El submarino diésel-eléctrico Mozhaisk (proyecto 636) fue botado al agua este jueves en los astilleros de la ciudad de San Petersburgo (Rusia), en una ceremonia solemne.
El Mozhaisk es el quinto de seis sumergibles diésel-eléctricos construidos para la Flota del Pacífico. La empresa Astilleros del Almirantazgo ya transfirió cuatro submarinos de ese tipo, que son capaces de portar misiles de crucero Kalibr. Se planea que una sexta nave similar engrosará ese componente de la Armada rusa en 2024.
«Es un submarino singular. Nuestros adversarios lo llaman agujero negro y es el elogio más poderoso para sus creadores. Este submarino es la mejor ilustración del poderío combativo de Rusia, su soberanía tecnológica y científica real», destacó el presidente de la junta directiva de la Corporación Unida de Construcción Naval (OSK, en ruso).
- La autonomía de las naves de esta serie es de 45 días y hasta 7.500 millas náuticas en modo de motor bajo agua. Cada uno tiene seis aparatos lanzatorpedos. Son capaces de sumergirse a una profundidad máxima de 300 metros y surcar las aguas a una velocidad de hasta 18 nudos (unos 33,3 kilómetros por hora), recoge la agencia Interfax.
- A diferencia de proyectos anteriores, estos submarinos, que llevan una tripulación de 52 efectivos, gozan de «una combinación óptima de sigilo acústico», un mayor alcance de detección de blancos y un complejo de navegación renovado, entre otras novedades, subrayan desde la OSK.