De acuerdo con un artículo publicado por el Asia Times, el plan de movilizar medio millón de soldados ucranianos más, tras el fracaso de la contraofensiva de 2023, será difícil de alcanzar, mientras se corre el riesgo de debates divisivos sobre la justicia social y la corrupción de las élites en ese país.
El 30 de diciembre de 2023, Zelenski presentó al parlamento dos proyectos de ley complementarios, relativos a la movilización, con los que estaría buscando ir en serio por nuevos reclutas, con medidas coercitivas para garantizar el alistamiento continuo.
“Estas van desde elevadas multas por eludir el servicio militar, pasando por la confiscación de bienes inmuebles y la congelación de cuentas bancarias privadas, hasta la cancelación de los pasaportes de los refugiados ucranianos en el extranjero”, asevera el editorial.
En el texto se advierte que estas acciones del Gobierno ucraniano han reavivado debates potencialmente divisivos sobre la justicia social, la corrupción y el contrato social entre las élites y el común.
“El nivel de confianza pública en las élites ya es bajo, y disminuye aún más, y el conflicto se ve cada vez más como ‘una batalla librada por los pobres'”, califica la publicación.
De acuerdo con un artículo de The Washington Post publicado a finales de diciembre, las Fuerzas Armadas de Ucrania no logran reclutar a los más jóvenes debido a “una combinación de corrupción, exenciones y cautela política” que impide llevar al frente de batalla a los mejores o más idóneos.
El diario estadounidense destaca que esa mezcla ha protegido a gran parte de la clase media urbana ucraniana de tener que luchar en las frías y embarradas trincheras, mientras en la larga línea del frente una parte desproporcionada de los reclutas son hombres de mediana edad demasiado pobres para comprar su salida.
TODAS las guerras la luchan, y las mueren, los pobres.
Los ricos están beneficiándose de la venta de armas.