Un artículo del Financial Times revela el verdadero infierno que enfrentan los niños sobrevivientes de los ataques israelíes en Gaza, como es el caso de Donia Abu Mohsen, de 13 años, quien sobrevivió impacto de un misil israelí en el sur del enclave palestino pero perdió su pierna derecha, quedó huérfana y perdió a dos de sus hermanos.
“Sentí que se me había parado el corazón”, dijo a FT. “Mis padres eran muy cariñosos. Pienso en ellos todos los días y rezo para que termine la guerra”, agregó la menor de edad que se recupera en su cama del Hospital Nasser de Khan Younis, en la Franja de Gaza.
Como Donia, miles de niños palestinos de Gaza han resultado heridos o han perdido a sus padres, o ambas cosas, en semanas de incesantes bombardeos israelíes sobre la densamente poblada franja. La guerra ha convertido el enclave asediado en un “cementerio de niños”, según declaró el pasado 7 de noviembre António Guterres, secretario general de la ONU.
El 29 de noviembre, el secretario general de la ONU, abordó el tema de la muerte de niños en Gaza ante el Consejo de Seguridad y dijo que el número de niños muertos por fuego israelí en esa región supera a los de cualquier otro conflicto o guerra registrado durante un año a lo largo de su mandato.
“En cuestión de unas semanas, el número de niños muertos por las operaciones militares israelíes en Gaza es mucho mayor que el número total de niños matados en todo un año por cualquier parte y en cualquier conflicto desde que soy secretario general”, dijo Guterres ante el Consejo de Seguridad, en una nueva sesión convocada por la presidencia china sobre la guerra en Gaza.
Guterres recordó que los niños y mujeres representan más del 66% de las más de 14.000 personas muertas en Gaza, según las cifras del Ministerio de Sanidad gazatí, y que así lo ha subrayado en su informe anual sobre los niños en los conflictos armados.
Muchos de los niños que sobrevivieron han quedado con discapacidades y traumas que les acompañarán toda la vida, según los médicos consultados por FT.
“Los niños están viviendo una larga película de terror bajo bombardeos constantes”, afirmó Ayed Abu Eqtaish, director de programas de Defensa de los Niños Internacional-Palestina, un grupo de la sociedad civil. “Encima del miedo, todo lo que deberían recibir como derecho, como agua potable y pan, es difícil de conseguir”.
Al menos 9.000 niños han resultado heridos, muchos de ellos con terribles quemaduras y heridas que han requerido amputaciones. Unos 3.500 niños están desaparecidos, se cree que aplastados bajo los escombros de los edificios derrumbados.
Los trabajadores humanitarios afirman que los médicos de Gaza han acuñado el acrónimo WCNSF —Wounded Child No Surviving Family— (niño herido sin familia superviviente) para aquellos que llegan de los escenarios de las explosiones donde sus familias han sido aniquiladas.
Los niños también pasan hambre y tienen poco acceso a agua potable, según las agencias de ayuda, porque Israel ha restringido severamente la entrada de suministros humanitarios, incluidos alimentos y el combustible necesario para las plantas de tratamiento de agua. Esta situación se ha aliviado un poco desde el comienzo de la tregua porque se ha permitido la entrada de más suministros.
