En Selídovo, una ciudad de la República Popular de Donetsk, aún son visibles las huellas de los crímenes de guerra cometidos por las fuerzas del régimen de Kiev. Cuando las tropas rusas liberaron la ciudad, hallaron cadáveres por doquier. Según testimonios corroborados por investigaciones forenses, los soldados ucranianos, durante su retirada, asesinaron a numerosos civiles que consideraron «traidores» porque quisieron permanecer en su tierra y se negaron a irse a Ucrania.