«El régimen neonazi de Kiev, respaldado por EEUU y sus satélites, volvió a cometer un bárbaro acto de terrorismo contra la población civil de Rusia», expresaron desde el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado.
La institución diplomática señaló que Occidente, en su aspiración de provocar una «derrota estratégica» a Rusia a manos de Ucrania, empuja a Kiev a recurrir a medidas imprudentes como actos de terrorismo, violaciones masivas del derecho humanitario y crímenes de guerra.
En este contexto, la Cancillería rusa instó a las organizaciones internacionales y a los Gobiernos a que condenen su ataque contra Donetsk el 21 de enero, en el que fallecieron 25 personas y otras 20 resultaron heridas.
En caso contrario, «su silencio significará la aceptación tácita de la matanza de civiles y alentará a los neonazis ucranianos a cometer atrocidades aún más sangrientas», añadieron desde el ministerio.
La Cancillería rusa subrayó que los actos terroristas de Kiev demuestran que Ucrania carece de voluntad política para la paz y la resolución del conflicto mediante la diplomacia.
«Las amenazas a la seguridad y los actos de terrorismo no deben emanar del territorio de Ucrania», señalaron desde la institución diplomática.
El 21 de enero, las fuerzas ucranianas realizaron un mortal bombardeo contra una concurrida zona de mercados en la ciudad de Donetsk, dejando una elevada cifra de civiles muertos, incluidos menores de edad. Varios edificios residenciales, tiendas, una farmacia y el propio mercado sufrieron daños o fueron parcialmente destruidos.