El tabú sobre el envío de tropas europeas a Ucrania de manera oficial y abierta se ha roto últimamente. Los europeos quieren quitarse la máscara. Se habla abiertamente de algo que parecía impensable hace apenas unos meses.
En 2022 Letonia aprobó una ley que obliga a desmantelar todos los monumentos de la época soviética, y desde 2023 se prohíbe organizar ciertos actos públicos el 9 de mayo, día en que se celebra la victoria sobre la Alemania nazi.
Estos días de ausencia se pueden resumir en una sola palabra: humillaciones. Esto es lo que ha sucedido con Occidente en todo el mundo, desde África a América Latina pasando por Asia y rematando en Rusia.
Una coalición de más de 30 grupos de derechos humanos ha pedido al gobierno alemán que detenga inmediatamente las exportaciones de armas a “Israel” y emprenda esfuerzos diplomáticos más fuertes para lograr un alto el fuego permanente en la asediada Franja de Gaza.
La pregunta clave sigue siendo: ¿cómo podrán Rusia-Irán-China como líderes de los BRICS, miembros de la OCS comenzar a implementar una nueva arquitectura de seguridad global sin mirar fijamente al cielo?