“Gran Bretaña dejó entrever su interés en el ámbito biológico con la aprobación de su estrategia nacional de seguridad biológica el 12 de junio de 2023 (…) Los gastos para esos fines ascenderán a 1.500 millones de libras esterlinas anuales”, alertó el jefe de la unidad, Ígor Kirílov.
Uno de los objetivos declarados en la mencionada doctrina británica, precisó, es alcanzar la superioridad mundial en este campo.
Con este programa, remarcó, los británicos muestran su apoyo al desarrollo de armas bacteriológicas por parte de los estadounidenses.
A este respecto, Kirílov indicó que el Pentágono se ve obligado a cambiar sus tácticas ante las crecientes preocupaciones de la comunidad internacional.
Recordó que la compañía norteamericana Metabiota, vinculada al Departamento de Defensa, llevó a cabo la toma de muestras durante los brotes de ébola en África en 2014 sin autorización y trasladó el material biológico al territorio estadounidense de manera ilegal.
En 2022, la Casa Blanca suspendió oficialmente las operaciones de Metabiota en África después de que Gobiernos de la región empezaran a hacer muchas preguntas sobre los métodos de trabajo de la mencionada empresa, enfatizó Kirílov.
El alto mando ruso detalló también que Metabiota transfirió sus operaciones a una entidad denominada Heada, con sede en Camerún.
“Este esquema de operaciones bajo cobertura permite a Estados Unidos desviar las sospechas de los principales beneficiarios y ejecutores de sus programas de armas bacteriológicas”, apostilló Kirílov.