Los disturbios comenzaron junto a la caminata que partió desde una céntrica plaza de Santiago, la capital, cuando los jóvenes insistieron en manifestarse por las cuatro pistas del lado norte de la principal avenida capitalina.
Los universitarios chilenos presionan para que la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, avance en sus promesas de dejar una educación gratuita y de calidad antes de concluir su gestión en marzo de 2018.
Los estudiantes se quejan de que la actual Administración no ha acogido sus demandas, que además de calidad y gratuidad, incluyen el fin del lucro y las deudas bancarias.
La educación en Chile no beneficia a todos y muchos jóvenes terminan sus carreras con créditos que deberán liquidar a lo largo de cinco, diez o hasta 20 años.