Arabia Saudí, implicado en una guerra devastadora contra Yemen, se convirtió en 2017 en el tercer país del mundo con más gasto militar. Actualmente, el exportador de petróleo más grande del mundo ocupa el primer lugar en la clasificación de países importadores de armamento.
El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por su acrónimo en inglés) revela en un informe que el gasto militar global aumentó el año pasado casi un uno por ciento más en comparación con 2016 y llegó a su valor más alto desde la Guerra Fría.
Uno de los datos llamativos del informe es que Arabia Saudí reemplazó a Rusia en el tercer lugar, de quienes más gastaron, con 69.400 millones de dólares.
Varias oenegés internacionales, como Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) han criticado en numerosas ocasiones a los principales proveedores de armas a Riad, como Estados Unidos y el Reino Unido, porque estiman que parte de los equipamientos militares vendidos a la monarquía, se utilizan en los crímenes cometidos contra el pueblo yemení.
Desde hace más de 3 años, Yemen sufre bombardeos incesantes que han dejado más de 13 mil muertos. Pese a sus grandes gastos militares, la monarquía no avanza como desea en el campo de batalla.
Los analistas aseguran que sin el apoyo militar de Estados Unidos, Arabia Saudí perdería su capacidad para intervenciones militares en otros países. Según un informe del Instituto Británico de Defensa IHS Janes, Riad incrementará aun más su gasto militar en 2019.
