Eduardo Galeano hablaba de unas venas abiertas en Latinoamérica. Hoy en día, a la letra le alcanzó la tinta de sangre.
La mirada de Francia Márquez, candidata a la presidencia de Colombia y lideresa social, tiene cierto brillo: el de aquellos que han sufrido la violencia. Durante décadas, Márquez se ha dedicado a movilizar a la sociedad civil en contra de la opresión, el racismo y las injerencias foráneas.
Ivan Duque, “Carnicero de la Escuela de las Américas” acumula alrededor de 300 líderes sociales asesinados tras la firma de los acuerdos de paz entre las FARC, el ELN y Bogotá. Bajo la fachada, el Uribismo nunca dejó de gobernar.
Cuando los Colombianos acudan a las urnas el próximo Mayo estos tendrán que elegir entre fascismo y democracia.
En adición, se espera que estos comicios sean la oportunidad propicia para desmantelar la influencia imperialista de Washington sobre Bogotá.
Así, Duque y el Uribismo son solo extensiones de una geopolítica que reside en Washington. Antes fue el Plan Cóndor, hoy es el golpe suave. Son las mismas intenciones, con distintas metodologías.
Marcelo Sánchez, Washington
