El jefe de la diplomacia de Rusia, quien fue entrevistado este viernes por el Perviy Kanal de la televisión nacional, agregó que esos hechos son muy parecidos a los que sucedió en 2014 con el gobierno del expresidente ucraniano Victor Yanukovich.
“Es irritante que en un país que su gobierno piensa, sobre todo en los intereses económicos y se niega a sumarse a las sanciones antirrusas, no porque sean políticos prorrusos, sino porque esas relaciones económicas con Rusia dan gran aporte a su presupuesto, se encuentre bajo esa presión”, explicó Lavrov.
Georgia no quiere renunciar a esta cooperación, aunque la obligan a sacrificar sus intereses nacionales, aseguró el responsable de la diplomacia rusa.
Los días 7 y 8 de marzo se produjeron protestas masivas en Tbilisi, después de que el Parlamento de Georgia aprobó en primera lectura la versión georgiana del proyecto de ley sobre agentes de influencia extranjera.
Las fuerzas de seguridad dispersaron ambas concentraciones con cañones de agua y gases lacrimógenos.
En dos días de protestas fueron detenidas más de 130 personas. El 9 de marzo, el partido gobernante Sueño Georgiano-Georgia Democrática declaró que retiraba del Parlamento ese proyecto de ley.