TEXAS.–El ambiente previo a las celebraciones navideñas lució sombrío para los residentes de un vecindario de casas móviles en Schertz, Texas, luego de que un pequeño miembro de su comunidad murió el pasado 21 de diciembre tras recibir un disparo en un incidente entre oficiales de la policía y una sospechosa.
Kameron Prescott, de seis años de edad, estaba en el interior de su vivienda cuando una bala perdida disparada por un ayudante del sheriff atravesó la pared de su casa y le impactó en el estómago, reportó ayer el sitio Democracy Now.
Según versiones emitidas por la oficina del sheriff del condado de Bexar a medios locales, los oficiales fueron al parque de casas rodantes tras recibir un llamado por un vehículo robado. Allí los agentes encontraron a una sospechosa de 30 años y abrieron fuego, matándola a ella y al niño de seis años.
«En cierto momento, una ronda de balas, que se disparó durante lo que creemos fue un intercambio de disparos, penetró una de las viviendas y un niño resultó herido», dijo a periodistas en la escena Javier Salazar, sheriff del condado de Bexar. El pequeño fue transportado al hospital universitario en San Antonio, pero no logró sobrevivir.
Salazar expresó a los medios reunidos en el lugar de los hechos que estaba muy dolido por la muerte del menor y ofreció sus condolencias a la familia. Además, dijo que los oficiales que trataban de capturar a la sospechosa también estaban afligidos por la tragedia.
En el momento del tiroteo, el menor estaba con dos adultos en la vivienda que resultaron ilesos. La investigación de este suceso apenas empieza, pero trascendió que los oficiales del sheriff dispararon muchas veces contra la sospechosa, que no estaba armada como creyeron al inicio de la persecución.
El sheriff aseguró que la muerte del niño fue un trágico accidente, pero que los agentes siguieron las políticas departamentales.
Los agentes involucrados en el hecho se encuentran actualmente en licencia administrativa, mientras se adelanta la investigación.
Según la base de datos del periódico The Washington Post, 952 personas han sido asesinadas por la policía este año en Estados Unidos.