La Administración estadounidense no pudo soportar la idea de que Siria estuviera cerca de acabar con el terrorismo que azotó su territorio, por lo que ha adoptado un nuevo plan destinado a reavivar a los remanentes del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) que habían sido aplastados por el Ejército sirio y sus aliados. Esta agrupación terrorista volvió a aparecer en el desierto sirio y con facilidades estadounidenses.
La organización cuenta con la realización de ataques sorpresivos y rápidos, una táctica que adoptó tras haber perdido los espacios geográficos en los que se desplegaba durante años en un intento destinado a presionar al Estado sirio y atacando carreteras vitales en el desierto entre las provincias de Aelpo, Deir Ezzor y Al-Raqa.
En paralelo a esos intentos, las tropas estadounidenses están trabajando para trasladar a los cabecillas de Daesh hacía del desierto, ofreciéndoles, a través de su base en la zona de Al-Tanf, las debidas facilidades y orientaciones para volver a desestabilizar el país.
Bashar Barazi, Damasco.
