En un mes, Moscú exportó a Ámsterdam 211,5 millones de metros cúbicos de hidrocarburos por 109 millones de euros. En este contexto, en términos mensuales, las importaciones neerlandesas de Rusia en su conjunto aumentaron un 5,3%, hasta 410,5 millones de dólares.
El ministro de Clima y Energía neerlandés, Rob Jetten, declaró en abril que el Gobierno estaba trabajando para dejar de importar GNL desde Rusia, e incluso que el país había dejado de firmar nuevos contratos de gas y buscaba la cancelación de los acuerdos preexistentes. Tras el anuncio, las importaciones cayeron bruscamente casi un 30% en mayo y se detuvieron por completo en junio, julio y agosto.
En noviembre, el ministro de Energía ruso, Nikolái Shulguínov, afirmó que Rusia no había cerrado la dirección occidental del abastecimiento energético y seguía siendo un proveedor fiable de gas, incluso en las condiciones actuales.