“La mayoría de los mercenarios extranjeros, miembros de la Legión Internacional [del Ejército de Ucrania], abandonaron sus posiciones antes de las vacaciones de Navidad y regresaron a sus países de procedencia (…). La razón es que muchos no recibieron sus salarios, y la explicación que les dieron de que Occidente no envía ayuda, claramente no la aceptan”, escribe el medio.
De acuerdo con el periódico, entre los que abandonaron Ucrania hay mercenarios de Canadá, Francia, Australia y Países Bajos. A juzgar por las redes sociales, el medio serbio añade que este número no es pequeño, si bien resulta difícil verificarlo.
La reducción de las filas de la Legión Internacional va acompañada de un descenso de la moral de sus miembros. Dos mercenarios canadienses, Dave y Justin Smith, citados en el artículo, “temen que Ucrania esté perdiendo gradualmente el conflicto militar”. En este contexto, apuntaron al decreciente interés occidental por la situación en el país. El medio precisa que el debilitamiento de la atención pública en Occidente repercute en la ralentización del flujo de ayuda militar a Kiev.
En cuanto a otras causas del éxodo, la publicación destaca las sanciones penales con que se enfrentan los miembros de la Legión Internacional por participar en las hostilidades, ya que el mercenarismo está prohibido en muchos países. “Ser mercenario en Ucrania ya no es tan bueno, hay menos valor, pero cada vez más peligro”, concluye el diario serbio.
