Lo que se ha descubierto en Chile recuerda a lo que se ha repetido de tapadillo en más de una ocasión, con los presos políticos del Estado español.

Las falsedades escritas en el certificado de defunción de Pablo Neruda el 23 de septiembre de 1973 constituirían méritos para una querella criminal, una noticia impactante difundida hoy en Chile.

El abogado Eduardo Contreras, que lleva el caso por el Partido Comunista al cual pertenecía Neruda, remarcó que las valoraciones de un Panel de Peritos de seis países son demoledoras.“Conocer que no murió de caquexia cancerosa (falta de apetito, debilidad y pérdida de peso), apunta directamente al doctor Sergio Drapper como uno de los presuntos culpables del asesinato del poeta”, sentenció Conteras.

El certificado de defunción expedido en la clínica Santa María de Santiago fue falseado, sin discusión alguna, y hay indicios de que a mi tío no se le aplicó tratamiento adecuado, denunció su sobrino Rodolfo Reyes Muñoz.

La realidad es que el grupo de expertos internacionales que estudia las causas del deceso del Premio Nobel de Literatura dictaminó en esta capital que no fue provocado por un cáncer de próstata, sino probablemente por una bacteria.

“Si todo va bien, en el plazo de un año tendríamos una respuesta concreta y clara a los estudios de genómica microbiana”, declaró el forense español Alvaro Luna, quien fue categórico al precisar que no murió de cáncer.

Tenía efectivamente un cáncer de próstata avanzado pero “lo que es rotundamente cierto, al 100 por ciento, es que el certificado no refleja la realidad del fallecimiento”.

Luna, que encomió el trabajo minucioso de peritaje en Canadá y Dinamarca, indicó que el perfil genómico, si se tratara de una bacteria cultivada en un laboratorio, sería una evidencia rotunda. “Estaríamos ante la intervención de un tercero y se habría administrado con una finalidad criminal la bacteria al cuerpo (de Neruda)”, apostilló.

Con cautela, el Ministro en Visita Especial para el expediente del Premio Nobel de Literatura, Mario Carroza, fue directo: “la caquexia está descartada. Eso está claro”.

El doctor Luna indicó que en un período razonable entre seis meses y un año, se pudieran dar una serie de resultados para confirmar o excluir la acción de un tercero en la muerte del poeta.

“Es un honor trabajar en el caso de una personalidad como Pablo Neruda, lo cual es también un desafío científico”, coincidieron científicos de Canadá, Dinamarca, España, Francia, Estados Unidos y Chile.

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