Estos días han sido trágicos para la clase trabajadora de las comarcas centrales del País Valenciano con cifras que superan los 200 muertos y que parecen que irán en aumento, vista la necesidad de emplear la Feria de Valencia como morgue. Estamos ante un crimen, un crimen perpetrado contra la clase obrera y que está lejos de ser una casualidad meteorológica. Estamos ante una causalidad política en la que se junta la criminal gestión del Consell y del Estado, la especulación urbanística y la decisión patronal de mantener la actividad laboral.
La gestión de la DANA ha respondido a criterios estrictamente políticos y de clase, de su clase, la dominante. ¿Acaso no es un acto criminal evitar desalojar zonas industriales y comerciales con un sabido riesgo de inundabilidad? ¿acaso no es un acto criminal permitir que los patronos y jefes tengan manga ancha para decidir sobre la seguridad de los trabajadores aunque estemos en aviso de alerta? ¿acaso no es un crimen eludir a los expertos en meteorología y climatología que venían avisando de dicho fenómeno meteorológico? ¿acaso no es ser cómplices de un crimen la situación en que desde hace años, más allá del actual gobierno, se encuentran las infraestructuras de las zonas afectadas?
Las zonas inundadas tanto en las comarcas de la La Ribera, de l’Horta de València y de la Foia de Bunyol-Chiva, más algunas otras localidades, son zonas con un sabido riesgo de inundabilidad. La Rambla del Poyo, que se inicia en Chiva y acaba en la comarca de l’Horta y el Barranco de La Saleta fueron profundamente afectadas tanto en la Riada de 1957, como en la del año 2000. Atendiendo al PATRICOVA, aprobado en 2015, – Plan de Acción Territorial de carácter sectorial sobre la prevención de riesgo de inundación- estas localidades son propicias a tener inundaciones por aspectos económicos, estructurales, por la situación de sus infraestructuras y por criterios medioambientales. ¿Qué se ha hecho? Atendiendo a diversos estudios, únicamente se han realizado medidas de adecuación y limpieza, señalándose siempre por técnicos en la temática la urgencia de medidas de carácter estructural que quedan siempre en los informes y nunca llevándose a cabo. Tengamos presentes que mientras esto no se atiende se aporta con toda celeridad el 2’2% del PIB a la OTAN.
¿Porqué no se han acometido estas medidas estructurales necesarias desde por lo menos 60 años? La respuesta es por tener un País Valenciano, al igual que el resto del Estado español, donde la planificación territorial es inexistente, o mejor dicho, se hace a merced de los intereses especulativos. ¿Cómo se pueden construir viviendas en zonas de tan alto riesgo? ¿Cómo puede ser que zonas industriales en estos casos sean ratoneras sin salida para trabajadores? La respuesta es clara. Si hablamos de infraestructuras territoriales, civiles y urbanas su gestión es un negocio, ya estén externalizadas, ya se haga el negocio desde el ente público.
Los testimonios de diversos trabajadores y trabajadores, sean de los polígonos de Paiporta y Riba-Roja, teniendo que sobrevivir durante horas en el propio centro de trabajo, de los retenidos en centros comerciales a los cuales se les evitó indicar que había una alerta roja o observar camiones de reparto de Amazon o Mercadona trabajando en el momentos de la alerta son muestras de como la gestión de la DANA ha respondido a un criterio: que la producción capitalista, que la extracción de plusvalía no se detenga. A cada patrón que dada la alerta obligó a sus trabajadores a seguir en su puesto, o les obligó a ir a sus centros de trabajo, se le debería expropiar la fabrica o almacén y dárselo en propiedad a sus trabajadores una vez reconstruida.
La gestión de las consecuencias de la DANA a nivel central y autonómico muestra la indiferencia que para el Estado tiene la clase obrera. Movilizar únicamente a 500 efectivos del Ejercito es un insulto y un ejercicio de hipocresía y demagógica, reiteramos, de 140.000 efectivos se movilizarán la miseria de 500 cuando hay pueblos donde no se ha podido acceder y urge un despliegue que responda a las características de este crimen. Las Fuerzas de Seguridad del Estado están reprimiendo más que ayudando, precisamente por la escasez e insuficiente de efectivos. A esto sumamos que el Consell ha rechazado la ayuda de grupos especializados de Catalunya por criterios estrictamente políticos
La solidaridad inmensa de la clase obrera es la única respuesta organizada. Es encomiable la solidaridad de nuestra clase, de su capacidad de organización y reacción. La solidaridad que está mostrando la clase trabajadora nos muestra la nulidad del Estado burgués para gestionar nuestras vidas y una muestra de que pese a toda la propaganda individualista y consumista que nos venden, nuestra clase siempre responde
Tener planificación territorial lógica, unas infraestructuras adecuadas, así como su mantenimiento, escapa a la lógica burguesa que destina sus esfuerzos al expolio, sea externalizando, sea desde su posición en el Estado y en lo “publico”, sea destinando nuestros fondos a aumentar el presupuesto destinado a la guerra y a la OTAN para mantener su posición de segundona en la cadena imperialista.
El PCPE y la JCPE reiteran sus condolencias a los afectados. Es momento de trabajo y solidaridad. Toda propaganda que carezca de contenido político contra los culpables, todos y cada uno de ellos sin excepción, o busque la autopromoción, es un ejemplo de cinismo e hipocresía.
Llamamos a la clase trabajadora del País Valenciano a señalar a todos los culpables: desde los que han gestionado de forma, reiteramos, criminal las consecuencias de la DANA, hasta los que han permitido que los trabajadores del País Valenciano tengan que pagar con su vida la dominación burguesa amparada por la Constitución de 1978.
¡Solo el pueblo organizado salva al pueblo!
Socialismo o barbarie.
Comité de País Valenciano del PCPE
