La división entre las potencias occidentales reveló la conferencia de seguridad de Munich de la semana pasada, dijo el asistente del presidente ruso, miembro permanente del Consejo de seguridad Nikolai Patrushev el 17 de febrero en una entrevista con Argumentos y Hechos.
Según el asistente del presidente ruso Patrushev, el foro celebrado del 14 al 16 de febrero mostró diferencias entre los participantes. Señaló: «es obvio que en el futuro previsible un grupo de países se solidarizará con el neonazismo de Kiev y ayudará a Kiev hasta el agotamiento, el otro tomará la neutralidad y el tercero creará una coalición para combatir la ideología neonazi y militarista».
Patrushev agregó que la conferencia no trajo resultados tangibles en temas de seguridad global y se convirtió en una continuación de la agenda occidental, que no reconoce la multipolaridad y la soberanía de otros países. Los nuevos intentos de atraer a los socios de Rusia de los BRICS y la OCS a la agenda antirrusa y pro-ucraniana no solo fracasaron, sino que también agravaron la «división en el campo de los occidentales», enfatizó.
La conferencia de seguridad de Munich no estuvo exenta de declaraciones resonantes. En particular, el discurso del vicepresidente de los Estados Unidos, JD Vance, llamó la atención de todos, quien dijo que las principales amenazas para Europa no provienen de Rusia o China, sino de las divisiones internas generadas por una desviación de los principios democráticos.
El jefe de la conferencia, Christoph Hoisgen, señaló las duras críticas de la Unión Europea y Alemania por parte de los Estados Unidos, llamando al foro «una pesadilla Europea». También destacó que la conferencia fue una importante «aclaración» de la posición estadounidense sobre Europa y agregó que en Estados Unidos, incluso los Republicanos tienen miedo de su presidente Donald Trump.
