ARTEKA. La Inteligencia Artificial es fuerza productiva del Capital

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La Inteligencia Artificial es fuerza productiva del Capital

En el número anterior trabajamos las condiciones históricas ligadas al ciclo revolucionario del siglo XX. Entre ellas, dimos especial importancia al grado de desarrollo de las fuerzas productivas. De hecho, llegamos a la conclusión de que es imprescindible para explicar los límites ideológicos y políticos de estas experiencias. En esta ocasión analizamos una de esas fuerzas productivas: la Inteligencia Artificial. Sin embargo, no es una fuerza cualquiera. Es la fuerza productiva que se amolda más adecuadamente al concepto de Capital, o lo que es lo mismo, la fuerza productiva especial que nos presenta el concepto de Capital en su completitud −el Capital como autómata y sujeto automático y como cerebro objetivo−.

La llegada de la Inteligencia Artificial ha abierto la oportunidad de pensar un nuevo mundo: ¿y si éste es finalmente el factor determinante que abrirá la posibilidad del comunismo? No es una ilusión nueva, sin embargo. Las fuerzas productivas desarrolladas anteriormente también han creado tal ilusión entre los militantes comunistas y, sin embargo, nunca se ha realizado el mundo del comunismo. Es más, cuando resolvemos que las fuerzas productivas han sido, en los procesos revolucionarios del siglo XX, un factor determinante, no lo hacemos sólo en el sentido más visible. No sólo fueron un límite histórico para la organización de las capacidades políticas del momento; más allá de ello, su comprensión unilateral −es decir, como simple limitación técnico-económica− se convirtió en un factor ideológico importante que, incluso después, condicionó el desarrollo de la revolución hasta llevarla al fracaso.

La llegada de la Inteligencia Artificial ha abierto la oportunidad de pensar un nuevo mundo: ¿y si éste es finalmente el factor determinante que abrirá la posibilidad del comunismo? No es una ilusión nueva, sin embargo. Las fuerzas productivas desarrolladas anteriormente también han creado tal ilusión entre los militantes comunistas y, sin embargo, nunca se ha realizado el mundo del comunismo

De hecho, en países con escasa capacidad productiva, el objetivo principal se convirtió en el desarrollo de las fuerzas productivas. Y eso es comprensible, en países donde ni siquiera estaban aseguradas las condiciones para reproducir la vida. La matanza de la guerra destruyó los medios de acceso a los recursos vitales y la amenaza de las potencias imperialistas era constante. Por lo visto, el desarrollo de las fuerzas productivas no iba a ser una condición para construir el socialismo, sino una fortaleza que debía dejar abierta esa posibilidad.

Esta lucha, básica y fundamental, adquirió, sin embargo, una justificación histórica distinta con el paso de los años. Las fuerzas productivas pasaron de dejar abiertas las posibilidades a ser ellas mismas la oportunidad, sin atender a su cualidad. El comunismo no sería una realidad histórica que se apoderase de las fuerzas productivas y las organizara de acuerdo con una nueva forma de producción, sino que, por el contrario, el desarrollo mismo de esas fuerzas productivas llevaría al comunismo, como una inevitabilidad histórica.

Esto cambia radicalmente el enfoque y la estrategia comunista. El objetivo no será organizar una nueva forma de producción, sino adscribir a la existente una ideología y una visión política distinta. En efecto, la comprensión unilateral de las fuerzas productivas, que las considera como aparatos técnico-objetivos, las hace independientes de las relaciones de producción y del modo de producción que las convierte en fuerzas productivas −modo de producción que no es solo y simplemente una relación abstracta de clase, sino también una forma concreta de organización del trabajo−, consideradas como capacidades que pueden tomarse y emplearse en su forma actualmente existente.

La comprensión unilateral de las fuerzas productivas, que las considera como aparatos técnico-objetivos, las hace independientes de las relaciones de producción y del modo de producción que las convierte en fuerzas productivas, consideradas como capacidades que pueden tomarse y emplearse en su forma actualmente existente

Así las cosas, en las experiencias socialistas del siglo XX, el principal cometido de la clase trabajadora ha sido el desarrollo del aparato técnico. Esto ha estado relacionado con mantener vivas las posibilidades de la revolución y, por tanto, podríamos concebir en este sentido este desarrollo como un camino hacia el socialismo; pero, asimismo, este compromiso, como ocurre en el modo capitalista de producción, ha hecho de la clase obrera en las experiencias socialistas un apéndice del aparato productivo, es decir, su trabajo se ha convertido en una fuerza objetiva que actúa en su contra.

Unida a este proceso objetivo, la exaltación del obrero industrial, la exaltación del trabajo (asalariado) y del productivismo capitalista han caracterizado la ideología del trabajo en las experiencias socialistas. El trabajo y la producción han encontrado justificación en el trabajo y la producción (aunque a menudo, con el objetivo de su justificación ideológica, se han intentado exponer como generosa obra militante comunista), y esto sólo es posible si el trabajo y la producción son procesos sometidos a una estructura objetiva y automática, es decir, si se trata de trabajo asalariado y producción capitalista.

El advenimiento del comunismo, sin embargo, no consiste en que el trabajo lo hagan las máquinas o las fuerzas productivas automatizadas. Para eso no hace falta el comunismo, ya que, al fin y al cabo, es eso, cada vez más, lo que está consiguiendo el capitalismo. Esas condiciones abren la posibilidad del comunismo en otro sentido: la pérdida de la centralidad del trabajo en un sistema capitalista que tiene por mediaciones fundamentales el trabajo y el salario disminuye las posibilidades de reproducción de dicho sistema, que pierde su función histórica como reproductor de la sociedad. Ejemplo de ello es el hecho de que cada vez más trabajadores se mantengan encadenados artificialmente al trabajo, se vean obligados a realizar trabajos cada vez más estériles o se sometan, incluso los que carecen de trabajo, a sus irracionales mecanismos de mediación.

La pérdida de la centralidad del trabajo en un sistema capitalista que tiene por mediaciones fundamentales el trabajo y el salario disminuye las posibilidades de reproducción de dicho sistema, que pierde su función histórica como reproductor de la sociedad

La Inteligencia Artificial, tal vez, puede impulsar en ese camino, del mismo modo que puede hacer cualquier otra fuerza productiva. Pero ella no es, en absoluto, la realización del comunismo, ni siquiera en el principio más elemental. La función principal de todas las fuerzas productivas desarrolladas por el Capital es la de establecer un mayor control sobre el trabajo para aumentar su explotación y disminuir sus capacidades de resistencia. La usabilidad de esas fuerzas productivas está íntimamente ligada a la necesidad de organizarlas de un modo nuevo, condición que abre la posibilidad del comunismo.

La Inteligencia Artificial es el ejemplo más claro de la fuerza productiva que se opone a esta condición de forma organizada. Su denominación dice mucho de esa función suya. De hecho, sólo en una sociedad en la que la inteligencia colectiva adopte la forma enajenada de potencia social automática (y autómata), como es el Capital, una fuerza productiva puede adoptar la forma de Inteligencia Artificial.

Pues bien, la Inteligencia Artificial tiene como función principal hacer imposible la Inteligencia Colectiva Comunista. En vez de abolir el trabajo asalariado, tiene la misión de explotarlo de una manera más adecuada. Para ello, la Inteligencia Artificial se adueña de la inteligencia colectiva del trabajo (o, mejor dicho, organiza esa inteligencia bajo la forma del monopolio de clase), minando la cualificación de cada uno de los trabajos y reduciendo al obrero a una pequeña pieza de un gigantesco engranaje cada vez más científico y objetivo, es decir, arrebatando al obrero toda posibilidad de inteligencia.

Este engranaje, sin embargo, no se limita, tal y como se ha entendido habitualmente, a la industria. La principal novedad de la Inteligencia Artificial es la extensión más evidente y completa de este engranaje a la explotación del trabajo organizado más allá de la producción en el ámbito industrial, de modo que estos trabajos se hagan cada vez más sencillos y los trabajadores dedicados a ellos dependan cada vez más de la formalización y militarización del trabajo capitalista y de la fuerza objetiva del Capital. Es decir, cuanto más se restringe a cada uno de estos obreros el acceso a la inteligencia colectiva, más se adaptará su trabajo al trabajo necesario para la producción del Capital, al trabajo que debe cumplirse como si fuera mandato de una fuerza natural.

Por eso, la Inteligencia Artificial, como fuerza productiva para la organización capitalista del trabajo, no puede tomarse tal y como está y servir a una futura sociedad comunista. La forma en la que está organizada, al igual que cualquier otra fuerza productiva, responde a la forma necesaria de explotación del trabajo obrero y de su sometimiento. Es una fuerza objetiva del Capital, cuya superación solo puede significar el advenimiento de la Inteligencia Colectiva organizada, que domina todos los procesos de reproducción social y no se somete a una inteligencia que no es sino una potencia social enajenada y opuesta a los intereses colectivos. Si la Inteligencia Artificial ayuda en el parto de la sociedad comunista, eso será porque dejará de ser inteligencia y se constituirá como proceso científico dominado por la Inteligencia Comunista, y porque la abolición del trabajo (asalariado) será la puerta hacia un mundo de libertad y no una forma de sometimiento de la clase obrera a los imperativos del Capital.

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Adimen Artifiziala Kapitalaren ekoizpen-indarra da

XX. mendeko ziklo iraultzaileari lotutako baldintza historikoak landu genituen aurreko zenbakian. Horien artean, garrantzi berezia eman genion ekoizpen-indarren garapen-mailari. Izan ere, ondorioztatu genuen ezinbestekoa dela esperientzia horien muga ideologikoak eta politikoak azaltzeko. Oraingoan, ekoizpen-indar horietako bat aztertuko dugu: Adimen Artifiziala. Ez da, baina, edozein indar. Kapitalaren kontzeptura modu egokienean egokitzen den ekoizpen-indarra da, edo, beste era batera esanda, Kapitalaren kontzeptua osaturik −Kapitala automata gisa zein subjektu automatiko gisa eta burmuin objektibo gisa− aurkezten digun ekoizpen-indar berezia.

Adimen Artifizialaren etorrerak mundu berri bat pentsatzeko abagunea ireki du: hauxe ote da, azkenik, komunismoaren aukera zabalduko duen faktore erabakigarria? Ez da ilusio berri bat, ordea. Aurretik izan diren ekoizpen-indarrek ere halakorik sortu dute militante komunisten artean eta, hala ere, ez da inoiz komunismoaren mundua egikaritu. Are, ekoizpen-indarrak, XX. mendeko prozesu iraultzaileetan faktore erabakigarria izan direla ebazten dugunean, ez dugu soilik zentzurik agerikoenean egiten. Ez ziren soilik unean-uneko gaitasun politikoak antolatzeko muga historikoa izan; hortik haratago, muga horiek zentzu aldebakarrean konprenitu izana –hau da, muga tekniko- ekonomiko soil gisa− faktore ideologiko garrantzitsu bilakatu zen, ondoren ere iraultzaren garapena baldintzatu zuena, porrotera eramateraino.

Adimen Artifizialaren etorrerak mundu berri bat pentsatzeko abagunea ireki du: hauxe ote da, azkenik, komunismoaren aukera zabalduko duen faktore erabakigarria? Ez da ilusio berri bat, ordea. Aurretik izan diren ekoizpen-indarrek ere halakorik sortu dute militante komunisten artean eta, hala ere, ez da inoiz komunismoaren mundua egikaritu

Izan ere, ekoizpen-gaitasun eskasa zuten herrialdeetan, ekoizpen-indarren garapena bilakatu zen helburu nagusi. Eta hori ulergarria da bizitza erreproduzitzeko baldintzak ere ziurtatuta ez zeuden herrialdeetan. Gudaren sarraskiak bizi-baliabideak eskuratzeko bitartekoak suntsitu zituen, eta potentzia inperialisten mehatxua etengabea zen. Hor nonbait, ekoizpen-indarren garapena ez zen sozialismoa eraikitzeko baldintza izango, aukera hori zabalik utzi behar zuen gotorleku bat baizik.

Oinarrizkoa eta funtsezkoa den borroka horrek baina, bestelako justifikazio historiko bat hartu zuen urteak joan ahala. Ekoizpen-indarrak, beren nolakotasuna kontuan hartu gabe, aukerak zabalik uztetik aukera bera izatera igaro ziren. Komunismoa ez zen ekoizpen-indarrak bereganatu eta ekoizpen-modu berri baten arabera antolatuko zituen errealitate historiko bat izango, baizik eta, kontrara, ekoizpen-indar horien garapenak berak ekarriko zuen komunismoa, ezinbestekotasun historiko bezala.

Horrek zeharo aldatu zituen ikuspegi eta estrategia komunista. Helburua ez zen izango ekoizpen-modu berri bat antolatzea, zegoenari bestelako ideologia eta ikuspegi politiko bat eranstea baizik. Izan ere, ekoizpen-indarren aldebakarreko ulerkerak haiek aparatu tekniko-objektibo gisa hartzen ditu, eta, hain zuzen ere, bereizi egiten ditu ekoizpen-indar bilakatzen dituen ekoizpen-harremanetatik eta ekoizpen-modutik –ekoizpen-modu hori ez da klase-harreman abstraktu soila, baizik eta baita lana antolatzeko modu jakin bat ere−, hartu eta beren horretan erabil daitezkeen gaitasuntzat jotzen baititu.

Ekoizpen-indarren aldebakarreko ulerkerak haiek aparatu tekniko-objektibo gisa hartzen ditu, eta, hain zuzen ere, bereizi egiten ditu ekoizpen-indar bilakatzen dituen ekoizpen-harremanetatik eta ekoizpen-modutik, hartu eta beren horretan erabil daitezkeen gaitasuntzat jotzen baititu

Gauzak horrela, XX. mendeko esperientzia sozialistetan, langileriaren eginbehar nagusia izan da aparatu teknikoaren garapena. Hori iraultzaren aukerak bizirik mantentzeari lotuta egon da eta, beraz, zentzu horretan uler genezake garapen hori sozialismorako bide gisa. Baina, era berean, konpromiso horrek, ekoizpen-modu kapitalistan gertatzen den bezala, ekoizpen-aparatuaren apendize bilakatu du langileria esperientzia sozialistetan, hau da, langileriaren lana haren aurkako indar objektibo bilakatu da.

Prozesu objektibo horri lotuta, esperientzia sozialistetan, lanaren ideologiaren ezaugarri nagusiak izan dira industriako langilearen gorazarrea eta (soldatapeko) lana eta produktibismo kapitalista goraipatzea. Lanak eta ekoizpenak justifikazio bat aurkitu dute lanean eta ekoizpenean (nahiz eta sarri lan militante komunista eskuzabal gisa azaltzen saiatu izan diren, justifikazio ideologiko gisa), eta hori posible da soilik lana eta ekoizpena egitura objektibo eta automatiko baten menpeko prozesuak baldin badira, hau da, soldatapeko lana eta ekoizpen kapitalista baldin badira.

Komunismoaren etorrera, ordea, ez datza lan hori makinek edota ekoizpen-indar automatizatuek egitean. Horretarako ez da komunismorik behar, hori baita, azken finean, gero eta gehiago, kapitalismoa lortzen ari dena. Baldintza horiek beste zentzu honetan irekitzen dute komunismoaren aukera: sistema kapitalistan, non lana eta soldata funtsezko bitartekoak diren, lanak zentraltasuna galtzeak sistema horren erreprodukzio-aukerak murrizten ditu, eta, beraz, lanak galdu egiten du gizarte erreproduzitzaile gisa duen funtzio historikoa. Horren adibide da gero eta langile gehiago lanera modu artifizialean kateatuta mantentzea, gero eta antzuagoak diren lanak egitera behartuta; edo, lanik gabe ere, bere bitartekotza-mekanismo irrazionalen menpeko egitea.

Sistema kapitalistan, non lana eta soldata funtsezko bitartekoak diren, lanak zentraltasuna galtzeak sistema horren erreprodukzio-aukerak murrizten ditu, eta, beraz, lanak galdu egiten du gizarte erreproduzitzaile gisa duen funtzio historikoa

Adimen Artifizialak, akaso, bide horretan bultza dezake, beste edozein ekoizpen-indarrek egin dezakeen bezala. Baina bera ez da, inondik inora ere, komunismoaren egikaritzea, ezta printzipiorik oinarrizkoenean ere. Kapitalak garatutako ekoizpen-indar guztien funtzio nagusia lanaren gaineko kontrol handiagoa ezartzea da, haren esplotazioa handitzeko eta erresistentzia-gaitasunak txikitzeko. Ekoizpen-indar horien erabilgarritasuna estuki lotuta dago horiek modu berri batean antolatzeko beharrari, eta azkeneko hori da komunismoaren aukera zabaltzen duen baldintza.

Adimen Artifiziala baldintza horri modu antolatuan kontrajartzen zaion ekoizpen-indarraren adibiderik argiena da. Bere izendapenak asko esaten du bere funtzio horretaz. Izan ere, adimen kolektiboak potentzia sozial automatikoaren (eta automataren) forma besterendua –Kapitala, kasu− hartzen duen gizarte batean soilik har dezake ekoizpen-indar batek Adimen Artifizialaren forma.

Bada, Adimen Artifizialaren funtzio nagusia Adimen Kolektibo Komunista ezinezko bilakatzea da. Soldatapeko lana abolitu ordez, hura modu egokiagoan esplotatzeko zeregina du. Horretarako, Adimen Artifiziala lanaren adimen kolektiboaz jabetzen da (edo hobeto esanda, adimen hori antolatzen du, klase-monopolioaren forman), lanetako bakoitzaren kualifikazioa txikituz eta langilea gero eta zientifikoagoa eta objektiboagoa den engranaje erraldoi bateko pieza txiki batera murriztuz; hau da, langileari adimenerako aukera oro kenduz.

Engranaje hori, ordea, ez da industriara mugatzen, ulertu ohi izan den bezala. Adimen Artifizialaren berritasun nagusia engranaje hori modu agerikoago eta osatuago batean industria-esparruko ekoizpenetik haratago antolatutako lanaren gaineko esplotaziora zabaltzea da, nola eta lan horiek gero eta sinpleagoak eginda eta lan horietan aritzen diren langileen menpekotasuna handituta; lan kapitalistaren eta Kapitalaren indar objektiboaren formalizazioarekiko eta militarizazioarekiko menpekotasuna, hain zuzen ere. Hau da, langileotako bakoitzari adimen kolektiborako sarbidea gero eta gehiago mugatu, orduan eta gehiago egokituko da euren lana Kapitalaren ekoizpenerako beharrezkoa den lanera, indar natural baten mandatua bailitzan bete behar den lanera.

Horregatik, Adimen Artifiziala, lanaren antolaketa kapitalistarako indar produktibo gisa, ezin da dagoen bezala hartu eta etorkizuneko gizarte komunista baten mesederako erabili. Beste edozein indar produktibo bezala, langileen lana esplotatzeko eta menderatzeko antolatuta dago. Kapitalaren indar objektibo bat da, eta hori gainditzeak Adimen Kolektibo antolatua lortzea baino ezin du esan, erreprodukzio sozialeko prozesu guztiak menderatzen dituena, eta ez dagoena interes kolektiboen aurkako potentzia sozial besterendua baino ez den adimenaren mende. Adimen Artifizialak gizarte komunistaren erditzean laguntzen badu, adimen izateari utziko diolako eta Adimen Komunistak menderatutako prozesu zientifiko gisa eratuko delako izango da, eta (soldatapeko) lanaren abolizioa askatasun mundu baterako atea izango delako, eta ez langile-klasea Kapitalaren aginduetara makurtzeko modu bat.

 

(Arteka-Gedar)

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