmente en Cisjordania y la ciudad de Al-Quds (Jerusalén) para que cometan actos terroristas contra los palestinos de la ocupada Cisjordania (Ataques de Odio y Venganza), según ha informado los servicios de seguridad general de Inteligencia judío (Shabak) en un informe publicado en la página Web ‘Israelí Central Issues’ y cuyo penúltimo exponente sería el salvaje asesinato de un bebé palestino y su padre en la localidad de Duma cerca de Nablús que será llevado a la Corte Penal Internacional (CPI) por la ANP quien además considera al Gobierno israelí cómplice intelectual del atentado debido a “su política de construir en las colonias y defender a los colonos”.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

Su compañero con Pemán y ella con el fascismo imperialista

Teresa año 2012: «OTAN no, bases fuera, abajo el imperialismo criminal»

Teresa año 2015: «Mire, yo soy de Rota. El primer recuerdo que tengo en el año 1985 es cuando los misiles libios apuntaban a Rota porque había una amenaza inminente, por parte de Gadafi, en Libia. Yo tenía entonces cuatro años en el año 1985. Y decíamos siempre en Rota: «Bueno, de algo hay que comer». Pero ¿qué pasa cuando las bases ya no dan de comer? ¿Qué pasa cuando no se garantiza en la negociación ni en el acuerdo ni en la mesa ni en la letra del acuerdo nada que guarde relación con la garantía de los empleos que en la base se dan? Ninguna garantía ni compromiso firme con el empleo para Andalucía ni para el tejido económico de la zona ni para nadie, tal y como han dicho los propios sindicatos y trabajadores de la base de Morón»

Como vemos la cuestión estriba exclusivamente en que EE.UU. no garantiza trabajo a los nativos del lugar. Los hombres, mujeres y niños asesinados en otras latitudes (solo en Iraq, un millón de muertos) por ese «poco fiable patrón laboral», son lo de menos.

Ferguson y la distopía afroamericana

El 3 de abril de 1.968, víspera de su asesinato, el Premio Noble de la Paz y activista de los derechos civiles, reverendo Martin Luther King ,declaró a su seguidores “ …He visto la tierra prometida. Quizá no pueda llegar con vosotros pero deseo que sepáis que nosotros, como pueblo, conseguiremos la tierra prometida”, con lo que se adelantaría casi medio siglo a la elección de un Presidente afroamericano. Así, por primera vez en la Historia de EEUU, en 2008 es elegido como Presidente de la Nación un negro debido al voto de las minorías latina y afroamericana, con lo que los partidos tradicionales del establishment habrían cambiado su estrategia electoral para captar un voto que en el horizonte del 2050 será mayoritario. Así, según la Oficina del Censo de EEUU, hacia el 2043 los blancos dejarán de ser la mayoría de la población estadounidense y serán desplazados por la suma de la población hispana que aumentaría de 53,3 millones en la actualidad a 128,8 millones en 2060 y la afroamericana, que pasaría los 41,2 millones actuales a los 61,8 millones previstos por las proyecciones.

Sin embargo, según un artículo de la publicación canadiense Global Research, 47,8 millones de estadounidenses vivirían bajo el umbral de la pobreza y deberían utilizar los cupones de alimentación (SNAP por sus siglas en inglés), para satisfacer sus necesidades alimenticias, lo que se traduce en un aumento del 70 por ciento desde 2008 debido a la elevada tasa de desempleo y pobreza que se habría ensañado con las minorías latina y afroamericana. Así, desde el inicio de la recesión en 2008, 28,2 millones de personas se inscribieron en el SNAP y unos 10 millones de niños vivirían en la pobreza extrema, según dicha publicación. Por otra parte, la reducción en el Presupuesto del 2015 de cerca de 85.000 millones de dólares, ha obligado al Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC) a eliminar beneficios a casi 600.000 madres, lactantes y niños, según la publicación canadiense. Además, la tasa de paro de EEUU en el mes de Mayo subió hasta el 5,5 % y continúa el endemismo crónico de altas tasas de desempleo en la población afroamericana (17%), cifra que se triplicaría en cuanto atañe a la población joven negra (51%), con los consiguientes efectos colaterales de marginalidad, economía sumergida e incremento de los índices de delincuencia. que se elevaría hasta cifras ionosféricas en lo que respecta a la población joven pues seguiríamos hablando de 8,7 millones de desempleados (superior a la población de Chicago), a lo que habría que sumar los 6,7 millones que trabajan a tiempo parcial por las condiciones de sus empresas o por motivos económicos (comparable al total de vecinos de Detroit y Baltimore) y los 2,2 millones que no buscan empleo (equivalente a Baltimore), con lo que la frase icónica de Luther King “I have a dream” (Tengo un sueño) continúa como una utopía inalcanzable en la distópica sociedad estadounidense del siglo XXI.

La distopía afroamericana

Una distopía sería “ una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal” y se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos. Así, Detroit sería un escenario distópico de naturaleza real (no ficitica) y el paradigma del mayor éxodo masivo de población sufrido por una ciudad moderna durante los los últimos 70 años , éxodo motivado por la conjunción de razones económicas (la corrupción generalizada de las autoridades municipales y el hecho de que los altos impuestos por vivir dentro del área metropolitana se reducían drásticamente en el extrarradio) y raciales. Así, Detroit habría pasado de tener en el área metropolitana 1, 8 millones de habitantes en 1960 ( 90 % de raza blanca) a 700.000 en el 2012 (84% de raza afroamericana), movimiento migratorio centrífugo conocido coloquialmente como “white fligt “ (vuelo blanco) ya que la mayoría de la población que emigraba a los extrarradios era de raza blanca y de clase media y alta, quedando la población de color confinada al este de la ciudad en una zona irónicamente denominada “Paradise Valley” (Valle paraíso).Nos encontraríamos pues ante un escenario distópico, donde el 36% de la población viviría por debajo del umbral de la pobreza y con la tasa de delincuencia más alta de todo EEUU, favorecido por la lacerante falta de inversiones en los servicios públicos y la existencia de miles de solares y viviendas abandonados vacíos que deberán ser derruidos por el Ayuntamiento. Además, la drástica recaudación de impuestos obligará a recortar todavía más los programas de asistencia social, subir los impuestos y privatizar la mayoría de servicios públicos debido al déficit acumulado y al nivel de los bonos emitidos ya que no pueden imprimir dinero para financiar sus déficits como lo hace la nación, situación extrapolable a otras muchas ciudades de mayoría afroamericana. Así, la ciudad de Camden, en Nueva Jersey, la segunda ciudad con mayor tasa de criminalidad de Estados Unidos, se vio abocada a despedir al 45% de sus fuerzas del orden, con lo que la conjunción de tasas de paro estratosféricas ( superiores al 15 %), drástica reducción de los programas de asistencia social para una población de facto subsidiada y la actuación desmesurada y con claros tintes racistas de las fuerzas de orden público,

El reverendo Wright en un sermón pronunciado en el 2001 en la parroquia de la United Church of Christ de Chicago expresó la necesidad de una metanoia colectiva de la sociedad estadounidense “que transforme las guerras militares imperiales en guerras políticas internas contra el racismo y las injusticias de clase”, para lo que propuso una redistribución fundamental de la riqueza a través de la reasignación del presupuesto público. Citando el “regalo de la Administración de George W. Bush de 1.300 billones de dólares en exenciones de impuestos para los ricos”, replicó con una propuesta de financiación pública de asistencia médica universal y de reconstrucción del sistema educativo para ponerlo al servicio de los pobres.

Asimismo, en una conferencia pronunciada en la Universidad Howard (Washington) en el 2006 afirmó: «Este país se fundó y está dirigido según un principio racista (…) Creemos en la superioridad blanca y en la inferioridad negra (…) más que en el propio Dios», según un extracto publicado por The Wall Street Journal. Obama, hijo espiritual del Reverendo Wright y deudor del título de su libro “La Audacia de la Esperanza,”, se vio forzado a renegar de su paternidad ideológica y no dudó en desmarcarse de la influencia de su mentor religioso ante los ataques recibidos siendo todavía senador, pero en su libro “Los Sueños de mi padre” , habla sobre la actitud vital de la población afroamericana , marcada por el estigma generacional de “una segregación racial que ha caracterizado el devenir norteamericano” según sus palabras, herida sin cicatrizar que posiblemente vuelva a abrirse y estallar en el final de su segundo mandato.

El racismo policial y el papel de las Fraternidades

Tras la muerte del adolescente afroamericano Trayvon Martin por el vigilante George Zimmerman ( absuelto de los cargos de asesinato), el profesor de Estudios Culturales y Negros en la Universidad Duke, Mark Anthony Neal afirmó:”Lo primero que aprendimos es que no hemos superado el asunto de la raza. En la elección de 2008 se tenía la esperanza de que haber elegido a Obama nos permitiría trascender las cuestiones de raza”, pero la deriva totalitaria sufrida por EEUU durante el mandato de George W. Bush provocó que en nombre de la sacro-santa seguridad del Estado se llegara en la práctica a anular el principio de inviolabilidad ( habeas corpus) de las personas, instaurando de facto el principio de “presunción de culpabilidad” en lugar del primigenio de “presunción de inocencia”, lo que habría quedado como estigma imborrable en las fuerzas de seguridad de los EEUU y tendría su reflejo en la prepotencia, brutalidad y el desprecio racial que destilan las intervenciones policiales en las grandes ciudades de EEUU, elementos constituyentes de la llamada “perfección negativa”, término empleado por el novelista Martín Amis para designar “la obscena justificación del uso de la crueldad extrema, masiva y premeditada por un supuesto Estado ideal”. Así, tras la muerte todavía sin aclarar del joven afroamericano de 18 años Mike Brown por disparos de un policía blanco en Ferguson (Missouri) , la población afroamericana volvió a rememorar la década de los 60 y la lucha por las libertades civiles encabezada por el reverendo Martin Luther King, Premio Nobel de la Paz (“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”).

Según elinformador.com.mx, casi la totalidad de las nueve hermandades históricamente negras, (conocidas como »Las Nueve Divinas»), nacieron del conflicto racial en el país y fueron fundadas en los campus universitarios a principios de la década de 1900 cuando los estudiantes negros se enfrentaban a prejuicios raciales y a la exclusión. Así, según Gregory Parques, profesor asistente en la Escuela de Derecho de la Universidad Wake Forest y miembro de la fraternidad Alpha Phi Alpha. “hubo un momento en que las fraternidades negras estaban en la vanguardia de la lucha por los derechos civiles, pero esos días se han perdido en la memoria” pues la mayoría de sus dirigentes estarían sedados y adormecidos debido a las cuantiosas aportaciones que reciben de los fondos federales.

Sin embargo, la persistencia de la violencia policial contra la población afroamericana y la práctica impunidad de la policía (cuyo penúltimo exponente sería la muerte de un joven negro de 19 años desarmado en Arlington) hará oscilar en sus valores la otrora monolítica actitud de las Fraternidades de permanecer al margen de las protestas violentas. Así, fraternidades negras como Omega Psi Phi, Alpha Phi Alpha y Beta Phi Sigma y las hermandades Zeta Phi Beta y Gamma Sigma Rho han hecho un llamamiento a sus miembros para que se unan a las protestas contra las actuaciones policiales, con lo que podríamos asistir al agigantamiento mediático del líder activista pro-derechos civiles Jesse Jackson y a una nueva gran marcha pacífica sobre Washington (Martin Luther King, 1.963), no siendo descartable una posterior reedición de los violentos disturbios raciales del verano de 1963 que podría hacer que las áreas metropolitanas con altas tasas de población afroamericana ( New Orleans, Washington, St-Louis, Los Ángeles, Atlanta, Cleveland y Chicago) estallen en violentos disturbios callejeros donde se entremezclarán las demandas sociales con las de segregación racial, olvidando las enseñanzas de Martin Luther King (“La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”) y quedando postergado “sine die” su sueño utópico de ver sentados en misma mesa a los hijos de blancos y negros en las praderas de Georgia.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

BREVES NOTAS DEL FASCISMO

Sus discípulos hicieron todo en ese sentido. Tofler, Fukuyama, etc. Este último (Fukuyama) incluso se atrevió a sostener el fin de la historia.  Pero, la historia es insustituible en cualquier análisis de la realidad mundial. Y, de acuerdo a esto, necesitamos de la historia para iniciar esta nota.

Antes la orientación estratégica del sistema capitalista en su segunda fase denominada monopolista o imperialista:

Como bien sabemos a finales del siglo XIX el sistema capitalista estaba ingresando a su segunda fase. Esta segunda fase tiene cuatro ciclos económicos largos: dos de expansión o avance y dos de contracción o crisis:

Primero, de 1880 a 1913 de expansión o avance.

Segundo, de 1913 a 1945 de contracción o crisis.

Tercero, de 1945 a 1973 de expansión o avance.

Cuarto, de 1973 hasta la actualidad de contracción o crisis.

Por supuesto en todo este periodo hubo varios ciclos económicos cortos de expansión o avance y de contracción o crisis pero circunscritos al ciclo económico largo en que se desenvolvían..

Además, y esto es aun más importante, hay que observar que en los ciclos económicos largos de contracción o crisis el capitalismo, como es previsible, se ve envuelto en graves apuros, ejemplo, en el primero, es decir, en el que discurre entre 1913 y 1945 hay la gran depresión económica de 1929, las dos guerras mundiales y entre ellas el fascismo alemán e italiano. En el segundo, es decir, en el que discurre entre 1973 hasta la actualidad también hay la gran depresión económica de 2008, grave enfrentamiento ruso-estadounidense y el ascenso del fascismo en Estados Unidos. Pero lo sorprendente es que en ambos ciclos está el fascismo.

Continuemos con el análisis (Aquí solo vamos hablar del primer caso).

Inicio con una breve cronología (para una mayor aproximación desde 1920):

En 1920 se crea la Liga o Sociedad de las Naciones (antecesora de la ONU), previa firma y ratificación del Tratado de Versalles en 1919 después del fin de la Primera Guerra Mundial. Como se recordará Estados Unidos ingresa a esta guerra en 1917 cuando el conflicto había comenzado en 1914. Esta es una nota muy importante.

En 1921 Irlanda se independiza de Inglaterra. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) guió la independencia en una lucha de guerra de guerrillas contra el ejército de ocupación británico, además, contra sus subsidiarios denominados como Black and Tans (Negros y Quemados). La independencia se selló con el Tratado Anglo-Irlandés firmado en diciembre de 1921. Y bajo liderazgo de Michael Collins se estableció el Estado libre e Irlanda.

En 1922 se da la marcha de los fascistas italianos sobre Roma. Son los llamados “Camisas Negras”, dirigida y organizadas por el “Partido Nacional Fascista” de Benito Mussoline.

En 1924 muere Lenin. Antes, el 30 de agosto de 1918, había sufrido un atentado contra su vida ejecutada por la anarquista Fanni Yefímovna Kaplán. Ocurre en un momento de dura resistencia y asedio criminal de los países imperialistas contra la gran URSS. Tras esto Stalin continúa, de forma magistral, la dirección comunista.

En 1926 (25 de diciembre) Hirohito se hace emperador en Japón tras la muerte de su padre Yoshihito. Son los tiempos de la trascendencia indiscutible de Japón en la región asiática como potencia imperialista, incluso, por encima de Rusia y China (un aparte: al final de la Gran Guerra, Hirohito fue protegido por los estadounidenses que se negaron a llevar a Hirohito como criminal de guerra al Tribunal de Nuremberg).

En 1929 la población mundial estaba acercándose a los dos mil millones de habitantes (El 1 de enero del año 2014 la población del planeta alcanzó los siete mil doscientos millones de personas, según el informe del Fondo Alemán de la Población de la Tierra).

En este marco ocurre la Gran Depresión de 1929. Se inicia en Estados Unidos (igual que en 2008). Sus momentos cruciales fueron el 24 de octubre llamado como el “Jueves Negro” y el 29 de ese mismo mes (octubre) llamado también el “Martes Negro”. El pánico es tremendo. Wall Street se estremece. Se dice que en pocas horas dieciséis millones y medio de acciones fueron vendidas con el 40-50 % de pérdidas. Todos los indicadores económicos estaban en picado (caída libre). Tres años después (1932) el PBN estadounidense había disminuido un 27 %, la producción industrial un 50 % y el desempleo era del 25 % (algo parecido sucede entre 2008 y 2015). En sí estaba afectada la producción de bienes de consumo, la producción pesada y también la agricultura. Hubo hundimiento del comercio internacional en dos tercios del valor utilizado antes de la gran crisis. Fue una gran crisis económica que demolió de raíz el sistema imperialista de aquellos años.

En 1931 hay debacle de la Libra Esterlina que había sido Moneda de Reserva Internacional, es decir, base de las operaciones financieras en el mundo. En efecto el 21 de septiembre la Libra Esterlina abandonó el Patrón Oro y se devaluó en un  25 % (es similar a 1971 en el caso del dólar estadounidense). Y desde entonces el dólar estadounidense empieza su gran ascensión.

Luego vienen los siguientes hechos:

En 1933, Adolf Hitler toma el control del Estado Alemán junto a su “Partido nacionalsocialista Obrero Alemán” (en alemán: Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei, abreviado como NSDAP).

Ese mismo año (1933), en octubre, Alemania abandona la Sociedad de Naciones.

En 1934 la revolución China da un giro muy importante: se inicia la “Gran Marcha”. Pero, en 1937 Japón llega hasta Shanghái y Pekín.

En 1936 triunfa en España el Frente Popular. La respuesta contrarrevolucionaria es inmediata, Francisco Franco, arremete contra la República. Hitler lo apoya incondicionalmente, envía tropas terrestres y aviación que hacen añicos Guernica en abril de 1937. Es el preludio de la gran guerra.

En 1936 (25 de octubre) se firma la alianza Alemania-Italia.

El 25 de noviembre de 1936 también se firma la alianza Alemania-Japón, denominada “Pacto Anti-Comintern”, es decir, la alianza anticomunista contra la URSS.

Y, finalmente, el 27 de septiembre de 1940 se firma el “Pacto Tripartito” entre estos tres países (Alemania, Italia y Japón) dando origen así a la mortífera alianza fascista denominada “Eje”.

…y así fueron los hechos.

Pero, una lectura de lo anterior nos permite visualizar las condiciones en que madura el fascismo alemán:

Primero, agudización de las contradicciones interimperialistas, presionadas por la Gran Depresión Económica de 1929 (algo parecido a lo que ocurre desde 2008 hasta la actualidad).

Segundo, exasperación de las principales burguesías financieras, como consecuencia de lo anterior, los mismos que exigían un nuevo reparto de mercados y zonas de influencia, sobre todo, la alemana que necesitaba expandirse acicateada por el gran desarrollo de sus industrias tras el desmontaje de sus grilletes impuestos por el Tratado de Versalles en 1919 (final de la Primera Guerra Mundial).

Tercero, la existencia de la URSS, al que estas burguesías temían enormemente, la misma que se alzaba como un seguro baluarte de las luchas antiimperialistas en el mundo.

Y, cuarto, agudización de la lucha de clases, entre el proletariado y las burguesías en los distintos países de aquella época. Por supuesto, esto fue gravitante después del triunfo de la revolución bolchevique en 1917.

Esencia del fascismo: lo más pútrido del sistema capitalista.

Si profundizamos nuestra abstracción respecto a la causa y origen del fascismo encontraremos lo siguiente: las relaciones de producción absolutamente injustas, en esta segunda fase son aún peores y trabas muy fuertes para el libre desarrollo de las fuerzas productivas. Este es el basamento natural sobre el cual descansan las agudas confrontaciones sociales que ocurren en todo este periodo. Las relaciones de producción, que en su primera fase (fase pre monopolista) estuvieran asentadas en algo de armonía, en esta segunda fase (monopolista o imperialista) se convierten en relaciones absolutamente discordantes con la misma producción que dan lugar a un proceso de estancamiento y retroceso y, que en última instancia, lo conducen a los periodos de crisis muy violentos. La ideología burguesa que corresponde a ella, consecuentemente, también es aquella que lleva a mayores fricciones con el proletariado. Este es el fascismo. Es la respuesta de la burguesía financiera en este periodo donde su misión más importante es salvaguardar el sistema capitalista.

En concreto la segunda fase del sistema capitalista significó su ascensión a un periodo de duras confrontaciones sociales y en el que el carácter reaccionario de la burguesía financiera empezaba a acentuarse cada vez más. En segundo lugar el arrasamiento y demolición de las instituciones demoliberales. El fascismo es consecuencia de este proceso. Es la concreción de todo lo reaccionario y putrefacto habido hasta esos momentos en el sistema capitalista. Emerge en un momento de grave riesgo de este sistema y viene a ser la última arma que tiene la burguesía financiera para mantener su sistema, rebasada, a partir de esos momentos, por las revoluciones proletarias.

El fascismo, por lo tanto, potencia al máximo las contradicciones de clases, particularmente, entre el proletariado y la burguesía. Por ello, la afirmación “el imperialismo es la antesala de las revoluciones proletarias”, no es de ninguna manera una afirmación gratuita, menos una especulación o una suposición, sino, una afirmación científica. Lo demostraron los triunfos de las revoluciones, bolchevique en 1917 y china en 1949.

Esto estaba debidamente sustentada en la magistral tesis de Marx: “Al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de las sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abren así una época de revolución social.” (1).

Históricamente la reacción de las clases dominantes por defender sus posiciones en grave riesgo ha sido una constante. Así fue con las clases esclavistas, feudales, también, con la burguesía.

En efecto, en este caso, se trata de las burguesías financieras, alemana, italiana, japonesa, estadounidense, inglesa y francesa que estuvieron aterrorizados cuando sintieron que sus estados entraban en grave peligro por el ascenso de las luchas de masas y la grave crisis económica que los afectaba y enfrentaba muy fuertemente. Y aún mayor cuando vieron los éxitos que iba alcanzando la URSS en el que, por cierto, no hubo crisis económica entre 1929 y 1940.

Por lo tanto, esto explica mejor que cualquier otra, el hecho de que las clases dominantes recrudezcan su carácter reaccionario en las fases de declinación de las sociedades. Por eso para contener el proceso natural de cambios y transformaciones sus políticas se orientaron por el militarismo y la más descarada dictadura que ideológicamente los lleva a sustentarse casi con desesperación, en los vicios, traumas y prejuicios, sobre todo, en el individualismo, el egoísmo y todas las taras y mendicidades ideológicas expectoradas por el ser humano a lo largo de su historia. Esto es, para retroalimentar sus concepciones de ética y moral erosionadas en el fragor de la lucha de clases y, cuya consecuencia inmediata fue, indudablemente, la degeneración y la corrupción del ser humano.

Entonces cuando hablamos del fascismo de los años 30 y 40 del siglo pasado claramente nos estamos refiriendo a los fascismos que se instalaron en Alemania, Italia y España. El caso alemán es muy emblemático. Claro, allí apareció como nazismo, pero, en esencia, en este nazismo alemán se resumía más claramente la característica principal del fascismo: ante todo y sobre todo, como pudrición del sistema imperialista. Una herramienta de poder de las burguesías financieras basadas sobre todo en el anticomunismo e impuestas en una situación de grave crisis del sistema imperialista (Gran Depresión del 29), con una ideología construida sobre la base de la defensa de la propiedad privada y, por supuesto, la denigración de la propiedad colectiva, el anticomunismo más descarado, la supuesta superioridad de una determinada raza (aria) absolutamente anti-científica, en el más rancio racismo, además, de un ultra nacionalismo, la belicosidad militar y la supravaloración del caudillo (fuhrer). En sí, una ideología rampante y vulgar que en los hechos se concretaba en la persecución de gitanos, judíos y homosexuales, es decir, una ideología sin visión histórica ni sentido científico. Todo ello combinado con su anhelo de la búsqueda del espacio vital, que en el fondo no era otra cosa, sino, la búsqueda de la hegemonía mundial. Sus desesperaciones por construir organizaciones reaccionarias y la confrontación armada que perseguía, fueron descarada y abiertamente declaradas e impuestas.

La corporativización vista como la creación de organizaciones verticales en todos los sectores de la población (obreros, estudiantes e intelectuales) y en todas las zonas (fábricas, centros de estudios, barrios, etc.), no fue sino, una muestra real de la implantación del fascismo. Las organizaciones corporativas cedieron a la burguesía, a diario, nuevas fuerzas de choque contra la clase obrera en estas naciones.

El corporativismo visto en profundidad, no es sino, una estructura organizativa, un armazón orgánico tendido por completo a lo largo de estas sociedades  (esto en los años recientes 2010-2015 la encontramos en los movimientos paramilitares desarrollados como engranajes del viejo ejército estadounidense y bajo sustento de las barras bravas, pandillas juveniles y atroces movimientos religiosos que sacuden el planeta desde el Oriente Medio, Asia Central, Europa, África y América).

Por lo tanto el fascismo viene a ser, para la burguesía, la última tabla de salvación del sistema capitalista.

Es este fascismo (hitleriano) que en los años cuarenta del siglo pasado (XX) llevó a la Segunda Guerra Mundial, sobre todo, para descuartizar a la URSS:

Desde mediados de los años 30 ya existían fortísimas maquinaciones contra la URSS del conjunto de los países imperialistas (Estados Unidos y Alemania, Inglaterra e Italia, Francia y Japón, etc.). La belicosidad estaba dirigida contra la URSS. Pero también estaban muy maduras las contradicciones interimperialistas por mercados y zonas de influencia. Alemania y Estados Unidos principalmente coludidos y en pugna querían el control del mundo. Stalin observa esto y para dividirlos y enfrentarlos firma el 23 de agosto de 1939 el tratado de no Agresión con Alemania conocido como Pacto Ribbentrop-Mólotov.

Y, de hecho, entre ambiciones y torpezas el 1 de septiembre de 1939 se inicia la gran guerra con la invasión de Polonia. Las víctimas fueron más de 70 millones de personas. El primer ambicioso y torpe fue el fascismo alemán (como ahora es el fascismo estadounidense).

Pero, en general, como hemos dicho más arriba, la orientación final del fascismo es la contención de la revolución socialista.

Hitler fue claro en esto. El 31 de marzo de 1941 (ya en pleno proceso de Segunda Guerra Mundial y en pleno auge de su macabro objetivo de arrasar a cualquier precio a la URSS), reunido con lo mejor de sus generales, dijo, así: “El comunismo no ha sido ni nunca será para nosotros un camarada. La lucha que va entablarse es una lucha de exterminio”.

Alemania inició sus operaciones militares contra la URSS el 22 de junio de 1941. La guerra Nazi-Soviética (1941-1945) que se dio en el contexto de esta Segunda Guerra Mundial fue el conflicto más cruento de la historia humana. La batalla de Stalingrado (ahora Volgogrodo) es la batalla más sangrienta de esta guerra e, incluso, de la historia humana, con dos millones de muertos y efectuada entre el 23 de agosto de 1942 y febrero de 1943.

El 18 de febrero de 1943, cuando la Gran Guerra (Segunda Guerra Mundial) ya estaba balanceándose a favor de los heroicos bolcheviques, Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda del régimen Nazi, pronunció un discurso, se dice, el más importante de su vida y, lo hacía desde el Palacio de los Deportes de Berlín, una instalación deportiva de esta ciudad de aquellos años: La oratoria corría en los términos siguientes: “¿Quieren ustedes la guerra total?” (Clamor: “Si, si, si-aplausos).” Si fuera necesario, ¿quieren ustedes una guerra más total y más radical que lo que hoy no podríamos ni siquiera imaginar?” (Clamor: “Si”. Aplausos). “Yo les pregunto…”. Yo les pregunto ¿Es la confianza de ustedes en el Fuhrer más grande, más fiel e inquebrantable que nunca. Están ustedes completa y absolutamente listos para seguirlo donde quiera que él vaya y hacer todo lo que sea necesario para llevar la guerra a un victorioso final? Yo les pregunto: ¿Están ustedes listos para de ahora en adelante  hacer todo el esfuerzo necesario para proporcionar al Frente de Este todos los hombres y municiones para darle a los bolcheviques el golpe mortal?” (Siguen los gritos: ¡Fuhrer ordena  te seguiremos!)”. Esa fue la consigna contra la URSS en esos años de cruenta guerra y en la que Estados Unidos de Norteamérica en comparsa con las burguesías financieras de Inglaterra e incluso con la de Alemania (se dice que hubo tratos con el mismo Fuhrer) se negaba abrir el nuevo frente previamente acordado con los aliados sólo para ver quebrada a la URSS.

Pero el 10 de abril de 1945 ejército rojo comienza el asalto final de Berlín.

El 24 de abril queda completamente sitiada.

El 28 de abril las fuerzas soviéticas avanzan cerca del  Reichstag y consiguientemente cerca donde estaba escondido Hitler (Bunker de la Cancillería).

Entonces Hitler había entrado en un duro proceso de crisis nervioso.

Y, en la tarde del 30 de abril de 1945, ya los valientes combatientes del Ejército Rojo se abrían paso hacia el edificio Reichstag y en la noche de ese mismo día (30 de abril de 1945) los soldados Abdulchakin Izmailov, Vladimir Dubrosky (nombre del republicano español Francisco Ripoll) y el fotógrafo Yevgeny Jaldei, que inmortalizo la imagen, logran izar sobre el Reichstag la Bandera roja con la Hoz y el Martillo de la gloriosa URSS de Stalin.

Hitler ese mismo día, 30 de abril de 1945, se habría suicidado junto a Eva Braun. Así fue suscrito por sus historiadores, sus prensas y sus áulicos. Lo mismo le habría sucedido, según las mismas fuentes, a Joseph Gobbeles y su esposa, el 01 de mayo de 1945.

Y, la parte más infame de la guerra la dio Estados Unidos para chantajear a la gloriosa URSS, al ordenar el bombardeo con armamento nuclear las ciudades civiles de Hiroshima (140,000 personas asesinadas) y Nagazaki (70,000 personas asesinadas) el 6 y 8 de agosto de 1945, respectivamente, cuando la Gran Guerra, prácticamente, estaba concluida.

NOTAS:

1.- Carlos Marx: Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política. En: Obras Escogidas. Tres tomos.  Editorial Progreso. Moscú. 1973. Primer tomo. Pág. 518.

Constitución intocable…

Por no cambiar nos dicen que ni siquiera han quitado aún el nombre del anterior heredero de Franco para proceder a poner el del actual heredero de Franco, pero pensándolo bien ¿qué más da si España es el único país del mundo que tiene dos reyes y dos reinas con sus correspondientes parentelas? Todos a chupar del bote.

Sin embargo hay que ser objetivos, una vez nuestra amiga inmutable e intocable, sí que se inmutó: fue cuando, en menos de 24 horas y sin consultar con nadie, le cambiaron el articulado con el fin de endeudar al pueblo para toda la vida, bueno para toda la vida es lo que el capital pretende. Veremos que nos depara el futuro, un futuro que se vislumbra lleno de incendios, más que los de este verano probablemente vinculados a que el régimen modificó la ley para poder especular a sus anchas con la tierra quemada.

No nos extrañaría que Occidente hiciera de él un héroe

Gu fue declarado culpable de corrupción, malversación de fondos, aceptación de sobornos, abuso de poder y utilización ilícita de fondos del Estado, y sus activos personales fueron confiscados, de acuerdo al acta judicial que cita Xinhua.
También se le privó de su rango de teniente general y se decomisaron todas sus ganancias y bienes ilícitos.
Detenido a comienzos de 2014, Gu pudo recibir coimas por un valor de cerca de 600 millones de yuanes (96 millones de dólares) por participar en una estafa de un total de 30.000 millones de yuanes (4.800 millones de dólares), según publicó el pasado año el semanario Phoenix Weekly, vinculado al Gobierno central chino.
Gu, dijo esta revista, llenaba coches de lujo de lingotes de oro que entregaba a sus «colaboradores», y era especialmente aficionado a las estatuas de oro de Buda.
clarin.com / jmalvarezblog.blogspot.com

El grave error de concepción sobre lo que es un frente y lo que es un partido, y las diferencias y roles de cada uno; Equipo de Bitácora (M-L), 2015

«Atendiendo y estudiando el proceso de creación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde una óptica certera, en ese momento se produce un mayúsculo error en la organización y conformación, uno que está entre las causas fundamentales de todas las desviaciones que irán apareciendo a lo largo del proceso hasta hoy. Y es que el FSLN no surge por la actividad organizativa de un partido comunista –nos referimos a un verdadero partido de vanguardia guiado por el marxismo-leninismo y no al nombre en concreto– con todas sus consecuencias, como: la falta de comprensión e impregnación de las normas marxista-leninistas de organización como es el caso de la unidad ideológica monolítica, la unidad de acción, y el carácter de clase en la composición social. Es decir, los fundadores del FSLN, pese a considerarse así mismos marxista-leninistas, fundaron una organización político-militar en ausencia de un partido, que además obedecía a la estructura de un frente, y cuyo concepto de frente hacía que dentro de la organización no fuera totalmente relevante el origen de clase, se permitirían varias tendencias ideológicas, y no había unidad de acción. Al tiempo se pretendía que esta estructura claramente socialdemócrata fuera una vanguardia marxista-leninista. Pero ocurrió que por su carácter de frente –como el propio nombre de la organización nos deja ver– se vieron atraídos sujetos y grupos antisomocistas de diferentes orígenes sociales e ideológicos, siendo sus consecuencias imaginables para el lector. Con  el paso de los años muchos de estos elementos se autodenominarían «marxista-leninistas» dentro del FSLN.

Como siempre hemos manifestado en nuestros documentos, actualmente los marxista-leninistas tienen una especial debilidad teórica a la hora de entender que es un frente, y la relación que une a este con el partido comunista y con la lucha que desean desarrollar en cada situación, y los pretendidos marxista-leninistas nicaragüenses no fueron menos. Los frentes existen de distintos tipos según las necesidades del país y el momento:

«Cierto es que tanto para la lucha para la conquista de objetivos menores, como para objetivos máximos, es permisible la idea de un frente de lucha –sea de características antiimperialistas, antifascistas, anticapitalistas, etc.– donde converja el partido comunista con otras organizaciones –teniendo estas una mayoría de elementos de las clases trabajadoras, sean obreros o elementos pequeño burgueses–, pero sólo tiene aplicación bajo determinadas condiciones, y el partido comunista siempre tendrá el deber de ser vanguardia de dicho frente si no quiere que fracasen los objetivos del frente y que esa alianza temporal caiga en manos burguesas para manejarla a su antojo. Generalmente a este tipo de frente se ha llamado frente popular, con el calificativo de popular por el hecho de unir a obreros y el resto de clases trabajadoras para un fin concreto. También han existido históricamente los llamados frente único del proletariado, donde el partido comunista instaba al resto de organizaciones con gran afiliación de obreros, o de obreros sin partido, hacia un objetivo concreto. Este tipo de frente fueron comunes tras la Primera Guerra Mundial, y eran utilizados como métodos para frenar la ofensiva de la burguesía sobre los derechos laborales de los obreros y su nivel de vida, pues era común por entonces, que la burguesía  intentara por ejemplo: pagar las reparaciones de guerra que debía a otros países cargando tal deuda a espaldas de las clases trabajadoras, por lo que muchas veces estos frentes, no eran sólo frente único del proletariado, sino que se extendían con las organizaciones no proletarias de artesanos, campesinos y demás, agraviados por la ofensiva de la burguesía; convirtiéndose en frente popular con diversos calificativos: frente del trabajo, frente de los trabajadores, frente anticapitalista etc., razón por la que en ocasiones estos dos tipos de frente se entrelazan. Los calificativos usados por cada frente no importan, lo importante es comprender en cada experiencia de frente que alianza contraía el proletariado y con qué objetivo». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

Si observamos detalladamente toda esta cuestión pero extrapolada a la experiencia del FSLN, es tal que:

1) El FSLN se convierte en una organización de «frente antisomocista» –por llamarlo de alguna manera– debido a que se constituyó desde el primer momento en una organización de carácter socialdemócrata, con lineamientos muy similares a las de los partidos de la II Internacional; esto significa que no se organizó como partido de nuevo tipo, de tipo leninista. En tanto, en tal acción, quedó negado el supuesto marxismo-leninismo de sus miembros:

«Los bolcheviques lucharon decididamente contra las tentativas mencheviques de disolver al partido en amplias organizaciones sin partido. Es conocido que en 1907, Pável Axelrod y otros mencheviques propusieron convocar el llamado «Congreso obrero», en el cual participarían los socialdemócratas, los socialrevolucionarios y los anarquistas. Este congreso, según los mencheviques, debería crear un amplio partido obrero pequeño burgués «sin partido». Lenin desenmascaró este nocivo intento de liquidar el partido obrero revolucionario y diluir el destacamento avanzado de la clase obrera en la masa pequeño burguesa. A propuesta de Lenin, el partido criticó duramente el plan menchevique de convocatoria del «Congreso obrero». Los bolcheviques han considerado siempre que el partido es la forma superior de organización de clase del proletariado. En el período de la discusión acerca de los sindicatos, a finales de 1920 y comienzos de 1921, la «oposición obrera» quiso reducir a cero el papel del partido; consideraba los sindicatos, y no el partido, la forma superior de organización de la clase obrera. Semejante política de socavamiento del papel dirigente del partido en los soviets y en los sindicatos quiso aplicar el llamado grupo del «centralismo democrático». El partido dio una réplica contundente a todos estos intentos. El Xº Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia condenó la desviación anarco-sindicalista de los representantes de la «oposición obrera» y declaró que las concepciones anarco-sindicalistas eran incompatibles con la permanencia en el partido. La experiencia ha demostrado que apartarse de la doctrina leninista-stalinista del partido conduce inevitablemente a la catástrofe. Es sabido que los actuales dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia han diluido el partido en las organizaciones sin partido, en el frente popular. Los dirigentes del partido yugoslavo minan el partido de la clase obrera como fuerza política independiente, llamada a influenciar en las amplias masas trabajadoras». (Édourd Burdzhalov; La importancia internacional de la experiencia histórica del partido de los bolcheviques, 1948)

Para mayor claridad, veamos una cita de la Kominform al respecto del papel a desempeñar en la revolución y en la sociedad socialista por el partido comunista y por el frente; una lección que en su día iba dirigida a los revisionistas yugoslavos:

«La Kominform considera que la dirección del Partido Comunista de Yugoslavia revisa la doctrina marxista-leninista sobre el partido. Según la teoría marxista-leninista, el partido es la fuerza dirigente principal en el país, con programa propio y sin diluirse en la masa de los sin partido. El partido es la forma superior de organización y el arma más importante de la clase obrera. Pero en Yugoslavia es el frente popular y no el partido comunista es el que está considerado como la fuerza principal dirigente en el país. Los yugoslavos rebajan el papel del partido comunista; lo diluyen, en efecto, en el frente popular de los sin partido que comprende elementos muy diferentes desde el punto de vista de clase –obreros, campesinos, trabajadores con una explotación individual, kulaks, comerciantes, pequeños industriales, intelectuales burgueses, etc–. así como grupos políticos de todo tipo, incluso ciertos partidos burgueses. Los dirigentes yugoslavos se empeñan en no reconocer lo erróneo de su orientación, según la cual el Partido Comunista de Yugoslavia no puede ni debe tener su proprio programa particular, sino que debe contentarse con el programa del frente popular. El hecho de que en Yugoslavia solo el frente popular actúa en la arena política, mientras que el partido y sus organizaciones no se presentan abiertamente, en nombre propio, ante el pueblo, no solo rebaja el papel del partido en la vida política del país, sino que socava al partido como fuerza política independiente llamada a conquistar la creciente confianza del pueblo y a atraer bajo su influencia a masas cada vez más amplias de trabajadores mediante una actividad política propagandística abierta de sus puntos de vista y de su programa. Los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia repiten los errores de los mencheviques rusos respecto a la disolución del partido marxista en la organización de las masas de los sin partido. Todo esto demuestra la existencia de tendencias liquidadoras respecto al Partido Comunista en Yugoslavia. La Kominform considera que esa política del Comité Central del Partido Comunista de Yugoslavia amenaza la propia existencia del éste como partido comunista y, en fin de cuentas, lleva consigo el peligro de la degeneración de la República Popular de Yugoslavia». (Kominform; Resolución: «Sobre la situación en el Partido Comunista de Yugoslavia», 28 de junio de 1948)

En otro orden de cosas, y aunque esta próxima cita corresponde a las relaciones entre partido y frente en la construcción del socialismo, observemos como el marxista-leninista soviético Naum Farberov explicaría el error que supondría para los partidos comunistas esconderse ante el pueblo detrás del frente, o acabar diluyéndose en él para la construcción del socialismo –negando su rol como partido, el rol de la clase obrera en la construcción socialista–, algo que hicieron los «marxista-leninistas» nicaragüenses desde la fundación del FSLN y la previa toma del poder:

«La fuerza dirigente de las democracias populares es el partido comunista –proletariado–. El partido comunista forma parte de los frentes populares, pero lejos de diluirse en ellos, el partido los dirige. Más aún, los partidos comunistas se presentan delante del pueblo abiertamente, con su propio nombre, como una fuerza política independiente que dirige la edificación socialista. Si el partido comunista abandonara su posición dirigente, se negaría a sí mismo como vanguardia de la clase obrera, la única capaz de inspirar y dirigir la emancipación de todas las demás categorías de oprimidos. Este abandono, del que se han hecho culpables los dirigentes del Partido Comunista de Yugoslavia, conduce necesariamente al oportunismo político, al abandono de la propia edificación socialista y, finalmente, a aliarse a la reacción. Los frentes populares han jugado un papel magnífico en la lucha contra los invasores fascistas y la reacción interior, y deben continuar siendo en el futuro un arma importante para la consolidación de las fuerzas democráticas. Pero no sustituyen ni pueden sustituir al partido comunista. Dado las clases que los componen, los frentes populares no pueden jugar un papel positivo más que bajo la dirección del partido comunista, vanguardia organizada de la clase obrera y de todos los trabajadores». (Naum Farberov; Las democracias populares en Europa del Este, 1949)

Pero entonces ¿por qué es el error fundamental en Nicaragua?

Sencillamente esta pretendida «vanguardia marxista-leninista nicaragüense» nunca se organizó en un partido político de clase obrera que asumiera la vanguardia del proceso como partido obrero dirigente de la lucha antisomocista y de liberación nacional. Evidentemente que en esta etapa un presunto partido comunista podría haberse apoyado en un frente que reuniera a los partidos y organizaciones como: asociaciones juveniles, de mujeres, sindicatos, y demás organizaciones de carácter antisomocista. El que el partido hubiera liderado el transcurso de esa lucha le hubiese permitido ganar la autoridad moral, la hegemonía ideológica necesaria, ante el pueblo nicaragüense, en tanto podría haber sido el puente mediante el cual se hilara la revolución antisomocista y todas sus tareas antiimperialistas, antifeudales, antifascistas, anticoloniales con la revolución socialista. Así lo explicaron en su día varios marxista-leninistas:

«Para que triunfe la causa de la liberación y la revolución, es preciso que el partido marxista-leninista una bajo su dirección a todas las fuerzas revolucionarias en un amplio frente popular. En la creación de amplios frentes populares, el partido comunista marxista-leninista en modo alguno debe cifrar todas sus esperanzas y concentrar todos sus esfuerzos en las alianzas y la colaboración con los jefes de los partidos y las diversas organizaciones políticas. El partido, sin descuidar este trabajo, tiene la tarea de consagrar toda su atención y todas sus energías a la lucha por crear la unión del pueblo a partir de la base, a través de un gran trabajo de esclarecimiento y persuasión entre las masas, sobre todo organizando acciones concretas, bien preparadas y reflexionadas. (…) En las condiciones de una revolución democrático popular y de la lucha de liberación nacional, cuando existen varios partidos burgueses y pequeño burgueses, el partido comunista puede y debe esforzarse por colaborar con ellos en el marco de un amplio frente democrático popular o de liberación nacional». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Pensar que no es posible el trabajo del partido comunista en estos frentes no solo sería contradecir todas las directrices y experiencia histórica tanto de la Komintern (1919-1943) como de la Kominform (1947-1956), sino que supone desechar toda la actividad práctica de los marxista-leninistas durante el siglo XX. Del mismo modo, negar el empleo de los frentes como reflejo de las alianzas de la clase obrera con otras clases en aras de la revolución, nos llevaría a posiciones que coinciden con las teorizaciones blanquistas, anarquistas, luxemburguistas, trotskistas, en definitiva en desviaciones de carácter «izquierdista» que según en qué ocasiones y según que miembros de estas corrientes han reclamado siempre que: el campesinado es contrarrevolucionaria, que la revolución sólo puede ser a escala mundial y que no es posible el socialismo en un sólo país, que no existen las etapas según las condiciones de cada país, que el proletariado y su partido no pueden contraer ninguna alianza con otras fuerzas, que no existen las condiciones objetivas y subjetivas de la revolución, y un largo etc., estaríamos revisando al marxismo-leninismo en sí:

«La revolución no es obra solamente de la clase obrera, y mucho menos sólo de su partido de vanguardia. Para llevarla a cabo, la clase obrera, según el carácter y las etapas de la revolución, se alía con otras fuerzas sociales, con las cuales comparte intereses fundamentales, crea amplios frentes populares con programas políticos determinados, en los que el partido de la clase obrera no se diluye, sino que mantiene siempre su independencia orgánica y política. Los elementos estrechos: y sectarios le llaman a todo esto tácticas erróneas porque, según dicen, abren las puertas al camino pacífico y reformista. Según ellos, los programas, los frentes, las alianzas no son sino maquinaciones artificiales que tienen como objetivo desviar la atención y obstaculizar la lucha armada. Estos puntos de vista son un eco de las conocidas tesis de los trotskistas que consideran cualquier alianza como reconciliación de clases, niegan las etapas de la revolución y están por la revolución proletaria «pura» y directa. La revolución tiene sus leyes, que son generales y necesarias para cualquier país. La negación de estas leyes conduce al revisionismo». (Enver Hoxha; Informe en el VIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1 de noviembre de 1971)

Pero en tal periodo en que el partido comunista colabora en un frente y se relaciona en la lucha con otras organizaciones y otras clases sociales para lograr objetivos comunes, no puede sacrificar independencia organizativa e ideológica, ni puede perder la vista de sus objetivos finales como clase, es decir la construcción del socialismo y finalmente el comunismo:

«En las condiciones actuales del desarrollo del movimiento revolucionario y de liberación, en tanto que un proceso complejo y con una base social amplia, en el cual participan muchas fuerzas de clase y políticas, el partido revolucionario del proletariado se enfrenta a menudo al problema de la colaboración y de los frentes comunes con otros partidos y organizaciones políticas en esta o aquella fase de la revolución, para estos o aquellos asuntos, de interés común. En relación con este problema, la justa posición de principios y al mismo tiempo ágil, lejos de todo oportunismo y sectarismo, es de trascendental importancia para ganar, preparar y movilizar a las masas en la revolución y en la lucha de liberación. El partido marxista-leninista no es ni puede ser en principio adversario de la colaboración o de los frentes comunes con otros partidos y fuerzas políticas, cuando lo exigen los intereses de la causa de la revolución y lo imponen las situaciones. Pero jamás ve esto como una coalición de cabecillas y como un fin en sí, sino como un medio para unir a las masas y lanzarlas a la lucha. Es importante que en tales frentes comunes el partido proletario no pierda de vista en ningún momento los intereses de clase del proletariado, la meta final de su lucha, que no se diluya en el frente, sino que conserve en él su individualidad ideológica y su independencia política, organizativa y militar, y luche para asegurar en el frente su papel dirigente y aplicar en él una política revolucionaria». (Enver Hoxha; El imperialismo y la revolución, 1978)

Ni su prioridad deben de ser los acuerdos con los dirigentes de estas organizaciones, sino con su base, con su base de militantes de origen de clase trabajador:

«Para que el frente sea verdaderamente una amplia organización política, combativa y revolucionaria, debe ser ante todo una unión de las amplias masas populares, realizada en la lucha y por medio de la lucha, y no una simple unión de partidos, y mucho menos de sus cabecillas, fundada en diversas combinaciones políticas». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

En las circunstancias en que apareció el FSLN, y al no partir como vimos de una organización de vanguardia proletaria, el momento histórico condicionaría inevitablemente que la actividad de esos revolucionarios, como pretendida vanguardia proletaria, fuera paulatinamente sustituida por la idea del frente político-militar determinado por la condicionalidad histórica inmediata encarnada en la unidad antisomocista. Es preciso aclarar que no todo el que se identificó con el antisomocismo del FSLN era marxista-leninista, peor aún, no todos eran siquiera antiimperialista, algo lógico si miramos el desdén por la composición social del FSLN y por su unidad ideológica.

2) Si en la teoría no se exigía unidad monolítica de pensamiento bajo el marxismo-leninismo, en la práctica, al posponer la lucha ideológica y de clase se crearon las condiciones para que aparecieran múltiples discursos, múltiples líneas ideológicas y facciones en el interior del FSLN que justificaron su acción antisomocista y antiimperialista desde elementos teórico-prácticos provenientes del idealismo filosófico: especialmente desde el cristianismo a través de la «teología de la liberación», desdibujando por defecto la línea ideológica del FSLN como ya se ha mencionado. Lenin nos lega:

«Sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario. Nunca se insistirá lo bastante sobre esta idea en un tiempo en que a la prédica en boga del oportunismo va unido un apasionamiento por las formas más estrechas de la actividad práctica. (…) Sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; ¿Qué hacer?, 1902)

Y en aras de la unidad –como Carlos Fonseca defendía– se decía que había que acabar con la polémica dentro del FSLN, y se permitieron las manifestaciones de renuncia y traición a la revolución socialista que se evidenciarían más abiertamente tras el triunfo de 1979.

Vale expresar que el partido comunista, incluso cuando afronta la revolución de tipo antifeudal, antifascista, anticolonial, en alianza con otras organizaciones de otras capas y clases de la población, este no puede diluirse dentro del frente perdiendo su identidad como ya hemos expresado, pero tampoco puede parar la lucha ideológica contra estas fuerzas con las que tácticamente se ha aliado momentáneamente como podrían ser los partidos socialistas, socialdemócratas, agrarios, etc., que temporalmente luchan al lado del partido comunista en esta etapa:

«Las acciones conjuntas con los partidos y las organizaciones socialdemócratas no sólo no excluyen, sino que, por el contrario, hacen aún más necesaria la crítica seria y razonada del reformismo, del socialdemocratismo, como ideología y como práctica de la colaboración de clase, con la burguesía y la explicación paciente a los obreros socialdemócratas acerca de los principios del programa del comunismo». (Komintern; Resolución final emitida por el VIIº Congreso de la Komintern respecto al informe de Georgi Dimitrov, 20 de agosto de agosto de 1935)

En cuanto a las tácticas de frente –del tipo que sea– debemos seguir las enseñanzas de la Komintern: el desenmascarar la línea, los discursos y las acciones de los cabecillas de los partidos burgueses y pequeño burgueses que obstaculizaban el frente, pero mientras hacía tal cosa no dudaba en tender siempre una mano a la militancia de base que quisiera coordinar acciones conjuntas contra el capital, el fascismo, contra los derechos de los trabajadores, contra las guerras imperialistas a diferencia de sus cabecillas. En estos militantes de base de los partidos se encontraban personas que dudaban de la política de sus líderes, que estaban decepcionados y plenamente convencidos de lo traicionero de la política de sus jefes y pensaban abandonar en breve la organización, o eran personas que realmente simpatizaban con el verdadero partido marxismo-leninista y su política revolucionaria y querían saber más de la organización para saber de primera mano lo que les diferenciaba de los partidos pseudorevolucionarios. En estos casos se procedía a la persuasión teórica de su militancia con gran paciencia, mientras se disponía a organizar acciones conjuntas en temas comunes para que dicha persuasión fuera en la práctica comprobada por estos militantes. Pero incluso los acuerdos temporales con estos elementos que se estaban revolucionarizando para tales acciones puntuales que les iba curtiendo y persuadiendo, no debía ser nunca a costa de renunciar a los principios marxista-leninistas, por lo que no se limitaba bajo ningún concepto la crítica a la línea reformista, revisionista o anarquista de sus organizaciones:

«Actualmente, en la arena política mundial además de los partidos burgueses y socialdemócratas, ya desacreditados, actúan también los partidos revisionistas que han traicionado los intereses de la clase obrera y su causa revolucionaria. Las fuerzas y los partidos marxista-leninistas deben llevar a cabo una lucha inexorable contra estos partidos para desenmascarar su traición y sus objetivos contrarrevolucionarios, para destruirlos en tanto que partidos políticos ganándose a su base y sin establecer con ellos ningún compromiso a costa de los principios». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Sino pensáramos bajo este axioma marxista-leninista de las tácticas de frente, estaríamos haciendo un flaco favor a las clases trabajadoras y a la revolución, y en cambio el favor se lo estaríamos haciendo a los dirigentes de las clases explotadoras y sus organizaciones que obstaculizan a la revolución en la etapa que sea y en el tipo de frente que sea y con las organizaciones que sean para esa lucha específica:

«Sería ingenuo pensar que la realización de la unidad de acción del proletariado se puede conseguir tratando de ganar a los líderes reaccionarios por el camino de la persuasión, las exhortaciones o los exorcismos. La unidad del proletariado internacional no se puede lograr sin una lucha tenaz de todos sus partidarios contra los enemigos declarados o encubiertos de dicha unidad. A veces se escuchan en las filas de los socialdemócratas voces según las cuales los comunistas, con su crítica abierta y franca respecto de la conducta de los dirigentes de la II Internacional y de la Internacional de Ámsterdam, dificultan la creación de un frente único. ¿Pero acaso puede lograr la creación de un frente único si no se critica de la manera más decidida a quienes no escatiman sus esfuerzos por obstaculizarlo? ¿Qué clase de dirigentes del movimiento obrero seríamos, si no dijésemos abiertamente toda la verdad sobre una cuestión tan importante para toda la clase obrera? Quién pasa por alto u oculta los actos nocivos de los dirigentes reaccionarios en las filas del movimiento obrero, no ayudan a la causa de la unidad de la clase obrera. Quién renuncia –so pretexto de que ello redundaría en favor del frente único proletaria– a la lucha contra sus enemigos y a la crítica contra el reformismo que subordina el movimiento obrero a los intereses de la burguesía, presta un mal servicio a la clase obrera». (Georgi Dimitrov; La unidad del proletariado internacional, imperativo supremo del momento actual, 1 de mayo de 1937)

¿Por qué decimos todo esto? Históricamente ha sido muy frecuente ver como los partidos y organizaciones que se alejaban de estas exigencias ideológicas al conformar un frente, acabaron zozobrando en el oportunismo y finalmente acaban exponiendo la misma ideología que el resto de partidos inscritos en el frente, observándose que su estrategia y táctica viraba en la misma dirección que esos partidos no comunistas, no cumpliendo por tanto luego los propósito fijados por la clase obrera y su partido:

«Tampoco es raro ver las experiencias de la incorrecta puesta en práctica de un frente único proletariado –se presupone que con partidos con alta afiliación de obreros–, donde en vez de persuadir a la base socialdemócrata de lo erróneo de su dirigencia y la política de colaboración de clases con la burguesía, se finaliza en que el propio partido comunista postula pensamientos y acciones típicas del socialdemocratismo, incluyendo el colaboracionismo de clase con la burguesía. Es común observar estos mismos fallos en la distorsión de la práctica del frente –tanto a la hora de lidiar con las masas y organizaciones no obreras como con las masas y organizaciones obreras del frente único del proletariado–». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

Al coexistir un verdadero partido comunista en un frente con otras organizaciones y por tanto también con capas sociales, es normal que existan roces y que existan intentos o acciones de vacilación, traición aventurismo y que se refleje en la línea teórica y de actuación de sus organizaciones; precisamente el deber del partido comunista es señalar ante las masas los errores de estos partidos con los que converge en el frente los cuales no están en capacidad de llevar hasta el fin la tarea asignada del momento, así como corregir y encauzar en la medida de lo posible a estos partidos para que puedan cumplir los objetivos fijados por el frente. De igual modo deben denunciar los intentos de algunos de sus miembros de quebrar el frente tenga este el carácter que sea:

«Siguiendo la línea de la unidad con todos los que pueden ser unidos en un frente, los partidos marxistas-leninistas, en oposición a los puntos de vista de los revisionistas modernos, deben no sólo salvaguardar su independencia y su función dirigente, sino al mismo tiempo combatir las vacilaciones de sus distintos aliados, sus tendencias reaccionarias y sus tentativas de dividir los frentes y de dedicarse a chalaneos con las fuerzas de la reacción. La línea de la unidad y de la lucha contribuye al fortalecimiento de los frentes, a su depuración de los elementos reaccionarios y contrarrevolucionarios, a la consolidación de la cohesión y del espíritu revolucionario, a la obtención de una unidad más elevada y asentada sobre una base más sólida. Aplicar únicamente la línea de la unidad y renunciar a la lucha conduce a una unidad falsa formal y permite a los elementos y fuerzas reaccionarias socavarla y liquidarla fácilmente, asestando así un rudo golpe a la propia causa de la revolución». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

En el caso particular de Nicaragua se dio el hecho de que estas contradicciones se agudizarían al no existir un partido comunista. La clase obrera y el resto de masas trabajadoras revolucionarias no tenían herramienta ideológica con la que influir en las masas en general, tampoco una organización política y militar con que confrontar las aspiraciones de la burguesía y pequeña burguesía –que a su manera tenían sus diferentes grupos representados en el FSLN– de hegemonizar el proceso sobre todo tras el triunfo. Por tanto no podían poner freno a sus vacilaciones, y a las vacilaciones de la burguesía que se harían constantes en la política oficial del FSLN y el resto de organizaciones antisomocistas tras el triunfo de 1979:

«La cuestión es que cuando los partidos burgueses y los denominados socialistas vean que los intereses de las clases que representan resultan dañados o amenazados, recurrirán a diversas maniobras políticas, organizativas y militares para debilitar la lucha de liberación, la revolución, para romper las alianzas, destruir el frente común y, de manera particular, para acabar con el papel dirigente del partido comunista en este frente. Esto se debe a la naturaleza la posición y las tendencias de clase de la burguesía. Por eso, el partido comunista, sin dejar de seguir la línea de colaborar con las diferentes capas de la burguesía o con sus partidos, debe al mismo tiempo aplicar la línea de luchar contra sus vacilaciones y maniobras contra sus compromisos con las fuerzas invasoras y reaccionarias. Seguir únicamente la línea de la unidad y desatender la línea de combatir las acciones escisioncitas y reaccionarias en el seno del frente, significa adoptar una actitud oportunista, cuyas consecuencias pueden ser muy peligrosas para la lucha de liberación, para la revolución». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Lo expresado a este momento no significa que en la práctica no funcionara del todo esa pretendida vanguardia marxista-leninista dirigente –al menos en las etapas iniciales– del FSLN, pero su trabajo no podía ser efectivo en la forma de comandar en que se organizaron –bajo una organización político-militar con estructura de frente y no un partido que dirigiera al frente–, y además con el devenir de los acontecimientos ocurrió algo similar a lo sufrido por el Partido Comunista de la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial que es el punto que marca el inicio del ascenso de figuras anticomunistas solapadas como Nikita Jruschov: la dirigencia marxista-leninista del FSLN fue cayendo en el fragor de la lucha y al mismo tiempo fue reemplazada paulatinamente por elementos de extracción e ideología burguesa y pequeño burguesa, o bien con un origen trabajador pero de una preparación ideológica defectuosa. Es decir, a las deficiencias de los marxista-leninistas, que en su gran mayoría acabarían falleciendo en combate o marchándose del FSLN, se le sumaba el hecho de que elementos oportunistas anidaban de forma realmente fácil en el partido, precisamente debido a la forma en que fue configurado el FSLN. Este hecho nos indica que resulta cuestionable considerar a estos honestos revolucionarios como auténtico marxista-leninistas.

Incluso, podemos afirmar que en el FSLN no había cuadros marxistas-leninistas preparados ideológicamente y políticamente que asumieran la responsabilidad histórica de la conducción del FSLN, o que pudieran presentar alguna resistencia a las desviaciones que se sucedieron poco después de su fundación y que se agravaron por la condicionalidad histórica, mucho menos tras el triunfo de 1979.

Todas estas desviaciones del punto uno y dos las hemos denunciado siempre, y desde luego deben ser desechadas de una vez por todas:

«Sobra comentar que tan inútil es el frente en el que el partido comunista no gane influencia y lo comande, como la teoría de construir un frente sin la existencia de un partido comunista. También es obvio que la crítica al reformismo, al anarquismo, y otras tendencias no puede cesar durante la estancia de los comunistas en estos frentes». (Equipo de Bitácora (M-L); El revisionismo del «socialismo del siglo XXI», 2013)

3) La composición social de un partido comunista debe ser tratada de la siguiente forma:

«El partido tiene que ser, ante todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El partido tiene que incorporar a sus filas a todos los mejores elementos de la clase obrera». (Iósif Vissariónovich Dzhugashvili, Stalin; Fundamentos del leninismo, 1924)

Esto no significa que no existan problemas con el partido y la admisión de los propios obreros:

«Algunos comités y organizaciones del partido no abordan con la seriedad requerida el problema de la preparación de los miembros de la clase obrera para su admisión en el partido, sino que, por el contrario, muchas veces ceden a las presiones de los oficinistas y se dejan engañar por las apariencias y por su facilidad para las frases hechas en cuya rápida y correcta formulación son verdaderos profesionales. Las organizaciones del partido deben comprender bien que ha llegado el momento de aumentar de manera más notable el porcentaje de obreros en los efectivos del partido y preocuparse más de prepararles para una actividad concreta. Ciertamente esto no significa que no debamos abrir sin ningún requisito las puertas del partido a todos los obreros que deseen ingresar en él. Las admisiones en el partido se realizan siempre de manera individual y después de un cuidadoso análisis de la capacidad de cada persona. (…) Para ingresar en el partido, deben ser seleccionados fundamentalmente aquellos elementos de la clase obrera que con continuos esfuerzos y a través de un período de trabajo más o menos amplio en la industria, en la minería, unido esto a una labor educativa organizada, hayan tomado firme conciencia de ser la clase de vanguardia». (Enver Hoxha; Informe presentado ante el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1956)

Aunque sea elemental que el partido tenga un núcleo obrero, ¿significa eso excluir al resto de clases trabajadoras? No, sería un gravísimo error que crearía la sensación, sobre todo entre el campesinado, de que no se le toma en cuenta en la nueva sociedad, y quebraría la alianza obrero-campesina, tan necesaria en países con poca clase obrera como Nicaragua:

«No cabe la menor duda de que, al exigir que se atienda principalmente al problema de la admisión de obreros, el partido no debe echar al olvido el ingreso de los trabajadores de las restantes capas, particularmente de los miembros de las cooperativas agrícolas y de los procedentes de las capas pobres, aquellos que sean elementos resueltos y probados, con un pasado limpio y dispuestos a combatir abnegadamente por la causa del partido. Pero es necesario tener en cuenta que la inmensa mayoría de ingresos en el partido, la deben constituir los obreros y, con el fin de cortar el camino a la penetración de burócratas, las organizaciones del partido deben aumentar aún más las exigencias en relación a los empleados, los campesinos medios y demás que desean ser admitidos al partido». (Enver Hoxha; Informe presentado ante el IIIº Congreso del Partido del Trabajo de Albania, 1956)

En el caso del carácter del frente popular y las tareas que afrontaba Nicaragua en los 60 y 70, es decir de tipo: antifeudal, antiimperialista, antifascista, y antineocolonialista, no significaba que fuera menos importante mantener entre los miembros del partido comunista, y el resto de organizaciones del frente, una composición social sana que garantizara su unidad y su esencia de clase revolucionaria, que garantizara sobre todo el rol de la clase obrera en alianza con el campesinado para así garantizar el triunfo de su propósito:

«La experiencia ha demostrado que el núcleo del frente unido, la base de las bases, es la alianza de la clase obrera con el campesinado trabajador. Sin esta alianza no puede haber frente popular, ni frente de liberación nacional. Estas son las dos principales fuerzas motrices de toda verdadera revolución en nuestro tiempo, ambas constituyen la abrumadora mayoría de la población en cada país. Así pues, para que el frente sea verdaderamente una amplia organización política, combativa y revolucionaria, debe ser ante todo una unión de las amplias masas populares, realizada en la lucha y por medio de la lucha, y no una simple unión de partidos, y mucho menos de sus cabecillas, fundada en diversas combinaciones políticas». (Enver Hoxha; Sobre el papel y las tareas del Frente Democrático en la lucha por el triunfo completo del socialismo en Albania, 14 de septiembre de 1967)

Dicho esto, y basándonos en los hechos históricos, el FSLN nunca ha sido una vanguardia proletaria, siempre se ha comportado como una vanguardia pequeño burguesa que ha favorecido a la burguesía nacional, salvo unos pocos años tras su fundación. Una vanguardia –desde el punto de vista del marxismo-leninismo– tiene un indisoluble y consustancial carácter de clase, la falta de una teoría guiadora marxista-leninista determinaría que no solo se negara la dirigencia proletaria del proceso en la práctica, sino que el frente convertido en partido político se transformaría en una fuerza socialdemócrata al uso de la democracia burguesa, en un «partido burgués de clase obrera» como decía Lenin; y este era el único desenlace posible ya que como vimos la forma de organizarse del FSLN recordaba a la de cualquier otro partido reformista o revisionista, por no hablar ya de la poca preocupación de sus dirigentes por la composición social del mismo, donde todo lo que se considerara bajo la etiqueta de sandinista, antisomocista o de marxista, era aceptado sin mayor objeción:

«Cuando en un proceso que se pretende al socialismo el «proletariado» es desplazado de la vanguardia y sustituido por otro grupo social como la «intelectualidad», o con mayor frecuencia por el «campesinado» [en el caso del FSLN la dirigencia fue ocupada por elementos burgueses y pequeño burgueses – Anotaciones de Bitácora (M-L)], sencillamente se estará negando el carácter de clase del socialismo y de hecho cayendo en el campo de la contrarrevolución que ha llevado a todos los revisionismo a teorizar sobre la «unidad» entre las clases sociales. Esto resulta en una negación absoluta de las leyes generales de la construcción del socialismo». (Nikolái Bolchevk; El Campesinado y la Revolución Socialista, 2013) (Equipo de Bitácora (M-L)¿Qué fue de la «Revolución Popular Sandinista»?: Un análisis de la historia del FSLN y sus procesos, 19 de julio del 2015)

Inmensa labor la de Podemos en Euskal Herria

El secretario general de Podemos Euskadi, Roberto Uriarte, ha reconocido que Sortu es el «escollo fundamental» para que haya un mayor entendimiento entre su formación y EH Bildu y ha considerado que la izquierda abertzale tiene que ser «más audaz, más valiente y arriesgar más».

BILBAO. En declaraciones a Radio Euskadi, recogidas por Europa Press, Uriarte ha incidido asimismo en que tanto Sortu como el PP deben hacer un «esfuerzo especial» de entendimiento, cuestión que ha reconocido es difícil por estar ambos en «posturas alejadas».

Tras reconocer que para que haya un mayor entendimiento con Podemos, el escollo fundamental dentro de EH Bildu es Sortu, Uriarte ha remarcado que dentro de la izquierda abertzale aún deben darse «pasos».

«En el homenaje a Joxe Mari Korta hubiera sido un gran favor que EH Bildu hubiera suscrito el comunicado y se acercara a la familia. Hay acciones en las que hay que ser más audaz, más valiente y arriesgar más»

En el homenaje a Joxe Mari Korta hubiera sido un gran favor que EH Bildu hubiera suscrito el comunicado y se acercara a la familia. Hay acciones en las que hay que ser más audaz, más valiente y arriesgar más», ha defendido.

Asimismo, ha lamentado que se den «rutinas» en zonas de Gipuzkoa donde la izquierda abertzale ha gobernado muchos años que se traduzcan en «comportamientos despectivos con personas que no se identifican ideológicamente con su opción», algo que debe cambiar.

«Se debe tender puentes con otras opciones políticas. Van por buen camino, pero muy despacio, tienen que avanzar más. Más que Bildu, Sortu tiene que quitarse algunos fantasmas, miedos y complejos y dar pasos más audaces en el camino de superar las grandes divisiones dadas en esta sociedad», ha finalizado.

deia.com

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