El Museo Nacional de Suecia ha causado una oleada de reacciones en la Red por colocar avisos frente a varias obras de arte clásicas para advertir a los visitantes sobre el peligroso nacionalismo, racismo o actitudes de género patriarcales presuntamente ocultas en ciertos lienzos.
Tras su reapertura en 2018, el museo situado en Estocolmo empezó a introducir las advertencias para los cuadros. El arqueólogo Leif Gren consideró los mensajes en una nota de opinión para Vestmanlands Lans Tidning la semana pasada, concluyendo que los responsables del museo no permitían a los visitantes «pensar por sí mismos».
«La visión populista y nacionalista de la suecoidad, que se usa políticamente hoy en día, se basa en la idea de un pasado estáticamente idealizado y construido. La idea de que hay un tiempo y un lugar históricos atrás para mirar, donde todo fue de cierta manera, no es cierta», reza el texto que acompaña el famoso cuadro de Gustaf Cederström ‘Traslado del cadáver de Carlos XII de Suecia’.

Mientras, la obra ‘Baile del solsticio de verano’ de Anders Zorn que muestra a un grupo de personas bailando en una escena rural ha recibido una advertencia sobre el nacionalismo, tal vez, por la presencia de la bandera sueca en el telón de fondo.
Según las advertencias, este tipo de mensajes abundan incluso en paisajes silvestres de Suecia. Uno de ellos, por ejemplo, dedicado a una catarata es calificado como «parte de un movimiento nacionalista» por retratar la «naturaleza poderosa».
Algunos cuadros se asocian con el racismo. ‘Feligreses en un barco’ de Carl Wilhelmson muestra a un grupo de suecos con vestimentas de las zonas rurales, pero ha recibido una calificación racista porque se creó al mismo tiempo de la ejecución de una «investigación antropológica racial«.

Asimismo, el museo escruta las relaciones de género del siglo XIX a través de actitudes modernas. Por lo tanto, que un personaje masculino duerma en una cama más amplia que la de su esposa que debe acostarse al lado de sus niños es una desigualdad atribuida al nacionalismo.
Por otra parte, una escena de dos faunos mirando a una ninfa desnuda en un bosque se interpreta como un ejemplo de «como fueron enseñados los espectadores del siglo XIX en la tradición de la mirada masculina«.
Las obras del siglo XX, no obstante, se presentan de manera diferente. Después de la Segunda Guerra Mundial, el arte y el diseño «al igual que la sociedad en general, se democratizan y reflejan una diversidad creciente», se lee en un cartel ante una colección de pinturas de esa época, mientras que otros promocionan el progreso del país hacia una sociedad más igualitaria.
Sin embargo, varios internautas consideran que los avisos son politizados. Uno de ellos escribió que la exposición es un «gran adoctrinamiento de izquierda, financiado con nuestros impuestos».
Nationalmuseum märker sina tavlor med tokvänsterpolitiska pekpinnar.
”Kyrkfolk i båt” av Carl Wilhelmsson beskrivs som rasistisk sic(!)Den permanenta utställningen är en enda lång vänsterindoktrinering – finansierad av våra skattepengar.#svpol https://t.co/kapB6PusWz
— Michael Levandi (@mikelevandi) June 21, 2021
«Esta locura continuará hasta que todo en la cultura sueca sea tachada de racista. Todo lo que nos enorgullece a los suecos de nuestra herencia cultural debe ser tildado de racista por estos extremistas de izquierda autorizados por el Estado «, argumentó un usuario de Twitter. «¡Les dimos el dedo, ellos tomaron una mano!», agregó.
Detta vansinne kommer att fortsätta tills allt inom svensk kultur stämplats som rasistisk.
Allt som gör oss svenskar stolta över vårt kulturarv ska rasistsmetas av dessa statligt sanktionerade vänsterextremister.
Vi gav fingret, de tog vår hand! https://t.co/Msyb9lvZIU
— Rikard Ljungberg (@RikardLjungberg) June 19, 2021
«¿Es racista todo lo sueco? Aquellos de ustedes que piensan así, ¿por qué todavía eligen vivir en un país tan racista?» cuestionó otro.