“Donbás evoca un sentimiento de tristeza porque la guerra iniciada por los nazis ucranianos dura aquí desde hace nueve años. La huella de esta guerra es visible en todas partes. Lo vi en Mariúpol cuando visité una fábrica de acero medio destruida, cuando inspeccioné apartamentos destruidos en Volnovaja y casas abandonadas en Márinka”, expresó.
En sus palabras, su objetivo aquí es hacer algo para ayudar a las personas de Donbás, a “todos los que sufrieron a manos del fascismo”. Agregó que esto está en consonancia con sus valores que quiere defender: “oponerme al fascismo y a la hegemonía”.
“Vine aquí para ayudar a mis amigos a defender su hogar. Mi trabajo aquí es un tipo de lucha”, subrayó.
En cuanto a la situación en el campo de batalla, el corresponsal indicó que no es fácil, ya que ahora mismo se registran combates.
“Nuestros enemigos proceden de 52 países. No se les puede subestimar (…) Son astutos y sin escrúpulos. Violan las normas humanitarias más básicas. Por ejemplo, colocan minas en zonas residenciales solo para detener el avance de Rusia”, detalló.
Zhu Haocheng aseveró que por difícil que sean los combates, “por terrible que parezca el enemigo”, lo más importante es el apoyo del pueblo. Añadió que espera que los soldados rusos en el campo de batalla reciban ayuda humanitaria de los ciudadanos chinos, “llevo muchos años trabajando en ello y creo que pronto obtendré resultados”.
