“Me preocupan los informes de ataques aéreos israelíes en zonas rurales de Homs y Damasco (en Siria), el último de los cuales fue reportado el lunes”, manifestó el miércoles el enviado de la ONU para Siria, Geir Pedersen, al comienzo de la reunión mensual del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para discutir la situación en Siria, realizada por videoconferencia.
El lunes, varios misiles israelíes impactaron contra edificios residenciales en Damasco (capital siria); como consecuencia de dicha ofensiva, tres civiles murieron y cuatro, incluido un niño, resultaron heridos.
Efectivamente, Israel lanza frecuentemente bombardeos contra Siria, atacando objetivos militares, y en muchos casos civiles. La defensa antiaérea siria ha neutralizado gran parte de los ataques.
El Gobierno de Siria ha amenazado con responder a la violación de su soberanía y ha prometido no permanecer callado ante las agresiones israelíes.
En la misma cita, donde hablaba Pedersen, el representante permanente sirio ante las Naciones Unidas, Bashar al-Yafari, condenó los ataques israelíes contra su país por constituir una “violación flagrante del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas”.
El diplomático sirio llamó al CSNU a condenar la referida conducta del régimen de Tel Aviv y a “asumir sus responsabilidades para cesar el apoyo al terrorismo”, en concreto por parte de EE.UU., Turquía e Israel.
Siria enfrenta retos en su lucha contra la COVID-19
Pedersen, en otro momento de sus declaraciones, urgió al establecimiento de un alto el fuego a nivel nacional en Siria y un esfuerzo total para combatir el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, pues el país enfrenta “muchos retos que pueden minar la respuesta contra la pandemia”.
De hecho, llamó a allanar el camino para que todos los sirios tengan acceso a equipos y recursos necesarios para combatir la COVID-19, lo que no se puede conseguir en medio de las hostilidades, agregó.
El responsable sirio ante la ONU alabó, de igual modo, el desempeño del Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, en la contención del nuevo coronavirus.