«En cuanto a la maquinaria, nuestra dependencia de las importaciones es pequeña, pero sigue existiendo (…) aunque todos los problemas se están resolviendo», dijo Brylo a la agencia de noticias BeltA.
El ministro precisó que hay un 4 por ciento de maquinaria importada entre los tractores, y un 12 por ciento de las cosechadoras de forraje, mientras un 20 por ciento corresponde a las cosechadoras de grano.
«Esta gradación se incrementa con los equipos bielorrusos, gradualmente y por etapas. Por supuesto, hay dificultades, no digo que todo vaya como la seda», aseguró.
Según Brylo, hay algunas piezas y equipos de la industria de transformación que todavía son difíciles de sustituir por productos locales, pero «hay que intentarlo».
«Para cada equipo importado tenemos nuestras propias oficinas de representación en la república. Aquí trabaja nuestra gente bielorrusa, que quiere hacer el máximo mantenimiento de las maquinarias que se han entregado», añadió el ministro.
Las relaciones entre Occidente y Bielorrusia se deterioraron luego de las elecciones presidenciales de agosto del 2020 en el país, en las cuales dieron como ganador por sexta vez a Alexandr Lukashenko.
Estados Unidos, la Unión Europea, el Reino Unido, Canadá y otros países impusieron gradualmente sanciones a funcionarios y empresas bielorrusas, acusando a Minsk de violaciones electorales y de los derechos humanos.
Las nuevas sanciones occidentales contra Bielorrusia surgieron este año debido al apoyo de Minsk a la operación especial rusa en Ucrania, que comenzó el pasado 24 de febrero. (Sputnik)