“Como consecuencia del ataque del dron ucraniano, nuestro empleado Jaibar Akifi, de 29 años, que trabaja en la redacción afgana de Sputnik, y su esposa rusa Olga resultaron gravemente heridos y se encuentran en cuidados intensivos”, comunicó Dmitri Kiseliov.
Agregó que la hija del corresponsal, Amina, de 4 años, y sus abuelos murieron.
“Este ataque terrorista contra pueblos civiles de Rusia es, por supuesto, obra del régimen de Kiev por desesperación, en respuesta a lo que está ocurriendo en el frente. Estamos haciendo todo lo posible para ayudar a la familia, apoyarla, curarla y trazar su futuro”, declaró Kiseliov.
Lamentó, que “no son las primeras pérdidas en nuestro cuerpo periodístico: recordamos a Andréi Stenin, fallecido en 2014, así como a Rostislav Zhuravliov, nuestro corresponsal de guerra, que murió este verano [el 22 de julio]”.
Akifi y su esposa están ahora en el hospital. El corresponsal se encuentra en estado crítico en cuidados intensivos. Los médicos están haciendo todo lo posible para salvarle la vida, informan desde el Ministerio de Sanidad regional.
El corresponsal estuvo cubriendo las consecuencias de los terremotos en la ciudad afgana de Herat. La víspera decidió tomarse un par de días libres para visitar a su familia.
El 14 de septiembre, la portavoz transgénero de las fuerzas de defensa territorial de Ucrania, la estadounidense Sarah Ashton-Cirillo, amenazó con “cazar” a los periodistas rusos. El 15 de septiembre, publicó un nuevo video con amenazas de represalias contra periodistas y funcionarios rusos, especificando nombres concretos.
En una nueva grabación, Ashton-Cirillo confirmó que sus amenazas anteriores iban dirigidas al corresponsal militar de uno de los periódicos de Rusia, Alexandr Kots, a la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova y al “jefe de Derechos Humanos”, probablemente, refiriéndose al jefe del Consejo de Derechos Humanos, Valeri Fadéyev.