La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha acusado este sábado a las autoridades kosovares, así como a Estados Unidos y la Unión Europea (UE) de ser responsables por las tensiones en el norte de Kosovo, donde el viernes estallaron enfrentamientos entre manifestantes y policías en áreas de mayoría serbia.
De hecho, según Zajárova, la degradación de la situación en Kosovo es una consecuencia directa de un “enfoque malicioso, que deja en evidencia la postura neocolonial occidental en los Balcanes”.
“La culpa de esto recae por completo en Estados Unidos y la Unión Europea. No hicieron nada para que los líderes albaneses entraran en razón y cumplieran los compromisos asumidos en virtud de los acuerdos de Bruselas de 2013 y 2015”, ha señalado la funcionaria rusa.
La población serbia local se reunió ante las oficinas de las autoridades kosovares para impedir el ingreso de funcionarios y fuerzas de seguridad, lo que gatilló la escalada de violencia. Los agentes de la Policía de Kosovo bloquearon algunas localidades como Leposavic, Zubin Potok y Zvecan ubicadas al norte de Kosovo.
Por su parte, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, puso el viernes en alerta al Ejército y ordenó el despliegue de tropas cerca de la frontera kosovar.
La protesta serbia se debe al intento de las autoridades kosovares de nombrar alcaldes de nacionalidad albanesa en el norte de Kosovo, tras las elecciones a los órganos de autogobierno local, celebradas el 23 de abril y boicoteadas por los serbios locales.
Kosovo, poblado mayoritariamente por albaneses, proclamó en 2008 la independencia unilateral de Serbia, siendo reconocido por Estados Unidos, Canadá y la mayoría de los países miembros de la Unión Europea, pero no por la propia Serbia, Rusia ni algunas otras naciones.