Todos los extranjeros dispuestos a luchar contra Rusia y con voluntad de mantener el orden mundial, pónganse en contacto con las misiones diplomáticas extranjeras de Ucrania, anunció recientemente la ministra de Defensa, Anita Anand.
De acuerdo con el activista y escritor canadiense Yves Engler, el gobierno del Primer Ministro, Justin Trudeau, también ignoró la ley al promover que los canadienses se unan al ejército ucraniano.
La ministra de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, al ser interpelada por la prensa, respondió que entiende que “las personas de ascendencia ucraniana quieran apoyar a sus compatriotas. Promovemos y aplaudimos cualquier forma de apoyo en este momento”.
La Ley de Alistamiento en el Extranjero prohíbe a las autoridades del gobierno reclutar militares para que se unan a un ejército extranjero.
Señala, además, que toda persona que, dentro de Canadá, induzca a cualquier persona a alistarse o a aceptar cualquier comisión o compromiso en las fuerzas armadas de cualquier estado extranjero es culpable de un delito.
A inicios de esta semana, el gobierno ucraniano anunció la creación de una brigada internacional para luchar contra Rusia, mientras el gobierno de Vladímir Zelensky eximió de la obligación de visado a los extranjeros que quieran defender a su país.
Según Zelensky, se han inscrito cerca de 20 mil individuos para ese fin, y Ottawa añadió que se está creando un batallón canadiense-ucraniano con más de 500 personas.
Canadá ha apoyado al país europeo desde que estalló allí una mortífera guerra hace ocho años, explicó el activista político.
A través del Fondo de Amigos de las Fuerzas de Defensa de Ucrania, con sede en Toronto, el gobierno canadiense recaudó más de 1,5 millones de dólares poco antes del estallido de las tensiones con Rusia, hace tres meses.
Nuestra organización tomó su inspiración del movimiento canadiense Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel. Varias organizaciones judías de nuestro país apoyan al ejército de esa nación del Medio Oriente, resaltó el cofundador del Fondo, Ihor Kozak.
Para Engler, es indignante que los diplomáticos canadienses celebren a quienes se unen a una fuerza que humilla a los palestinos en los puestos de control de Cisjordania, que dispara contra los manifestantes en Gaza y que bombardea Siria violando el derecho internacional.
“El apoyo canadiense a las Fuerzas de Defensa de Israel se apoya en las críticas del gobierno a Rusia. Si fuera por principios, ¿por qué no se preocupan por la violación del derecho internacional y la violencia de los militares israelíes?”, analizó el activista.
Todo apunta a que el gobierno de Trudeau puede ignorar la ley de reclutamiento de militares extranjeros cuando le resulta políticamente útil, concluyó.
