“Cualquier nueva política bajo el estado de emergencia debe estar en línea con las obligaciones de Italia en el ámbito de derechos humanos”, afirmó Turk en un comunicado de Acnudh emitido en el contexto del estado de emergencia decretado el pasado martes en la península itálica debido al excepcional flujo de migrantes que llegan al país por el mar Mediterráneo.
La ONU recordó que desde 2014, más de 26.000 personas han muerto o desaparecido cruzando el mar que separa África de Europa, “incluidas más de 20.000 a lo largo de la ruta del Mediterráneo central, considerada una de las rutas migratorias más mortíferas del mundo”.
“Ahora es el momento de solidarizarse con Italia y de una mayor cooperación para garantizar la protección de los derechos humanos de todas las personas desplazadas”, enfatizó el jefe de Acnudh y pidió a los Estados miembros de la Unión Europea que “coordinen la gestión de la migración”.
En lo que va de 2023, unos 31.300 migrantes arribaron a Italia, frente a los 7.900 llegados en el mismo período del año pasado, procedentes de Libia y Túnez, pero que originalmente provienen de Costa de Marfil, Guinea, Bangladés y Pakistán.
“La experiencia nos enseña que adoptar una línea más dura para frenar la migración irregular no evitará las salidas, sino que provocará más sufrimiento humano y muertes en el mar. En cambio, sería mucho mejor para los países proporcionar vías seguras y regulares para la migración y evitar muertes innecesarias”, destacó Turk.
Asimismo, el alto comisionado aplaudió los esfuerzos de la guardia costera italiana por rescatar a unas 2.000 personas desde el 8 de abril.
“Se estima que unas 400 personas permanecen en el mar, esperando ayuda. Al menos cuatro personas murieron y más de 20 siguen desaparecidas después de que dos barcos de inmigrantes se hundieron frente a Túnez el sábado”, detalló la ONU.
Por último, el jefe de la ONU imploró al gobierno italiano abandonar su “nueva y dura ley adoptada a principios de este año que restringe las operaciones de búsqueda y rescate de civiles”.
Los expertos locales atribuyen el gran aumento de la cantidad de migrantes a la crisis política en Túnez y a la situación inestable a largo plazo en Libia. El flujo migratorio volvió a ser el principal tema de debate político en Italia después de que un barco con refugiados se hundiera en la noche del pasado 26 de febrero durante una tormenta en el mar Jónico, frente a la provincia de Crotona.
Los supervivientes informaron que había a bordo unos 180 ciudadanos de Irán, Irak, Siria y Afganistán, pero según las cifras oficiales, las víctimas del naufragio fueron 89 personas, incluidos 34 menores de edad.
Italia busca una respuesta solidaria de parte de la Unión Europea para resolver el problema migratorio, ofreciendo organizar una misión naval en el Mediterráneo y contribuyendo activamente a la estabilización de los países del norte de África.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, declaró a mediados de febrero en la Cámara de Diputados del Parlamento Nacional que “Italia se quedó sola” en el rescate de migrantes en el mar.
