Los grandes exitos del capitalismo frente a los enormes fracasos del socialismo

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La intoxicación burguesa impulsa una opinión corriente, la de que el socialismo no ha funcionado y, por lo tanto, no funcionará nunca en el futuro. No queda otra que el capitalismo, aunque esté en crisis. El capitalismo no tiene alternativa y todos deberíamos conformarnos con la crisis, aguantarla y sobrellevarla lo mejor posible.

Es una falsedad histórica. El remedio a las crisis del capitalismo siempre ha sido el socialismo. Por ejemplo, tras la crisis financiera de 2008, Islandia adoptó cuatro medidas de socialización:

a) no se gastó el dinero público en rescatar a los bancos, los dejó caer y luego los expropió y socializó
b) se declaró en quiebra y no pagó una parte de la deuda exterior, lo que fue aprobado dos veces por referéndum
c) impuso restricciones a los movimientos de capitales, que han durado hasta marzo de 2017
d) devaluó la corona islandesa

Al año siguiente el primer ministro, Geir Haarde, tuvo que dimitir. En 20011 fue juzgado por llevar a su país a la quiebra. Le absolvieron de tres de los cuatro cargos a los que se enfrentaba, siendo declarado culpable de un delito menor: no convocar reuniones del consejo de ministros para analizar la crisis y las medidas a adoptar.

Islandia es, pues, un modelo de democracia. Hay que reunirse y votar. Las decisiones de política económica no las pueden tomar superestructuras fantasmagóricas, como el FMI, o tipos al filo de lo imposible, como Montoro. En absoluto. Lo mismo que en Suiza, convocan un referéndum para decidir si pagan las deudas o no (y naturalmente el resultado sale que no).

La intoxicación pone a Islandia como modelo de política económica, a pesar de que si esas mismas medidas las hubiera adoptado Venezuela, las hubieran presentado como todo lo contrario: un escándalo, un fracaso del chavismo… Por el contrario, a pesar del “socialismo”, Islandia no fue objeto de sanciones ni de bloqueo económico. Recibió ayudas cuantiosas del FMI, e incluso de Rusia.

El lavado de cerebro sigue con el feminismo burgués de un portavoz del imperialismo tan cualificado como The Economist, para quien Islandia es “el mejor país del mundo para ser mujer” (1), y sería mejor todavía si acabaran con una brecha salarial del 14 por ciento entre trabajadores de distinto sexo.

La moda islandesa ha calado tan hondo que ha ocurrido algo absolutamente insólito: ha pasado de ser un lugar inhóspito y remoto que nadie visitó jamás, a convertirse en un destino turístico preferente. Es como Pamplona en los sanfermines: hay siete veces más turistas que islandeses.

La isla salió de la crisis bastante rápidamente, con crecimientos salariales por encima del 8 por ciento nominal. En 2016 su PIB se creció más de un 10 por ciento. Pero sigue siendo un país capitalista y, como dice la prensa económica especializada, no hace más que “esperar con calma su próxima crisis”(2).

Es algo que repiten muy frecuentemente los mismos que afirman que el socialismo ha fracasado: el capitalismo puede ir de una crisis a otra peor, pero nadie dice lo mismo. En el capitalismo las crisis son consideradas como un éxito.

(1) http://www.economist.com/blogs/graphicdetail/2016/03/daily-chart-0
(2) http://www.eleconomista.es/economia/noticias/8161070/02/17/Islandia-espera-con-calma-el-proximo-crash-su-PIB-se-dispara-mas-de-un-10.html

https://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com/2018/01/los-grandes-exitos-del-capitalismo.html

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