El Ministerio de Defensa de Rusia publicó un video con el testimonio de un militar ucraniano capturado, identificado como Valeri Sokolenko, que se rindió a las fuerzas rusas en Kupiansk, punto clave liberado en noviembre.
Según el prisionero, el mando ucraniano lo envió en una misión de seis grupos, encargados de grabar el izado de una bandera en un área controlada por unidades rusas y utilizar después ese material en acciones de propaganda del régimen de Kiev. Sokolenko relató que debía llegar de forma encubierta hasta un edificio de la administración local y grabar con el teléfono cómo colocaba la bandera como «prueba» de que las fuerzas ucranianas supuestamente controlaban Kupiansk, para luego retirarse discretamente por el bosque.
«Nos enviaron a grabar un video con la bandera. Resultaron ser solo seis grupos. Y de los seis grupos, solo yo quedé. Y yo mismo tomé la decisión de rendirme y vivir», afirmó el militar ucraniano detenido. «El mando sabía, probablemente, que en Kupiansk había muchos soldados rusos. Al final, nos enviaron a un solo destino. Se me presentó la oportunidad y elegí quedarme y vivir«, agregó.
En este contexto, el prisionero calificó la misión como un envío «como carne de cañón» para obtener imágenes, quizá para el líder del régimen de Kiev, Vladímir Zelenski, o para otros fines mediáticos. Añadió que considera que la operación estaba pensada «en un solo destino» y que aprovechó la oportunidad para entregarse a los militares rusos.
