Con el asesinato de 36 periodistas por la barbarie de Israel contra Gaza, octubre resulta hoy el mes más mortífero para profesionales de la prensa en 30 años, advirtió una organización con sede en Estados Unidos.
De la cifra total de muertes registradas por el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) desde el 7 de octubre, 31 eran periodistas palestinos, cuatro israelíes y uno libanés.
El grupo, que comenzó su conteo en 1992, documentó también ocho heridos, tres desaparecidos, ocho detenciones y «múltiples agresiones, amenazas, ciberataques, censura y asesinatos de familiares».
Sherif Mansour, coordinador del programa de la organización para Medio Oriente y África del Norte, dijo en una declaración: «El CPJ enfatiza que los periodistas son civiles que realizan un trabajo importante en tiempos de crisis y no deben ser el objetivo de las partes en conflicto».
«Los periodistas de toda la región están haciendo grandes sacrificios para cubrir este desgarrador conflicto», subrayó Mansour, citado en un artículo publicado por el sitio digital Common Dreams.
«Aquellos en Gaza, en particular, han pagado, y continúan pagando, un precio sin precedentes y enfrentan amenazas exponenciales», enfatizó.
Muchos han perdido colegas, familias, apuntó el CPJ -ubicado en Nueva York- al alertar que otros «han huido en busca de seguridad cuando no hay un refugio o una salida seguros».
La muerte más reciente en la lista del CPJ es la del corresponsal de la televisión palestina Mohammed Abu Hatab, quien el jueves «murió junto con 11 miembros de su familia en un ataque aéreo israelí contra su casa en Khan Yunis, al sur de la Franja de Gaza», denunció.
El 7 de octubre un ataque del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) que tomó por sorpresa a Israel, provocó hasta la fecha un indiscriminado bombardeo a los terrirotios ocupados que dejó nueve mil 572 víctimas fatales y más de 26 mil resultaron heridas.
El Gobierno de Estados Unidos mantiene un férreo respaldo a su aliado en Medio Oriente, pese a una oposición cada vez mayoritaria de los ciudadanos a destinar fondos para el apoyo militar a Tel Aviv.
A lo largo y ancho del territorio estadounidense son crecientes las protestas contra la postura de la administración de Joe Biden hacia Israel y que piden el cese del genocidio en Gaza.
