“Julian Assange es un prisionero político que ha sufrido torturas psicológicas”

El relator de la ONU Nils Melzer habla sobre la situación del fundador de WikiLeaks en una rueda de prensa junto al padre de Assange

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La presentación telemática de la 17ª edición del Festival de Cine y DDHH de Barcelona ha girado en torno a un protagonista absoluto: Julian Assange. El caso del periodista y fundador de WikiLeaks, que espera el veredicto de la (in)justicia británica sobre su extradición el próximo 4 de enero encerrado en la cárcel de alta seguridad de Belmarsh, en Londres, centra la película inaugural del certamen dedicado a difundir cine comprometido: La guerra al periodismo: El caso de Julian Assange, dirigida por el guatamalteco Juan Passarelli, que se proyectará el 1 de diciembre a través de las redes sociales del festival.

El fundador de Wikileaks, Julian Assange

La rueda de prensa ha contado con la presencia del propio Passarelli; el director del festival, Toni Navarro; y dos invitados de excepción: John Shipton, padre de Assange, y Nils Melzer, relator especial de la ONU sobre tortura, que han abordado de forma extensa la situación del activista australiano, reclamado por EEUU por haber sacado a la luz los asesinatos masivos que comete ese régimen imperialista en sus guerras contra países que no se pliegan a sus designios.

John Shipton, padre de Julian Assange

De entrada, el documental de Passarelli muestra los ataques contra la prensa que ocurren a nivel mundial y se detiene en explicar y desmontar los cargos que se le imputan al fundador de Wikileaks, quien publicó documentos del régimen estadounidense y expuso crímenes de guerra y violaciones contra los DDHH. “Julian reveló los expedientes de los detenidos en la base de Guantánamo y la mayoría no eran terroristas. Todavía hay muchos detenidos y torturados sin cargos”, explica.

“El caso de Assange es un caso político y tiene que ganarse”, dice el realizador, que denuncia que Assange está “delicado de salud, en grave riesgo de contagio de la Covid en la cárcel “y que “no ha podido hablar desde hace seis meses con sus abogados por las restricciones de la pandemia”, con lo que no han tenido tiempo de plantear el juicio. El director, muy cercano a Assange, lo filmó durante años en la Embajada de Ecuador en Londres, donde permaneció hasta febrero de 2019, cuando fue arrestado y afirma que está siendo perseguido porque reveló información que desenmascara a EEUU y muchos otros países occidentales, como el vídeo del helicóptero desde donde marines asesinan a 11 civiles y dos periodistas de Reuters.

El caso de Assange es un caso político y tiene que ganarse

El padre del activista, John Shipton, ha agradecido al ayuntamiento de Barcelona por facilitar la reunión y ha querido resaltar que su hijo es “un hombre resiliente frente al tormento que sufre”. Shipton, que se ha dedicado a recorrer el mundo en busca de apoyo para Julian, ha denunciado el hecho de que sus hijos, “que tienen todo el derecho del mundo”, no le puedan ver. “Toda la familia le apoya.

Es un hombre inocente que necesita tratamiento médico de especialistas tras diez años de maltrato”.
Por eso, reúne sus esfuerzos en hacer presión para que pueda “acudir a Suiza y disfrute del visado humanitario que se le ha ofrecido”. Ante todo, se mantiene positivo y opina que “es un caso muy contundente, con hechos tan claros que el tribunal solo puede liberar a Julian”.

Momento de la detención inhumana e ilegal de Julian Assange

Por su parte, Nils Melzer ha dejado constancia de cómo ha evolucionado su opinión respecto al caso de Assange, que supone “un ataque contra el periodismo y contra el poder de los ciudadanos”. En un principio le contactó su abogado para denunciar sus condiciones de vida. “No me quise ocupar del caso en una reacción visceral porque nos han engañado, haciéndonos creer que era un hacker, un violador, un espía y un narcisista. Se ha creado una narrativa falsa en torno a su figura”.

Luego, el relator de la ONU recibió evidencias, informes médicos sobre su estado y decidió investigar a fondo. “Al cabo de seis días le expulsaron de la embajada sin respetar sus derechos y vi que pasaba algo”, señala, constatando que “Assange fue detenido de manera arbitraria en la embajada de Ecuador en Londres”. Le visitó en mayo de 2019 junto a dos expertos médicos independientes para tener una opinión objetiva y “los tres llegamos a la conclusión de que había sido víctima de la tortura psicológica” .

“No me lo esperaba porque yo tenía mis prejuicios”, recalca, mientras incide en que se le acusaba de “no dar de comer a su gato” y, “aunque Assange estuvo seis semanas a disposición de la fiscalía, nunca le citaron”. “Han querido derrumbar su mente, le han aislado y humillado en un escenario de intimidación constante”. Y prosigue contundente: “Es un prisionero político que no ha cometido ningún delito; ha publicado información veraz y no se le han respetado ninguno de sus derechos. Es alucinante que siga sobreviviendo”. El relator de la ONU para la tortura piensa que con el caso Assange se quiere “criminalizar la verdad y quitar el poder a los ciudadanos, porque la prensa tiene el deber de informar al público”. Sobre el futuro del caso, asegura que “va a cambiar pero no sé cómo” y advierte de que “si se le extradita a EEUU, es imposible que reciba un juicio justo”.

La Vanguardia / La Haine

 

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