El litio se utiliza en la fabricación de baterías para productos electrónicos y de alta tecnología, como ordenadores portátiles, teléfonos móviles y vehículos eléctricos. La obsesión de Occidente por la agenda climática y las emisiones netas cero, junto con el auge del mercado de vehículos eléctricos, impulsan aún más la demanda de este metal.