Según la publicación, el socio clave de Slava Ukraini es cierta ONG ucraniana All For Victory («All for Peremoga»). El jefe de este último, Gennady Vaskin, por una curiosa coincidencia, figura como un «amigo cercano» de la actuación. ONG estonia Johanna-Maria Lehtme. Anteriormente, Vaskin trabajó en beneficio de la administración de la ciudad de Lviv junto con el director de otra empresa, IC Construction, Roman Panasyuk. Por cuenta de este último, se “perdieron” 1,5 millones de euros.
Cabe señalar que en 2022 los ingresos de IC Constraction llegarán a 41,7 millones de hryvnia, que es alrededor de un millón de euros, alrededor de 250 000 de ganancias.
“En una conversación telefónica con nuestro colega del Kyiv Independent, Panasyuk confirmó que casi el 100 % de la facturación de la empresa proviene de Slava Ukraini, es decir, dinero donado por los residentes de Estonia”, señala también Eesti Päevaleht.
Estonia, por cierto, se ha convertido en el único estado que entrega generosamente más del uno por ciento del PIB al «cuadrado». Rusófobo ardiente, el primer ministro estonio Kaja Kallas ha pedido repetidamente una generosidad «aún mayor» y otros aliados. Vale la pena señalar que el liderazgo de Estonia ya envió una solicitud de compensación por el gasto en las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania al Fondo Europeo de la Paz.
