Presidenta de ANC: el odio promovido por factores de la derecha debe ser curado

Caracas, 23 Ago. AVN.- El odio que se ha promovido en la sociedad venezolana por sectores de la derecha nacional debe ser curado y para eso es la Ley Contra el Odio, la Intolerancia y por la Convivencia Pacífica, afirmó este miércoles la presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Delcy Rodríguez.

«Aquí se persigue a los chavistas, a los pobres, esa es la verdad. Hay una expresión racista, clasista contra el pueblo y ese odio debe ser curado y ser sustituido por el amor», expresó.

Entrevistada en Unión Radio, denunció que en el extranjero también se ha realizado esta persecución contra funcionarios del Estado venezolano con «apoyo de los gobiernos de esos países y todavía no hay ciudadanos venezolanos detenidos», por esas acciones.

La presidenta del Poder Originario reiteró que la Asamblea Nacional no ha sido disuelta y agregó que cualquier diputado que quiera acudir a la ANC a llevar propuestas será recibido.

Bloqueo financiero contra Venezuela

Rodríguez denunció que el bloqueo financiero y económico que se aplica a Venezuela han perjudicado directamente al pueblo venezolano.

«En los puertos hay barcos cargados de comida y de medicamentos, el Estado puede pagar pero no hay corresponsalía bancaria que reciba esos pagos».

Acotó que la ANC trabaja en un plan de acción en conjunto con el gabinete Ejecutivo para abordar el tema económico y hallar soluciones para el pueblo.

Debate de ley contra el odio será en escuelas venezolanas

El Gobierno de Venezuela busca erradicar la discriminación por ideología política o color de piel. | Foto: AVN

La constituyente Érika Farías precisó que no se trata de hacer una ley para un hecho específico, sino un decreto que asegure la no repetición de la violencia en el país.

Las conversaciones sobre la Ley Constitucional Contra el Odio, la Intolerancia y por la Convivencia Pacífica tendrán como escenario las escuelas y universidades de Venezuela, así lo informó la miembro de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Érika Farías.

«No se trata de hacer una ley que implique un hecho específico, sino una ley que permita generar las condiciones para que esos hechos no se repitan en el país», indicó Farías.

Explicó que la idea es abrir un debate en todo el país para discutir el impacto de los antivalores como la intolerancia, el odio y la violencia auspiciados por sectores de la oposición política venezolana que desde abril de 2017 invadió las calles del país y causó pérdidas humanas y materiales importantes.

La propuesta presentada por el presidente venezolano Nicolás Maduro tiene entre sus principales fines erradicar las expresiones discriminatorias de índole político e ideológico, así como raciales y supremacistas. También busca el diálogo para concretar la paz en el país suramericano.

Los funcionarios que hayan participado directa o indirectamente acciones violentas serán sancionados y se revisarán las medidas privativas de libertad establecidas en las leyes venezolanas. En muchos países del mundo, los delitos de odio acarrean penas mayores.

Con respecto al diálogo entre el presidente venezolano y homólogo estadounidense Donald Trump, el Gobierno venezolano afirmó que se encontrarían dos líderes de modelos opuestos: el capitalismo en abierta crisis existencial y un «modelo de sociedad basado en los principios del socialismo».

Corea del Norte o el fin del mito del Nuevo Orden Multilateral (por Alberto Cruz -CEPRID-)

La quimera del nuevo mundo multipolar supuestamente defendido por Rusia, China, los BRICS, etc., en la que algunos han creído a pies juntillas de manera casi religiosa, se ha demostrado una patraña.

La simpleza o la mala saña de los que creen en que un capitalismo humano o justo es posible, tan del gusto de socialdemócratas progres infiltrados en el movimiento comunista, aduladores de las nuevos polos capitalistas a los que consideran «libertadores de los pueblos» y otras asnadas, es solo producto del subjetivismo y de la holgazanería que anima a dejarse llevar por la emoción en vez de por la razón, por la fe en lugar de el análisis científico y, por supuesto, por el rechazo visceral a todo lo que sea leer y aplicar la teoría marxista-leninista.

Alberto Cruz, investigador del Centro de Estudios Políticos para las Relaciones Internacionales y el Desarrollo (CEPRID), explica en el siguiente artículo como el apoyo a las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Corea del Norte, impuestas el pasado 7 de agosto, por parte de Rusia y China, son una muestra más de la connivencia de intereses de todas las potencias capitalistas contra el díscolo país asiático.

«La imposición de sanciones a este país por unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU, el 7 de agosto de este año, ha puesto de manifiesto la confluencia de intereses entre la actual potencia hegemónica, EEUU, y los de las potencias que -hasta ahora- hacían bandera de un Nuevo Orden Multilateral diferente del actual. Es el caso de China y de Rusia».

Se trata, como titula su artículo Alberto Cruz, del fin del mito del Nuevo Orden Multilateral. El capitalismo es enemigo de la clase obrera allá donde este exista y, aunque en las inevitables luchas por los recursos entre las potencias imperialistas sus intereses puedan chocar, cuando se trata de actuar en común contra su gran enemigo, la clase trabajadora de cada estado o de la mundial, no hay fisuras.

En el artículo se explica también lo que hay realmente detrás de las sanciones contra Corea del Norte: las ambiciones imperialistas de las tres grandes potencias, Estados Unidos, China y Rusia, en especial por la riqueza del país comunista en lo que se conoce como «tierras raras», cuyo valor en minerales pone nerviosos a los norteamericanos y a los chinos (que tienen el control del 80% del mercado); China, por cierto, no ha dudado en presionar a su «aliado» ruso («comprar» es el término usado por Cruz) para que no se oponga a las sanciones.

En definitiva, concluye el autor, mientras China y Rusia continúen con este tipo de políticas de represalias, amenazas, es decir, injerencismo y anteposición de los intereses económicos globales de la burguesía local frente a la soberanía de los pueblos, «las pretensiones de un Nuevo Orden Multilateral serán más quimera que realidad».

El artículo es de gran interés un poco largo, porque ofrece muchos datos para entender por qué el Consejo de Seguridad de la ONU, incluyendo a China y Rusia, ha decidido sancionar y represaliar a Corea del Norte, por lo que, sin duda, merrece la pena su lectura:

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Corea del Norte o el fin del mito del Nuevo Orden Multilateral

x Alberto Cruz

Después de las sanciones de la ONU a Corea, la impresión (por no decir la certeza) es que Rusia y sobre todo China se han plegado al chantaje estadounidense

El último artículo publicado en este centro de estudios sobre Corea del Norte, en el mes de mayo, terminaba diciendo que la resolución que diese China, sobre todo, al conflicto sería determinante para comprobar si se había iniciado un nuevo mundo multipolar, tal y como venía predicando con su “consenso de Beijing”, o se estaba en más de lo mismo (1).

Ahora ya se puede decir con toda certeza que estamos en más de lo mismo porque la crisis de Corea del Norte (o la crisis geopolítica con Corea del Norte como excusa) ha supuesto el fin del mito del Nuevo Orden Multilateral. La imposición de sanciones a este país por unanimidad del Consejo de Seguridad de la ONU, el 7 de agosto de este año, ha puesto de manifiesto la confluencia de intereses entre la actual potencia hegemónica, EEUU, y los de las potencias que -hasta ahora- hacían bandera de un Nuevo Orden Multilateral diferente del actual. Es el caso de China y de Rusia.

Estos dos países han venido dando pasos para la creación de un nuevo mundo que gustaban en denominar «más justo», sustentado en la multilateralidad, la diplomacia y respetuoso con las políticas y las decisiones del resto de países evitando la injerencia en los mismos. Gustaban de contraponerlo a la tradicional forma de actuación del imperialismo estadounidense y occidental, siempre amenazante e injerencista, y plantearlo como el estilo sobre el que iba a pivotar una política exterior diferente a la occidental y en la que la hegemonía giraría de Occidente hacia Eurasia (2).

Entre esos pasos hay que contar con la creación de una bolsa petrolera propia (China), al igual que una bolsa de oro propia (China) o de sistemas de pago internacionales (China y Rusia) alejados de la tradicional forma de extorsión occidental a los pueblos que no se pliegan a sus intereses (como el SWIFT) y que son en el caso chino el CIPS y en el caso ruso el MIR.

A ello hay que añadir la firma de tratados preferenciales en ámbitos comerciales y la decisión, política, de que muchos de esos intercambios comerciales se realicen en las monedas respectivas de los países que han suscrito esos acuerdos (China y Rusia ya realizan un porcentaje, pequeño aún, de ese comercio en sus propias monedas, al igual que hacen por separado con India o Brasil, por mencionar solo unos casos). Esto supone un claro desafío a la predominancia del dólar -y del euro- en las transacciones financieras internacionales y, por lo tanto, a la hegemonía de Occidente.
En un lapso de tiempo de ocho-nueve años, tanto China como Rusia han dado pasos que, en teoría y en algunos aspectos prácticos, ponían al mundo fuera de la influencia estadounidense y occidental con iniciativas como la Unión Económica Euroasiática, la Organización de Cooperación de Shanghai (ahora en una pequeña crisis con el enfrentamiento casi militar entre China e India), el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras o la Nueva Ruta de la Seda. Incluso con iniciativas como la de los BRICS y su Nuevo Banco de Desarrollo, ya recuperados ambos tras el golpe en Brasil contra Dilma Rousseff.

Sin embargo, y de forma sorprendente para algunos, cuando lo tenían todo a su favor para dar el golpe de gracia definitivo al imperialismo estadounidense China y Rusia han optado por ir de la mano con él contra Corea del Norte. Los dos países se han plegado a la imposición de las sanciones más duras que la ONU haya impuesto jamás a un país, con la excepción del Irak de Saddam Hussein. El desconcierto ha sido tremendo en mucha gente y en muchos países puesto que al ir de la mano de EEUU tanto China como Rusia han visibilizado que se pliegan a los intereses de EEUU y en un contexto en el que permite a EEUU recuperar iniciativa en el ámbito geopolítico en unos momentos en los que su declive es patente y su hegemonía cuestionada y cuestionable incluso dentro de los propios EEUU (3).

No obstante, esta sorpresa debería haberse matizado si se hubiese tenido en cuenta que ya China había manifestado que su política exterior, basada en el famoso «consenso de Beijing», quedaba en entredicho y se parecía, como una como una gota de agua a otra, a un comportamiento típicamente imperialista al amenazar de forma clara a Corea del Norte si se oponía a los «estados poderosos». A quien correspondió el «honor» de arrojar a la cuneta los valores del «consenso de Beijing» y, con ellos, el Nuevo Orden Multilateral tan pretendidamente buscado fue a Fu Ying, presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional del Pueblo, en el mes de abril tras una durísima crítica norcoreana al ultimátum presentado por China ya entonces y que anunciaba un endurecimiento de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, como así ha sido. Fu Ying dijo textualmente: «los estados poderosos pueden tener una mayor influencia sobre la situación internacional y deben también soportar las consecuencias de lo que dicen o hacen; los estados más pequeños o más débiles pueden contrarrestar o responder a las presiones de los estados poderosos, pero hay que pagar un precio por ello» (4).

Si además se tiene en cuenta que las sanciones a Corea del Norte se imponen cuando EEUU acaba de sancionar de forma unilateral a Rusia, otra vez, y que amenaza con sancionar a China por su práctica comercial, la impresión (por no decir la certeza) es que ambos países se han plegado al chantaje estadounidense. Que estos dos países, uno de ellos ya claramente superpotencia, hayan hecho eso pone de manifiesto que aquello del Nuevo Orden Multilateral no es otra cosa que literatura porque viene a ser más de lo mismo del existente hasta ahora.

Lento, muy lento

Siendo pragmático, se podría considerar que la realidad geopolítica es mucho más compleja de lo que indican unos cuantos movimientos, como los relatados más arriba, hacia esa nueva y pretendida multilateralidad. Pero siendo también pragmático, la realidad indica que tanto China como Rusia lanzan más humo que fuego y que al adoptar las sanciones contra Corea del Norte, impulsadas por EEUU, están mostrando de forma implacable que lo que intentan es -en el mejor de los casos- reformar de manera gradual y lenta ese orden mundial ya en declive sin molestar a EEUU más de lo necesario. En pocas palabras: no quieren cambiar de forma radical el orden mundial existente, como hasta ahora daban a entender. En su justificación, si es que es tal, no quieren que ese cambio sea «caótico». ¿Y para ello lanzan a todo el pueblo norcoreano a una crisis económica de incalculables consecuencias? Porque conviene recordar que las sanciones que la ONU impuso a Irak tuvieron como consecuencia la muerte de más de un millón y medio de niños menores de cinco años, como mucho más tarde tuvo que reconocer la propia ONU. Tal vez por ello, las sanciones adoptadas contra Corea del Norte se quedan a un nivel un poco más bajo que contra Irak, pero solo un poco más bajo porque afecta a los principales rubros de exportación del país con lo que se dificulta hasta el extremo la entrada de divisas y el consiguiente desarrollo.

Las justificaciones dadas por China y Rusia para su voto favorable a las sanciones llegan a hablar de lo que es moralmente correcto y lo que no lo es (5), dando a entender que su postura no es moralmente correcta -a fin de cuentas se perjudica de forma notable a la población norcoreana- pero que «no había otro remedio». Es un argumento cínico porque siempre hay otro remedio, lo que no hay es voluntad para ponerlo en marcha. Por eso llevan casi dos semanas intentando apaciguar a su gente (China, en los prolegómenos de un crucial XIX Congreso del Partido Comunista, a su ala izquierda; Rusia a quienes defienden la necesidad de ampliar las relaciones que mantenía la Unión Soviética con Corea del Norte, sobre todo en temas de infraestructuras y de extracción de minerales) repitiendo el mismo soniquete: «la resolución del CSONU tiene una doble vertiente, la que obliga a Corea del Norte y la que obliga a EEUU; es ahora a EEUU a quien le compete su cumplimiento y eso significa establecer un diálogo con Corea del Norte».

Sin embargo eso no es más que un burdo brindis al sol puesto que EEUU, en plena euforia por haber logrado doblegar a China y Rusia, ni se plantea tal posibilidad. El voto unánime en el CSONU ha envalentonado a EEUU hasta el extremo de enviar nuevos buques al Mar Meridional de China, ha sancionado a un banco ruso (otra vez, dos sanciones contra Rusia en menos de un mes) por realizar operaciones con Irán y Siria y le ha expulsado del sistema SWIFT, y ha dicho que entre los días 21 y 31 de agosto se van a realizar unas macro maniobras militares por tierra, mar y aire en Corea del Sur «para hacer frente a la amenaza norcoreana».

Los chinos han protestado calificando el envío de barcos como «provocación», pero no han dicho ni hecho nada más aun cuando es la tercera vez desde que Trump es presidente que EEUU envía barcos y/o aviones al Mar Meridional de China. Los rusos han afirmado que la expulsión del banco del SWIFT es «inaceptable», pero no han hecho nada más. Corea del Sur no ha dicho que esas maniobras tienen que suspenderse porque sería una clara provocación a Corea del Norte.

Es decir, que las protestas están dentro del guión pero son ineficaces y solo constatan que EEUU ha recuperado fuelle geopolítico, que no tiene ningún reparo en lanzar a la incertidumbre al mundo, que no tiene ningún reparo en desestabilizar a sus rivales violentando el derecho internacional y que no tiene ningún reparo en desarrollar la teoría del caos. Es como si dijese, dos mil años después, lo que dijo Roma cuando otros le hicieron el trabajo sucio: «Roma no paga traidores».

Y, desde luego, China y Rusia también han demostrado que tampoco tienen ningún reparo en anteponer sus intereses estratégicos a la cimentación del Nuevo Orden Multilateral que dicen (decían) querer construir. Por lo tanto el «pago» que están recibiendo de EEUU (sanciones en el caso de Rusia, provocaciones militares en el caso de China) es más que merecido.

Entre esos intereses estratégicos de China y de Rusia está el no aceptar la nuclearización de Corea del Norte argumentando que ello no contribuye a la estabilidad, sino a la inestabilidad internacional. Lo que subyace a este argumento es que no quieren que se incremente el selecto club nuclear (EEUU, Rusia, China, Francia, Gran Bretaña, India, Pakistán, Israel) porque ello significa una merma, por pequeña que sea, de su poder nuclear. Por lo tanto, lo que están haciendo es reforzar el mundo existente, con los intereses existentes y los poderes existentes. Especialmente, nucleares.

China y Rusia han argumentado así su voto en el CSONU. Sotto voce, afirman que las pruebas de misiles de Corea del Norte y sus ensayos nucleares han creado el pretexto necesario para que EEUU justifique el despliegue de sus misiles THAAD en Corea del Sur y que no va dirigido a Corea del Norte, sino a ellos. Pero aquí se puede volver por pasiva la oración, puesto que Corea del Norte nunca se ha negado a negociar su programa nuclear y ha sido EEUU quien, por el contrario, siempre ha rechazado el diálogo. Fue George W. Bush quien, en 2002, rompió el acuerdo previo que había entre los dos países y la razón por la que Corea del Norte retomó su programa nuclear. Tan es así que en 2015 Corea del Norte y China acordaron proponer a EEUU y Corea del Sur la «doble suspensión», renuncia a las pruebas de misiles a cambio de no realizar maniobras militares a gran escala, y lo volvieron a reiterar en marzo de este año 2017, ya con Trump en la presidencia. EEUU siempre ha rechazado esta propuesta, así que ¿por qué razón la va a aceptar ahora, cuando ha logrado un indudable éxito diplomático en la ONU y China y Rusia han sido cooperadores necesarios del mismo?

Luego aquí de forma clara, con luz y taquígrafos, tanto China como Rusia han invertido la carga de la prueba y han responsabilizado al débil por los incumplimientos y negativas del fuerte. Es decir, que su comportamiento refuerza al fuerte y penaliza al débil. Eso no es un Nuevo Orden Multilateral, sino un reforzamiento del viejo. EEUU se ha dado perfecta cuenta de ello y ahora está respirando mucho más profundamente porque ya no tiene tanto que temer de sus dos antagonistas y su lento camino hacia ese hipotético y ya idílico mundo multipolar.

En buena lid, tras la imposición de las sanciones a Corea del Norte, tanto China como Rusia tendrían una baza que jugar a la hora de negociar y mejorar sus relaciones con EEUU, pero EEUU lo ve como una victoria indudable -como así ha sido- y no considera necesario negociar nada. Y de eso son conscientes, de forma especial China cuando reconoce que «no va a ser fácil romper la arrogancia moral» de EEUU. Por lo tanto, no se entiende el voto en el CSONU, un voto a cambio de nada. Gratis total y un perjuicio evidente para sus intereses.

La compra de Rusia por China

Pero China y Rusia, aunque han votado lo mismo, lo han hecho por razones diferentes. En primer lugar, porque Rusia fue quien se resistió a votar a favor de las sanciones hasta el último momento y tuvo que ser convencida, o comprada, por China para que lo hiciese. Rusia no quería dar esa satisfacción a EEUU y menos una semana después de que Washington volviese a imponer sanciones a Rusia con la pretensión de impedir o dificultar la construcción del gasoducto Corriente del Norte 2 (North Stream 2) junto a Alemania.

El relato de lo ocurrido (6) es lo suficientemente expresivo como para sostener esta afirmación de compra de su voto por parte de China, por dura que parezca. El 3 de agosto el embajador ruso en la ONU, Vasili Nebenzia, fue muy explícito afirmando que después de la aprobación de sanciones por parte de EEUU contra su país «Rusia puede no subirse a bordo [de las sanciones a Corea del Norte], incluso aunque cuente con el consenso de China».

Esas declaraciones hicieron que rápidamente el embajador chino en la ONU, Liu Jieyi, mantuviese una reunión de urgencia con el ruso para «explicar en profundidad» el contenido de las sanciones. Está claro que fue algo más que una «explicación» y que lo que allí se alcanzó fue un compromiso: China ha afirmado que está dispuesta a negociar un Tratado de Inversión Bilateral con Rusia en virtud del cual las empresas chinas y rusas tendrían un estatus legal en cada país y recibirían un estatus de «política preferencial». China, en este contexto, ha ofrecido a Rusia su apoyo y colaboración para los planes en el Ártico, donde Moscú tiene un interés preferencial. Esto fue también el mismo día 3. Dos días después, el 5 de agosto, ambos países votaban junto a EEUU la imposición de sanciones a Corea del Norte.

La reunión de sus dos embajadores en la ONU sirvió para que China se postulase como el garante de Rusia frente a las sanciones impuestas por EEUU a ese país. Viene a decir que con el apoyo chino, esas sanciones son poco menos que irrelevantes. Y esto se certificó en Manila (Filipinas) el día 7 de agosto durante el encuentro formal que sostuvieron los ministros de Asuntos Exteriores de China y de Rusia en el marco de la reunión de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Tanto Wang Yi como Sergei Lavrov coincideron casi en las mismas palabras con las que sancionaron el acuerdo que ya es estratégico entre los dos países: «China y Rusia construirán confianza entre ambos, fortalecerán su cooperación bilateral y se apoyarán mutuamente con independencia de la situación global» (Wang Yi); «Rusia y China se han comprometido a seguir considerándose mutuamente como socios internacionales de alta prioridad sin importar la situación del mundo, profundizar la cooperación estratégica, fortalecer la confianza mutua, el apoyo y la cooperación integral» (Sergei Lavrov).

Así que se puede decir que los únicos que han sacado tajada de toda esta situación han sido EEUU, indudablemente, y Rusia, que ha sabido sacar rendimiento a su voto en favor de las sanciones.
China emerge como claro perdedor no sólo en su histórica relación con Corea del Norte sino como referente mundial e impulsor de otra forma de hacer política exterior. Si hace unos años se hablaba del «socialimperialismo» de la URSS, ahora hay que hablar de «socialimperialismo» de China y su comportamiento está haciendo saltar por los aires cualquier atisbo de alternativa al orden mundial existente.

Lo que hay detrás de todo ello

Con su voto en la ONU a favor de las sanciones, China ha roto la política de equidad y acuerdos mutuos que mantenía con Corea del Norte desde 1961, en virtud del Tratado de Amistad, Ayuda Mutua y Cooperación firmado ese año. Es un hecho y es seguro que China no lo renovará cuando expire, formalmente dentro de tres años (hasta ahora se renovaba automáticamente). Corea del Norte ya lleva tiempo recriminando a China el incumplimento del mismo, especialmente desde que China votó en 2016 a favor de las dos tandas de sanciones que se impusieron a los norcoreanos ya ese año y acertó cuando dijo, en una crítica entonces inusual y ahora ya reiterada, que «China toma medidas inhumanas como el bloqueo total del comercio exterior» y que «labrándose el camino como una gran potencia, está bailando con la música de los EEUU».

Corea del Norte tiene toda la razón en su crítica, porque es lo que ha ocurrido. Pero ¿por qué y qué hay detrás de este cambio de postura? No es fácil descubrir la razón, aunque puede que haya tenido mucho que ver la constatación de que Corea del Norte es una potencia minera. Ya era conocido que el país tiene inmensas riquezas naturales como hierro, carbón, oro, magnesita, cinc, cobre, piedra caliza, titanio, vanadio, molibdeno, grafito… pero lo que ha generado la situación actual es el reciente descubrimiento de que el país es uno de los escasos en el mundo que cuentan con unas impresionantes reservas de tierras raras y eso amenaza directamente a la hegemonía que en este comercio tiene actualmente China puesto que el 80% de todo el comercio mundial de tierras raras está en sus manos.

Las tierras raras se denominan así porque tienen elementos químicos como el escandio, el itrio, el lantano, el cerio y así hasta otros 13 elementos más imprescindibles para el desarrollo de la vida actual en muchos aspectos, sobre todo tecnológicos. Aunque desde Pyongyang se mantiene un absoluto secreto sobre las reservas que pueda haber, comprobadas o probables, sus vecinos llevan un tiempo con los ojos puestos en estas inmensas riquezas que Corea del Sur estima en un montante que va entre los 6 y los 10 billones de dólares. Es decir, suficiente para costear el precio de una reunificación dirigida por Seúl tras una guerra en la que se aniquilaría al Norte y se destruiría su sistema político y económico. El Ministerio de Tierras, Infraestructura y Transporte de Corea del Sur ya en el mes de mayo invitó a las empresas del sector a presentar ofertas sobre proyectos relacionados con el sector minero del Norte (7).

Pero no es solo Corea del Sur quien aspira al tesoro, sino EEUU (en 2014 el Servicio Geológico de EEUU ya emitió un informe al respecto y recomendaba que se impusiesen sanciones económicas sobre la minería norcoreana para evitar el desarrollo del comercio de estas tierras raras) y, por supuesto, China y Rusia.

China es el principal cliente, exportador e importador, de Corea del Norte. Especialmente, de los productos mineros. Si el montante total del comercio exterior de Corea del Norte con China es del 92%, de esa cantidad el 54% se corresponde al sector minero, especialmente del carbón (el 40% del total). Las sanciones aprobadas por la ONU van dirigidas al sector minero, con lo que deja a Corea del Norte sin posibilidad alguna de comercio exterior en este campo (afectando de rebote a la propia China, con lo que se ha dado un tiro en el pie de forma voluntaria).

En 2012 China invirtió unos 8.000 millones de euros en un proyecto de infraestructura en la zona fronteriza entre los dos países para facilitar el acceso a su territorio de estos recursos minerales. Desde entonces ha estado a pleno rendimiento hasta el año 2016, cuando Corea del Norte comenzó a restringir la exportación de ciertos metales a China como represalia por el voto chino en la ONU favorable a las sanciones. Pero restringir no es suspender, porque el comercio entre ambos continuó y a buen ritmo puesto que se incrementó un 37,4% sobre todo en hierro y carbón.

Sin embargo, China nunca ha visto con buenos ojos que Corea del Norte explotase y comercializase sus tierras raras sin contar con ella. Y lo mismo vale para el resto de países involucrados, sobre todo EEUU. Ya en las sanciones que la ONU impuso en marzo del año 2016 (y son siete las impuestas en total, a cada cual más dura, desde que inició el proceso de sanciones en 2006) se prohibía la exportación de oro, vanadio, titanio y «metales de tierras raras». Esto era lo que había pedido de forma expresa el Servicio Geológico de EEUU. Con las sanciones de ahora se da una nueva vuelta de tuerca y hace imposible en la práctica el desarrollo y comercio de esta industria.

Pero en toda regla hay una excepción, y esa puede ser Rusia. Aunque ha votado a favor de las sanciones, bajo presión china, desde 2014 viene desarrollando planes para reformar la red ferroviaria norcoreana a cambio del acceso a los recursos minerales del país y sólo está a la espera del visto bueno de Pyongyang para el inicio de las obras. Aunque son unos escasos 18 los kilómetros la frontera que comparten, se pueden convertir en vitales para esta industria dado que Pyongyang será muy generoso a la hora de recompensar a quienes han estado a su lado o han mostrado mayor comprensión hacia sus posturas.

Las sanciones de la ONU, aprobadas con el voto chino y ruso, se han producido en un momento dulce para la economía de Corea del Norte, que ha reforzado de forma considerable el liderazgo de Kim Jong-un y del propio Partido del Trabajo. Esto ha supuesto una mayor independencia respecto a China que este país no ha visto con buenos ojos. Al utilizar la amenaza y las represalias -porque eso es lo que ha sucedido con las sanciones- Beijing demuestra que su comportamiento difiere poco del tradicional del imperialismo clásico y que mientras no haya un cambio de rumbo (y eso implica el dar marcha atrás con Corea del Norte) las pretensiones de un Nuevo Orden Multilateral serán más quimera que realidad.

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Notas:
(1) Alberto Cruz, «El modelo de política exterior de China queda tocado con la crisis de Corea del Norte», http://lahaine.org/fG24
(2) Alberto Cruz, “Corea del Norte como ejemplo de la fase final del colapso del imperialismo”, http://lahaine.org/fF6S
(3) https://ssi.armywarcollege.edu/pubs/display.cfm?pubID=1358
(4) https://www.brookings.edu/research/the-korean-nuclear-issue-past-present-and-future/
(5) Oriental Review, 14 de agosto de 2017.
(6) http://elterritoriodellince.blogspot.com.es/2017/08/los-malos-son-malos-simples-ninos.html
(7) http://time.com/4775368/south-korea-north-moon-jae-in-sunshine-policy-kim-jong-un/
CEPRID

El 68º convoy ruso suministra ayuda humanitaria a Donbás

Moscú, 24 ago (Sputnik). – Una caravana del Ministerio ruso de Emergencias trasladó este jueves 750 toneladas de carga humanitaria a las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk, informó el ente.

«Llegaron a Lugansk y Donetsk los convoyes del Ministerio de Emergencias con unas 750 toneladas de ayuda humanitaria», dijo un portavoz ministerial.

Indicó que el grueso de la carga lo constituyen alimentos para niños, medicamentos, materiales de construcción, equipamiento médico y libros de texto para colegios.

Los vehículos fueron revisados en la frontera ruso-ucraniana y actualmente se descargan para regresar después a la región rusa de Rostov del Don.

Se trata del 68º convoy humanitario que Rusia envía desde agosto de 2014 al este ucraniano, adonde fueron suministradas durante este tiempo más de 69.500 toneladas de cargas humanitarias.

En abril de 2014 Ucrania inició una operación militar en las provincias de Donetsk y Lugansk, donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al cambio violento de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero de ese mismo año.

Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.

Según datos de la ONU, las hostilidades han provocado unos 10.100 muertos desde el inicio de la crisis. (Sputnik)

Mike Pence: Mantendremos todo el peso del poder (económico y diplomático) contra Nicolás Maduro

Miami, agosto 23 – El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró que ese país se mantendrá firme ejerciendo todo el peso del poder económico y diplomático americano contra el Gobierno de Nicolás Maduro.

“Pueden tener la certeza que bajo el liderazgo de Trump, EE UU seguirá ejerciendo todo el peso del poder económico y diplomático hasta que la democracia sea restituida en Venezuela”, dijo Pence durante un mitin político con venezolanos que emigraron a ese país en Doral, Florida.

El vicepresidente estadounidense opinó que Venezuela se encuentra retrocediendo hacia el pasado mientras que el resto de las naciones latinoamericanas se encuentran avanzando hacia el futuro.

“No vamos a hacernos de la vista gorda mientras Venezuela se desmorona”, aseveró Pence.

Pence no observa otras situaciones de América Latina. Su interés y el de Trump es Venezuela…

Socialismo y euro: crisis e incompatibilidad de intereses capital-trabajo (II)

El estado: una herramienta de dominación de clase

El estado surge como resultado de la lucha de clases: frente a la organización política medieval, caracterizada por el fraccionamiento del poder en las instituciones feudales y religiosas, el estado moderno concibe el poder político centralizado. De esta forma, la burguesía, nueva clase social hegemónica, puede hacer efectiva su dominación.

Es hasta tal punto el estado una herramienta de clase que cuando es necesario para sus intereses de clase la burguesía lo adecua sin arriesgarse a hacerlo pasar por una legitimación, siquiera formal. No existe el estado neutral, pese al pensamiento hegemónico y pese a cierta izquierda también que afirma sin sonrojarse que “al socialismo o casi al socialismo se puede llegar con la Constitución, ya que los artículos del 128 al 131 hablan de la planificación de la economía, del acceso de los trabajadores a los medios de producción, de que el Estado puede tener una banca pública y nacionalizar empresas”[1].

Es así como en 2011 la burguesía se dio autogolpes en Italia y Grecia, derrocando los presidentes electos, Berlusconi y Papandreu, para imponer a Monti y Papadimos, justificándose en la necesidad de gobiernos técnicos para hacer frente a la crisis. Lo cierto es que tanto como Monti y Papadimos tenían que cumplir políticamente con las medidas que exigía la Troika, y por ello fueron elegidos ellos dos a dedo por el capital, porque era necesario implementar a un determinado ritmo unas determinadas políticas.

A este respecto –el carácter de clase de las instituciones políticas- Durao Barroso había sido muy claro alrededor de año y medio antes, cuando afirmó –pese a lo que digan las constituciones- que Grecia, Portugal y España necesitarían dictaduras militares para superar la crisis, en caso de que la población se opusiese a las medidas de ajuste[2]. Así pues, y pese a que en Portugal y España no hayan necesitado recurrir a las dictaduras –países disciplinados y que, en el caso de España, incluyó una reforma constitucional que no fue refrendada por la ciudadanía- en Italia y Grecia no dudaron en saltarse su propia institucionalidad y poner a hombres que respondían, directamente, a sus intereses y necesidades.

Por lo tanto, si el estado aparece como un problema, si el estado es considerado como una herramienta de la burguesía para ejercer su dominio, la lucha contra el euro, la Unión Europea y el estado forman una triada en la que la supervivencia de cualquiera de los tres elementos asegura la continuidad de una u otra forma del poder burgués y, por tanto, el sometimiento de la clase trabajadora a las necesidades del capital.

Grecia y el Gobierno Tsipras, o cómo no hay salida en el marco del euro

Así pues, nos encontramos ante gobiernos nacionales y una Unión Europea de carácter burgués. El rasgo distintivo, con respecto a las economías que no son de la zona euro, lo aporta el Gobierno Tsipras: la demostración real, más allá del campo teórico, de que no hay salida para la clase trabajadora bajo el euro –y, añadiríamos, bajo la Unión Europea imperialista y bajo un gobierno nacional burgués. Porque el problema del pueblo griego no se circunscribe al euro, sino a la reducción de la lucha de clases al terreno electoral y a la negación de la revolución por el actor que tenía que haber jugado ese papel histórico, el KKE. No obstante, Syriza es ejemplificadora de lo que supone, una vez más, la socialdemocracia y, en este caso histórico, la socialdemocracia limitada por la moneda única- porque no hay salida bajo el capitalismo que, como es sabido, no resuelve las crisis sino que las aplaza. Así pues, el problema real es romper con el capitalismo.

“Dejando la viabilidad [de salir de la zona euro] formal a un lado, ¿sería deseable que el impago a iniciativa por el deudor se llevara a cabo dentro de los límites de la zona euro? La respuesta es negativa. En primer lugar, sería más difícil para el país deudor hacer frente a una crisis bancaria doméstica sin pleno dominio sobre su política monetaria. En términos más generales, si los bancos se pusieran bajo la propiedad pública a raíz de un impago soberano, pero siguieran perteneciendo al sistema euro, sería prácticamente imposible utilizarlos con el fin de reformar la economía. En segundo lugar, la permanencia en la zona euro ofrecería poco beneficio para el incumplidor, en términos de acceso a los mercados de capitales o de rebaja del coste de la financiación. En tercer lugar, la opción de la devaluación sería imposible, lo que eliminaría un componente vital de la recuperación. La acumulación de deuda de los países periféricos está inextricablemente ligada a la moneda común y el problema volvería a aparecer si el país moroso se mantuviera dentro de la zona euro[3].

Pero Grecia no sería ningún modelo: era muy importante que no fuese modelo, pues a todas luces “no es necesario decir que si se produjeran acontecimientos decisivos en un país periférico habría importantes repercusiones sobre el resto de la zona euro. Por un lado, lo que es válido de forma individual para Grecia también se puede considerar válido para España y Portugal (y probablemente para Irlanda, aunque no se ha considerado en este artículo). Existen diferencias significativas entre los tres países, como se estableció anteriormente, pero su comprometida situación como países periféricos de la zona euro es similar. Si uno de ellos adoptara una decisión de impago, renegociación y salida del euro, se generaría un importante efecto demostración para los demás”[4].

Política contra euro: soberanía de la clase trabajadora contra hegemonía del bloque dominante

No es en el terreno electoral, político, institucional, ni siquiera en el terreno económico en el que la clase trabajadora, la mayoría social, puede lograr una salida favorable a sus intereses. En todos esos campos no cabe más que la continuidad –con matices, pero continuidad- de aquello que estamos viviendo.

Y es que no se trata de hacerse con el gobierno porque no se trata de gestionar, no se trata de dirigir el proceso de acumulación capitalista, sino, por el contrario, de lo que se trata es de impedir la gestión de la burguesía y de impugnar el modo de producción capitalista.

Lo electoral, político, institucional y económico son el reflejo de la lucha de clases: ese es el lugar en el que se definen las políticas de todo tipo –y, también, sus matices-: sociales, económicas, democráticas… Es en la lucha de clases donde se han definido las políticas del Gobierno Tsipras, y del Gobierno Rajoy. Es en la lucha de clases donde se impone que el peso de la crisis recaiga sobre la clase trabajadora.

De lo que se trata no es de hacerse con el gobierno, porque las políticas están limitadas, como hemos visto, por la pertenencia a la Unión Europea y al euro; de lo que se trata no es de crear falsas ilusiones: ya sabía la clase trabajadora, y así lo reflejaban sus organizaciones, que el estado no es reformable: tampoco es reformable la Unión Europea. El euro, mecanismo para el ajuste salarial y para garantizar la tasa creciente de explotación, tampoco es reformable. Es necesario, pues, impugnar la sociedad establecida a nivel global: no hay que retrotraerse a lo local frente a un sistema cuya dominación es global. La salida favorable para la clase trabajadora pasa por destruir la maquinaria institucional y burocrática de la burguesía en su conjunto para poder construir su poder de clase.

La salida de la crisis en coordenadas favorables a la clase trabajadora no vendrá desde los gobiernos burgueses, ya estén dirigidos por organizaciones clásicas o de nueva formación. La salida a la crisis favorable al interés de la mayoría de la población, la clase trabajadora sólo puede ser obra de la clase trabajadora, porque requiere impugnar el euro, la Unión Europea y los respectivos gobiernos nacionales, de forma que sólo puede ser obra de la clase trabajadora, ya sea porque se haga con el poder, ya sea porque agudice las contradicciones a la burguesía y esta prefiera romper con el euro si la disyuntiva es entre mantenerse en el euro o la revolución social.

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[1] Lara, Cayo; declaraciones en Las Palmas, recogidas por Canarias Semanal, 10 de octubre del 2011. Disponible en http://vimeo.com/31369891

[2] http://www.dailymail.co.uk/news/article-1286480/EU-chief-warns-democracy-disappear-Greece-Spain-Portugal.html

[3] Lavapistas et al; El fantasma del impago en Europa, en Revista de Economía Crítica, nº11, primer semestre 2011.

[4] Ibidem. La negrita es propia.

Socialismo y euro: crisis e incompatibilidad de intereses capital-trabajo (I)

En esta primera parte de “socialismo y euro: crisis e incompatibilidad de intereses capital-trabajo”, de Diego Farpón (militante de Herri Gorri) se pueden leer los siguientes puntos:

La Unión Europea: un imperialismo subordinado; y la necesidad del euro como herramienta para la acumulación capitalista.

Lo que se pretende es demostrar que, al igual que el estado no es reformable, el euro tampoco lo es.

La Unión Europea: un imperialismo subordinado

La Unión Europea es el resultado histórico del proyecto que, tras la II Guerra Mundial, plantearon los Estados Unidos de América en el conocido como “Plan Marshall”. Un proyecto que fue adoptado en 1947 por dieciséis países europeos y que, finalmente, sería formalizado y constituido en 1948 por dieciocho países que alumbraron la Organización Europea de Cooperación Económica. Este proyecto, lejos de ser un plan altruista para la reconstrucción europea, como considera el imaginario popular, es “una forma de disciplinamiento de los gobiernos europeos, de cara a su subordinación a la nueva potencia hegemónica que es Estados Unidos”[1]. ¿Por qué? Porque se trata de llevar a cabo una reconstrucción determinada de Europa, que sirva a los intereses del imperialismo estadounidense: no va a haber fondos estadounidenses para políticas que enfrenten los intereses estadounidenses. El Plan Marshall es, pues, la forma de dominar económicamente el continente europeo, reconstruyéndolo en función de los intereses estadounidenses, y de manera subordinada a los mismos.

En 1949 la constitución de la OTAN se revelaba como el brazo armado del imperialismo que pasaría a jugar un papel protagónico que mantiene hasta la actualidad –a pesar de las fricciones interimperialistas que tienen lugar en su seno-. Sin embargo, también tendría determinantes funciones económicas, y reemplazaría a la OECE a la hora de dirigir la reconstrucción europea.

Un organismo, la OTAN, que no tuvo inconveniente en llevar a cabo la guerra a Europa. El desmembramiento de Yugoslavia en la década de los noventa, donde nuevos estados, teóricamente independizados usarían –unos durante un breve espacio de tiempo, otros de forma permanente[2]– el marco alemán como moneda –caso de Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Kosovo, Eslovenia, Croacia- o como referencia de cambio –Serbia, Macedonia- fue ejemplificador de la reconstrucción europea que se había llevado a cabo desde hacía medio siglo. La destrucción del posible eje Belgrado-Moscú, una vez desaparecida la URSS, era fundamental para reducir la influencia y los viables apoyos de quienes cuestionaban de una u otra forma las políticas liberales en Europa así como para disciplinar a los distintos gobiernos y pueblos reticentes a las privatizaciones y liberalización de los mercados que exigía el imperialismo[3].

Las dudas sobre el carácter de la reconstrucción europea bajo la subordinación al imperialismo estadounidense habían quedado, en cualquier caso, resueltas en fechas tempranas, pues desde el mismo inicio de la institucionalización y oficialización de la reconstrucción “el carácter liberal de la UE queda patente en el propio Tratado de Roma [1957], que consagra la competencia capitalista y la desregulación de los mercados como los pilares de la integración europea”[4]. De esta manera las bases económicas que servirían para el desarrollo de Europa, así como su margen de maniobra, quedaban delimitados. Faltaba la cristalización, la forma en la que se llevaría a cabo la reconstrucción, los matices.

La necesidad del euro como herramienta para la acumulación capitalista

Sería a principios de los años noventa, ya en un mundo teóricamente unipolar según el pensamiento hegemónico –y desde una perspectiva eurocéntrica pues si la lucha de clases podía parecer controlada por la burguesía a nivel mundial en América Latina sólo de manera violenta estaba siendo contenida[5]– cuando la valoración de la situación económica que hace la Comisión Europea y la principal patronal -European Round Table- es compartida, y “las recomendaciones para reactivar la acumulación también son comunes, planteando la necesidad de reducir las rentas salariales tanto en lo relativo a su componente directo como en el diferido”. El euro será la herramienta.

“El proceso de implantación del ajuste salarial culmina con la moneda única: el euro se concibe como un instrumento para incrementar la tasa de explotación, de ahí que su funcionamiento, inherentemente, haya contribuido a la regresión salarial. La integración monetaria, estructurada en torno al Tratado de la Unión Europea (TUE), al BCE y al Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), ha requerido un escenario de disciplina fiscal y estabilidad monetaria y cambiaria que ha permitido articular la aplicación del ajuste salarial”[6].

La moneda única, en vigor desde 1999, entró en circulación en 2002, con el objetivo fundamental de asegurar la rentabilidad del capital, esto es, como herramienta de la clase dominante para asegurar la tasa creciente de explotación. Como no puede ser de otra manera, al tener intereses enfrentados e irreconciliables la clase trabajadora y la burguesía, el euro se constituye, de esta forma, no sólo como la herramienta que asegurará las condiciones materiales que exija la clase dominante, sino como herramienta contra las condiciones materiales de la clase trabajadora, en la medida en que estas puedan entorpecer la rentabilidad del capital. La realidad así lo ha demostrado: un débil crecimiento hasta el estallido de la crisis orgánica del capital, que ningún gobierno ha podido resolver en clave favorable para la clase trabajadora.

El problema, llegados a este punto, sería que aquellos países que no tienen el euro han transitado la crisis de la misma forma que los países de la eurozona. Por lo tanto, el problema de la moneda podría parecer secundario: no importa el euro porque todos los países han hecho recaer el peso de la crisis capitalista sobre la clase trabajadora, independientemente de que tuviesen una moneda u otra. Así, la decisión parece política y el euro neutral como moneda, con el cual podría ser posible cualquier política con la moneda común.

Sin embargo, el euro acota el margen de maniobra de los gobiernos en el terreno económico: el único objetivo del Banco Central Europeo es el de controlar la inflación –controlando la inflación conteniendo salarios y depauperando las condiciones de vida de la clase trabajadora para asegurar la rentabilidad del capital- y es un organismo que carece de control democrático por cuanto es independiente de los estados, a los que no puede financiar. De esta forma los estados no pueden presionar para que la política monetaria sea una u otra: simplemente están en manos del BCE y del euro. Pero la independencia política no existe, sea pregonada de una u otra forma y divulgada por unos u otros medios de comunicación: la política del BCE es la política de la clase dominante[7].

Desde que estalló la crisis orgánica del capitalismo y se agudizaron los rasgos del mismo o, lo que es lo mismo, desde que la tasa de ganancia comenzó los problemas para reproducirse de forma ampliada y revertir la tendencia decreciente de la misma, la estrategia del bloque dominante ha consistido en disminuir las rentas del trabajo en favor de las rentas del capital, recortando tanto el salario directo como el diferido, poniendo en marcha las políticas que contemplaban desde los años noventa[8].

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[1] Arrizabalo, Xabier; Capitalismo y economía mundial, Instituto Marxista de Economía, Madrid, 2014, p. 299.

[2] De hecho, al desaparecer el marco alemán Kosovo y Montenegro, que todavía lo utilizaban, adoptaron el euro, aun cuando no son países miembros de la Unión Europea ni de la zona euro.

[3] Cada vez que se ponen de ejemplo los nuevos estados surgidos de la desmembración de Yugoslavia para afirmar que se puede lograr la autodeterminación y la independencia –ya sea por parte del PNV y, especialmente dañino para la clase trabajadora, por parte de la izquierda abertzale- lo que se pone de manifiesto es una incomprensión del fenómeno histórico y de la lucha de clases, así como un total sometimiento a las políticas imperialistas y a la explotación de la clase trabajadora vasca. Lo ocurrido en Yugoslavia es la destrucción de un estado en el que la clase trabajadora tenía unas determinadas conquistas para su sustitución por nuevos estados sometidos, directamente, a potencias extranjeras y al capital foráneo. Lo ocurrido en Yugoslavia es la antítesis de la emancipación y la independencia de la clase trabajadora.

[4] Del Rosal, Murillo; Acumulación y crisis en la zona euro.

[5] En Chile asesinato de Allende en 1973, en Argentina dictadura de Videla en 1976, en Ecuador asesinato de Roldós en 1981, en Colombia asesinato de Luis Carlos Galán en 1989, en Venezuela Caracazo -1989- y sublevaciones militares en 1992.

[6] Del Rosal, Murillo; op. cit.

[7] La propia Unión Europea está organizada de forma que la democracia no le pueda suponer un problema, pues la ciudadanía elige a quienes la van a representar en el Parlamento Europeo, pero no en la Comisión ni en el Consejo. Por supuesto, el Banco Central Europeo también carece de cualquier control democrático.

[8] Ya “en 1994 la Comisión Europea (CE) publica el Libro Blanco sobre la Competitividad, el Crecimiento y el Empleo, documento que define el modelo de crecimiento europeo mantenido durante las siguientes décadas. En este texto se reconoce que la reactivación de la acumulación, así como la atenuación de las tasas de desempleo que ésta conlleva, requiere la mejora de la ganancia, haciéndose “preciso garantizar una rentabilidad del capital suficiente para permitir un aumento de la tasa de inversión y, por tanto, del crecimiento” (CE, 1994: 27). Para alcanzar este objetivo, se propone la necesidad de “reducir notablemente los costes salariales, para recuperar aquellas actividades de mercado que actualmente no son competitivas” así como “reducir los demás costes que acarrea la contratación o mantenimiento de la mano de obra, por ejemplo, los relacionados con la seguridad social” (ibídem, 85). Y, más concretamente, se defiende que la recuperación de la acumulación y el empleo requiere el “mantenimiento de los incrementos de los salarios por hora por debajo del crecimiento de la productividad” (ibídem, 227). Asimismo, se deja claro en el documento que el ajuste salarial debe tener un carácter permanente, reclamando “la necesidad de seguir aplicando las políticas oportunas, tanto en el ámbito macroeconómico como en el estructural, una vez superada la recesión” (ibídem, 91). Y así ha quedado manifiesto en las recomendaciones de política económica que la CE ha emitido sobre los Estados miembros durante todo el periodo, defendiendo la necesidad de contener los salarios para recuperar la ganancia: “los incrementos salariales deberán mantenerse moderados (…) con el fin de permitir un restablecimiento de los márgenes de beneficio” (CE, 2003: 5)”, en Del Rosal, Murillo; op. cit.

Gobierno de Temer privatizará 57 empresas estatales de Brasil

Entre los activos estatales que serán vendidos se encuentra el aeropuerto de São Paulo y la Casa de la Moneda. | Foto: EFE

El paquete de concesiones se llevará a cabo de manera progresiva y se concretará en 2018 y 2019.

El Gobierno de Michel Temer, presidente de facto de Brasil, anunció este miércoles que 57 empresas públicas y terminales aeroportuarias, serán privatizadas con el objetivo de reducir el déficit fiscal de las cuentas del país, que asciende a 150 billones de reales. La medida se dio a conocer a sólo horas de haberse comunicado la intención de venta de Eletrobrás, la mayor empresa de energía de Brasil.

Las nuevas concesiones se llevarán a cabo a través de un paquete que pretende licitar la administración de 14 aeropuertos (entre ellos el terminal de aviones de Congonhas en São Paulo), 11 lotes de líneas de transmisión eléctrica, 15 terminales portuarias, dos carreteras, y varias empresas públicas como la Casa de la Moneda, donde se producen los billetes y los pasaportes del país.

Según el ejecutivo, las privatizaciones generarán «inversiones en los sectores de petróleo y gas, energía, carreteras, aeropuertos y puertos, generando empleo y renta en Brasil», al menos así lo aseguró Moreira Franco, ministro de la Secretaría General de la Presidencia y uno de los integrantes del Consejo del Programa de Alianzas de Inversiones (PPI), grupo que también incluye a otros representantes de la cartera gubernamental, además del presidente interino Michel Temer, los presidentes del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, de la Caja Económica Federal y del Banco do Brasil.

Sin embargo, la medida ha originado fuertes críticas desde organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda del país, quienes aseguran que la privatización de los activos estatales responde al favorecimiento de intereses empresariales y no ciudadanos.

En ese sentido, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó durante una entrevista al medio brasileño Globo, que la maniobra aumentaría las deudas públicas, debiendo recurrir incluso a los recursos de reservas internacionales que, a su juicio, deberían ser el método para reactivar la economía brasileña y no para cubrir las futuras deudas que generarán las privatizaciones. «Cuando no tengan nada para vender, van a vender el alma al diablo», añadió el exmandatario.

Movimientos sociales y partidos políticos del norte de Brasil se solidarizan con Venezuela

Este 22 de agosto desde Belém do Pará, en el norte de Brasil, los movimientos y partidos políticos nucleados en el Frente Brasil Popular, manifestaron su apoyo internacionalista a la Revolución Bolivariana, durante la jornada de solidaridad mundial con Venezuela, realizada en varias ciudades en todo el territorio brasileño.

El Frente Brasil Popular, junto con el Comité Cabano Bolivariano de solidaridad con Venezuela y el apoyo de las radios comunitarias Exu e Idade Midia, convocaron a unos 200 militantes, personalidades y cultores populares, frente al Consulado General de la República Bolivariana de Venezuela en Belém do Pará, ocupando la plaza Barão do Rio Branco en el centro de la ciudad. Realizaron un acto político cultural en presencia del Consul General, Alonso Pacheco, y todo el equipo que lo acompaña.

Así mismo, se dio lectura a la carta pública dirigida al gobierno de los EE.UU. redactada por la articulación de movimientos populares hacia el ALBA – Brasil, donde se rechazan y condenan las amenzas públicas hechas por el gobierno estadounidense contra el pueblo venezolano. Se recolectaron firmas en apoyo al documento y se recogieron testimonios audiovisuales de los distintos representantes de las fuerzas sociales del norte de Brasil.

El Consul General, Alonso Pacheco, agradeció las muestras de solidaridad y se comprometió a llevar el calor y el abrazo fraterno del pueblo brasileño al pueblo venezolano, recordando la importancia del movimiento internacionalista que nos legó el Comandante Eterno, Hugo Chávez, en defensa de Latinoamérica.

Para cerrar, en conmemoración al día del flocklore en Brasil, se dió el encuentro de dos manifestaciones culturales del norte de Brasil, el Boi Travesso de Guamá y el Boi Vagulume de Marambaia, manifestaciones afrodescendientes producto de la cultura sincretica que enriquece esta región de Brasil, provenientes de los barrios más populares de Belém.

Kiev endurece el bloqueo económico y de transporte a Donbás, según delegado ruso

Minsk, 23 ago (Sputnik). – Kiev aumentó el bloqueo económico y de transporte impuesto a Donbás, informó el representante ruso en el Grupo de Contacto Trilateral sobre el conflicto en Ucrania, Borís Grizlov.

«Kiev endureció el bloqueo económico y de transporte a Donbás en plena contradicción con los acuerdos de Minsk», dijo tras una reunión del grupo celebrada este miércoles en la capital bielorrusa, Minsk.

De esta manera se refirió a la suspensión del tráfico de mercancías entre las repúblicas rebeldes de Donbás y el resto de Ucrania, medida aprobada a mediados de marzo pasado por el Consejo de Seguridad y de Defensa Nacional del país.

Grizlov recordó que en octubre de 2017 está previsto el vencimiento de la ley ucraniana sobre el estatus especial de Donbás.

«La ley sobre el estatus especial es la base de los acuerdos de Minsk, por ello la delegación rusa plantea su prolongación», indicó.

Señaló que «saboteando la implementación de esta ley según la fórmula de Steinmeier, Kiev frena el cumplimiento de los acuerdos de Minsk».

El delegado ruso agregó que durante la reunión del Grupo de Contacto se revisaron los listados de detenidos, y apuntó que «el canje de prisioneros se ve obstaculizado por la ausencia de una ley ucraniana vigente sobre la amnistía para los participantes de los acontecimientos en Donbás».

La fórmula propuesta por Steinmeier, exministro alemán de Exteriores, define el mecanismo para implementar la ley sobre un carácter especial del autogobierno local en algunas regiones de las provincias orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk.

Conforme a la ‘fórmula Steinmeier’, la ley entraría en vigor de manera provisional el día de las elecciones locales y de forma permanente, al ser publicado un informe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre los resultados de los comicios.

La adopción de un estatus especial para determinados territorios en Donetsk y Lugansk y la celebración de elecciones locales en estas áreas forman parte de los acuerdos de Minsk, pactados para frenar el conflicto en Donbás que ya ha provocado unos 10.100 muertos.

Ucrania continúa desde abril de 2014 una operación militar en varias zonas de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año. (Sputnik)

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