Por lo menos 95 000 personas han tomado la calle Kaplan en Tel Aviv, mientras varios miles protestan en otras ciudades de la Palestina ocupada, como Al-Quds (Jerusalén), Haifa y Beersheba, contra la controvertida reforma judicial que impulsa desde enero pasado el gabinete de Netanyahu.
Gritando “No a la dictadura”, los manifestantes también portan pancartas con mensajes contra Netanyahu.
Las manifestaciones de esta jornada tienen lugar después de que el premier israelí volviera a prometer seguir adelante con su proyecto judicial, a pesar de que la oposición anunció el miércoles que abandonaba las negociaciones que buscaban un consenso en torno a esa medida, y miles de personas insisten en la cancelación total de la reforma.
Los planes del gabinete sionista para el poder judicial están sumergiendo a Israel en una de sus peores crisis internas. La oposición considera que la reforma no solo debilita el sistema judicial, sino que es una medida a la que ha recurrido Netanyahu para impedir su juicio por tres casos de corrupción y soborno, lo que conducirá al régimen a nuevos conflictos, una guerra civil e incluso el colapso.
Los descontentos dicen que el plan de reforma judicial asestará un duro golpe al régimen, ya que limitará la influencia de la corte suprema (el máximo órgano judicial del régimen sionista) en el proceso de aprobación de las leyes básicas y permitirá que los miembros del parlamento israelí retrasen su aprobación.