EEUU no está en posición de juzgar a Xinjiang.

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Uno siempre debe dar un buen ejemplo antes de dar lecciones a los demás, especialmente cuando se quiere presentar a sí mismo como defensor de una causa justa.

Sin embargo, con su deficiente historial de derechos humanos, Estados Unidos está lejos de estar cualificado para juzgar la condición de los derechos humanos en la región china de Xinjiang.

La aprobación de un proyecto de ley sobre cuestiones relacionadas con Xinjiang por parte de la Cámara de Representantes estadounidense a principios de este mes, no es más que una demostración de la hipocresía y la repugnancia de Estados Unidos en cuestiones de derechos humanos.

Aparentemente, los legisladores y políticos detrás del llamado proyecto de ley hicieron la vista gorda a las graves violaciones internas de los derechos humanos en su país y trataron de desviar la atención pública desprestigiando a China.

Desde el programa PRISM hasta los frecuentes tiroteos, desde la extendida discriminación racial hasta la sistemática desigualdad de género, desde las arbitrarias sanciones y el uso de la fuerza en contra de otros países hasta las desdeñosas retiradas de organizaciones y tratados internacionales, Estados Unidos ha destruido su credibilidad en cuanto a la protección de los derechos humanos.

Tomando como ejemplo la cuestión racial, la mayoría de los adultos estadounidenses afirman que hoy en día el legado de la esclavitud sigue ejerciendo un impacto sobre la posición de los afroamericanos en la sociedad, más de 150 años después de la abolición de la esclavitud.

La mitad de los adultos afroamericanos de Estados Unidos dijeron que es poco probable que el país eventualmente logre la igualdad racial, según el informe “Race in America 2019” del laboratorio de ideas Pew Research Center.

La política migratoria que separa a miles de niños de sus padres procesados por entrar ilegalmente en Estados Unidos ha suscitado oleadas de fuertes críticas y protestas a nivel tanto nacional como internacional.

Un informe del Experto independiente sobre los derechos humanos y la solidaridad internacional de las Naciones Unidas criticó a la Administración de Estados Unidos por el populismo y el uso de un lenguaje racista y xenófobo para describir a los inmigrantes, así como la práctica de separar a los niños de sus padres.

En 2018 se produjeron 25 tiroteos en los campus de Estados Unidos, que afectaron a 25.332 estudiantes, 33 de los cuales murieron y 61 resultaron heridos. Estos eventos causaron también traumas físicos y psicológicos a muchas personas.

Los abusos contra los derechos humanos revelados por estos hechos representan un marcado contraste con las mentiras santurronas y desvergonzadas de algunos legisladores y políticos estadounidenses que trataron de acusar, presionar y dar lecciones a China.

Que la sorprendente ironía les ayude a mirarse bien en el espejo, enfrentar los problemas de derechos humanos en Estados Unidos y ocuparse de sus propios asuntos.

Culpar a China con mentiras nunca les ayudará a resolver sus propios problemas.

Fuente: china.org.cn

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